Juegos de devenir: Parte dos: La odisea en el Cíber-espacio.

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La información concentrada en miembros componentes de la representación física de cada idea es emanada dentro de un entorno de flujo de energía en el que probabilidades se enfrentan y se interrelacionan. Manifestaciones virtuales en una red de voluntades y poderío, realidades interconectadas al infinito, la cualidad cuántica del absoluto vacío y la cegadora luz oscilan variando en abstractas combinaciones. La tecnología siempre se encontró en la naturaleza. Evolucionando con el tiempo, se fue sofisticando la relación del sujeto con los símbolos, la abstracción de los vínculos es tal que el sujeto se encuentra expuesto a corrientes de información que lo conectan con otros sujetos, en las que interactúa utilizando un sistema de tecnología lógica provista por el entorno y la relación social que se tiene con el mismo. Los sujetos actúan como canales, en ellos se desarrolla el procesado de la información mediante la tecnología de la interpretación simbólica, esto es un medio de codificación de la información en un sistema lógico. A medida que el desarrollo de los sujetos progresa, también progresa la cantidad de información con las que este interactúa; formando como resultado nuevos medios de interacción social. En estos medios, las ideas se manifiestan de diversas formas, tomando formas físicas de representación simbólica, a medida que los medios por los cuales esta información se transmite son refinados, la información misma también cobra formas cada vez más sofisticadas. El proceso evolutivo de la humanidad se centró en el uso de la tecnología, manifestada originalmente en la condición biológica, esto es: la postura erguida, los pulgares opuestos, la capacidad de formar sonidos en variedad, una corteza cerebral altamente desarrollada, una particular sensibilidad a los estímulos y la llamativa desnudez; aspectos físicos que estimularon necesidades particulares de las relaciones con el ambiente, no solamente necesidades físicas sino también sociales fueron progresando desde nuestros días primitivos. Nuestra condición fisiológica de uso de tecnología está presente ya en una considerable cantidad de seres vivos, tecnologías tales como el lenguaje, el trabajo en equipo, las extremidades prensiles, el camuflaje, las jerarquías organizadas, etc; se desarrollaron naturalmente en considerable variedad con los procesos evolutivos de las relaciones sociales a las que se vieron expuestos con el pasar del tiempo. La diferencia radica en que nuestro uso de la tecnología se volvió una extensión de nuestro pensamiento, y nuestra capacidad de abstracción emocional nos impulsó a buscar símbolos que representen condiciones metafísicas. Esta información fue evolucionando a la par con nuestra condición física, progresando aceleradamente con el pasar del tiempo fuimos descubriendo una red de conocimientos a la que siempre estuvimos atados. La idea de dios, por ejemplo, es el resultado de una relación con la naturaleza en la que los sujetos dependen de condiciones de orígenes aparentemente trascendentales para actuar bajo eventualidades fuera de la comprensión primitiva, esto es una falta de tecnología en la que se desconocían los procesos mediante los cuales la naturaleza actúa; esta idea se originó en el desconocimiento y permanece como la interrogante última a los misterios del universo. En su momento fue la autoridad última del pensamiento social y moral que permitió ordenar el comportamiento de los sujetos bajo este ideal, esto es tecnología en sí misma, un medio por el cual se podía autorizar las relaciones políticas; por otro lado, en el día de hoy (viéndolo fuera de la institución religiosa) es interpretado como información pura, no siendo un medio de control moral pero siendo un ideal en sí mismo, la voluntad trascendente del origen de los ideales mismos, presente en todos los hechos de manera omnisciente. Una representación relevante de la idea de dios gobernando el proceso evolutivo de la información a la que se vio expuesta el ser humano descansa en el libro: 2001 Odisea Espacial, y se encuentra representado por un enorme prisma cuadrangular de color negro, presumiblemente una supercomputadora encargada de entrenar a nuestros antepasados homínidos; hoy en día nos vemos expuestos a enormes cantidades de información gracias a los celulares inteligentes, en coincidencia representados como prismas cuadrangulares conectados a una red de información global. Aquí es donde entra en juego el ciberespacio, la virtualización de nuestra relación con el mundo se vuelve una realidad en los tiempos modernos, nos vemos enfrentados a mundos paralelos al nuestro desde tiempos inmemoriales gracias a la habilidad de la ficción y la imaginación, ahora manifestados en la palma de nuestras manos como ventanas. Es un mundo de información, siempre lo fue, ahora nos vemos comunicados con nuevas realidades, los especialistas tratan de descubrir nuevas maneras de comunicarse con esta tecnología, elaborando lenguajes que nos permitan acercar nuestra relación con las computadoras, elaborando interfaces que nos permitan experimentar el ciberespacio de manera vívida. El prisma cuadrangular representa a una infinita cantidad de información en tres dimensiones, se presentó ante nosotros primero en el libro de A.C. Clarke como una entidad trascendental y ahora se presenta ante nosotros como una ventana a un mundo nuevo, símbolo de la comunicación post-moderna y de la relevancia que tiene la información en nuestras vidas. El ciberespacio es una hiperrealidad en la que la energía se mueve libremente a través de los canales que nosotros representamos, la variedad de formas en la que esta energía se manifiesta se presenta ante nosotros como código sintetizado en los medios audiovisuales. Nuestro accionar en las redes de comunicación consiste en reproducir información a través de un sistema de encriptación conocido como lenguaje, para poder interactuar con la tecnología física tenemos que atravesar una variedad de capas de diversos lenguajes, con los cuales interactuamos indirectamente, que permiten traducir las diferentes funciones prácticas a un sistema de símbolos que permita entablar una relación intelectual con el medio. Las capas de relacionamiento que tenemos con las computadoras actualmente se dividen en tres estados diferentes, la capa superficial siendo la interfaz gráfica y lingüística que penetra en el medio social de los usuarios, la segunda capa es el código programado que media la interacción del usuario y traduce sus órdenes dentro del sistema de interpretación/binario, y la tercera capa es la composición física que transforma al código en corrientes de energía que atraviesan toda la estructura de la computadora. En nuestra exploración del entorno la tecnología deviene en una extensión de nuestra mente. Como dice Sartre: "El lenguaje se convierte en una prolongación de nuestros sentidos". Los celulares por su parte representan mucho más que sólo un medio de comunicación, lo mismo que el lenguaje, estas herramientas nos conectan a un nivel mucho más profundo y abstracto en los mecanismos que utilizamos para transmitir, interpretar y formar nuevos medios de información sino la información misma. Con la acelerada evolución de la tecnología hoy en día se nos presenta una realidad en la que la tecnología es una característica cultural que define el comportamiento de los usuarios, y es esta tecnología la que nos invita a modificar nuestra manera de pensar e interactuar con el mundo. Evolucionando como especie evoluciona también la expresión de conocimientos y los medios en que estos se transmiten, nuevas reglas de relacionamiento surgen de la experimentación y de las restricciones que la tecnología a veces presenta, generando formatos para expresar nuevas formas de arte. El arte siendo toda expresión humana capaz de contener un mensaje de relevancia cultural. Dentro del ciberespacio el arte es cada día más relevante respecto a la variedad de formatos en las que este puede manifestarse, un espacio donde la información atraviesa sus correspondientes procesos de selección social en los que los sujetos adoptan ciertas manifestaciones como tratos culturales, permitiendo la reproducción de la información como si fuera un sujeto más en esta enorme red de energía sintetizada. Los algoritmos registran nuestro proceso de exploración del ciberespacio, analizan nuestras afinidades de comportamiento y progresivamente moldean nuestra experiencia dentro de la red. Queda expuesta entonces nuestra superficie y se crea una emulación de nuestra personalidad aparente en la que representamos un producto dentro de un mercado, el mercado de los usuarios: potenciales compradores de ideas.

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