2: no todo lo que brilla es oro

19 4 0
                                    

Desperté una vez más en las calles de esta horrible ciudad, al final todo se vuelve a repetir, han pasado ya tres días desde que hable por última vez con aquel extraño chico, sinceramente no se como sentirme al respecto aliviada o asustada

p-por favor... N-no me lastime -sollozo-

oh miren, la niña desea piedad~ -ríe-

e-enserio y-yo no pedí nacer as -lo interrumpen-

–¿así? Jajaja no me hagas reír, personas como tu fueron creadas para destruir la paz, sería mejor mandarte al infierno donde perteneces

n-no... -sollozo- ¡por favor!

valla el Mariquita no quiere volver a su hogar

Aquella pelea me pareció repulsiva.  Pero a  pesar de ver diversas peleas todos los días, esta era... Diferente, en esta pelea no había una discusión como tal, solo un atacante y una víctima, por primera vez tuve el deseo de intervenir en algo en lo cual no estoy involucrada.

–perdón -me dirigi al chico, no eso no, a el monstruo que golpeaba a el pobre chico que se encontraba en el piso llorando- se podría saber, ¿que hizo aquel chico para recibir tal maltrato de parte suya? -jamás había hablado tan formalmente y menos con alguien como el-

a ti no te incumbe niñita, mejor lárgate ahora antes de que cambie a este mocoso infeliz por ti

–mmm... Me iría... Pero pregunte algo, y no estoy dispuesta a irme de aquí sin mi respuesta, a parte me pareció haber visto a una persona golpeando a otra sin razón alguna, y pues como tengo un amigo muy divertido en la policía, me dice que le cuente historias como estas, le parecen entretenidas.

maldita zorra...

Sonreí cínicamente -y bien?

este sin vergüenza es un pecador

–¿pecador? ¿Y que pecado ha cometido?

al imbécil este le gustan los hombres, es un maldito homosexual, y según veo que usted cumple tanto con la ley debe de saber que personas como el no pertenecen al Reino de Dios

–claro que se acerca de tal creencia -el monstruo ese sonrió cínico- pero usted también debe de saber algo...

–¿y que es?

–soy atea -sonreí y pateé al monstruo ese en... Bueno digamos que lo deje esteril- ¿estas bien? -le hable al chico que desde hace rato estaba tirado en el piso y lo ayude a parar-

s-si... G-gracias pero... No tenías que hacerlo, el tiene razón, las personas como yo no merecemos ir al cielo...

–muy bien, entonces consideras que personas como tu merecen sufrir solo porque tienen gustos diferentes, pero gente como aquel idiota no, gente que hiere física y verbalmente, que no tienen control sobre si mismos y que juzgan a los demás por no ser como ellos quieren, por ser especiales ¿Tu crees que personas como esas merecen el cielo? Pues bien en ese caso adiós, nos vemos en el infierno... talvez pertenezcamos ahí después de todo.

aah... Adiós... -susurra- y gracias

"Si personas como esas van al cielo... Creo que prefiero ir al infierno... Creo que en verdad pertenezco a ese lugar después de todo..."

Aprendes rápido...

A SinnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora