Autómata delirante.

Sus ojos...

Alguna vez has mirado a alguien tan profundamente a los ojos?
Dime, puede realmente notarse de cuanta intencidad se trata?
El qué, cómo, cuándo y dónde de cada sentimiento fuerte que pasa por tus entrañas en ese instante.

Puede que mi subconsciente traicionara pero mi razón estaba intacta, parada justamente donde no corria peligro.
Pero y mi piel, mis manos y mis labios?
Estaban arraigados por el impulso, contraidos por el deseo de atacar.
Duele cuando todo va contra ti, pero tienes que hacer lo correcto.
Que es lo correcto?
Si ni siquiera sabes que es lo paradójica mente correcto.
Si ni siquiera te atreves a desafiarte por un fracaso, si no está en tus manos el poder que requieres y no has abierto el cerrojo de tu propia puerta y corazón.

Mirarte dolía...
Dolía más que lo que me estaba provocando,
Dolía más que mis dudas queriendo dejar correr una lágrima por mi mejilla.
Dolía incluso más, que mis ojos luchando para no dejarla salir.

Mirarte dolía...
Y no era cualquier sensación.
Era la de estar haciendo lo correcto, en el escenario equivocado.
Era perderme y encontrarme justo en el momento en que no podia mediar palabra con mi propio ser.

Mirarte dolía...
porque mis sentidos me jugaban una mala pasada, porque tus caricias derrotaban cualquier fantasma del pasado.

Y asi mismo, mirarte dolía.

Nunca hubo tanta duda y confusión.
dos gotas de agua que llevan a la misma corriente y una sola desembocadura.

Una vertiente que reluce lo que fue evidente y que no supe ver.
Una balanza totalmente inclinada al amor y no al deseo pero un deseo que por naturaleza no se bloquea facilmente.
Y una vez más...
Estoy enigmatizada por la forma de mirarse, pero cubierta de exactitud.
Que nunca he estado tan segura que...

Mirarte dolía,
Pero mas dolía yo!