Día 4: Apoyo

3.2K 439 110
                                    

°•×•°

Luego de la pelea que Bakugou tuvo con Midoriya, las cosas comenzaron a ser ligeramente diferentes.

Kirishima sentía que su amigo buscaba excusas para estar encerrado en su cuarto.
Ni siquiera lo dejaba acercarse. Se sentía como si el muro que ya había derribado hubiese vuelto a ser construido. Ahora mucho más fuerte y alto qie la primera vez.

- Podríamos ir a entrenar luego -propuso Eijirō, intentando poder tomar el hombro de Bakugō

Sin embargo, este se aparto bruscamente antes de que pudiera ejecutar su acción, volteandose a verlo con el ceño fruncido.

- ¡¿Acaso crees que soy tan débil?! ¡¿Tú también piensas que no puedo valerme yo solo?! -preguntó encolerizado Katsuki, mirando con ojos dolidos y furiosos al sorprendido pelirojo

Demasiado exaltado por una cosa tan mínima como lo que Kirishima había propuesto.

Y eso, definitivamente, no era lo que el pelirojo quería decir. Puesto que él simplemente quería pasar tiempo con su amigo.

Justo como antes.

- Bakugō, eso no es-

- ¡Jodete, Pelos de mierda! ¡No necesito tu ayuda ni la de Deku ni la de ningún maldito extra! -agregó el rubio, marchándose definitivamente luego de lo que dijo, dejando al pelirojo con la palabra en la boca

Había sido, nuevamente, rechazado por el Katsuki...

.
°•★•°
.°•:·*❤️×🧡*·:•°.
°•★•°
.

La actitud de Bakugō no había presentado mucho cambio para los que no lo conocían, pues los únicos que parecían notar su "aislamiento" habían sido Midoriya, Kirishima y, obviamente, Aizawa sensei.

Sin embargo, Izuku sabía que hablar con Bakugō no iba a generar mucho cambio, ya que aún no eran lo que se podía considerar "amigos". En cambio Kirishima, quien si era amigo de Katsuki, estaba siendo alejado.

Quería ayudar a Katsuki, de verdad que quería, pero no tenía idea de cómo hablar con él y que no se lo tomara a mal.

Nunca había tenido que tratar con ese tipo de problemas de ¿Orgullo? Pues él no era así, ni tampoco nadie de su familia.

Era una situación completamente nueva y, sinceramente, muy preocupante.

- Bakugō -llamó, tocando con cuidado la puerta de la habitación del rubio- Bakugō... Soy yo, Kirishima -insistió, tocando un par de veces más con algo más de fuerza

- ¿Qué diablos quieres? -preguntó desde adentro Katsuki, sonando bastante cercano a la puerta

Cosa que hizo suponer a Eijirō que el cenizo estaba apoyado en la madera para así poder escucharlo, pero no tener que verlo.

- Hablar, por favor -pidió, esperando poder convencer a su amigo de ejecutar aquella acción

Sin embargo, Bakugō no cedió. Se mantuvo firme en su lugar y, finalmente, soltó: - No tengo nada de que hablar -.

Dando, con aquella últimas palabras, por terminada la corta conversación. Pues, por más que el teñido insistió, Katsuki no le abrió.

Lo dejo allí afuera, al borde de las lágrimas.

Kirishima era bastante sensible en algunos temas. Y el no poder ayudar a su amigo era algo realmente doloroso para él.

.
°•★•°
.°•:·*🧡×❤️*·:•°.
°•★•°
.

Una noche después de aquello, Kirishima escucho a Bakugō llorar.

Fue algo silencioso, sin embargo, debido a que las paredes de las habitaciones no eran realmente muy gruesas, Eijiro fue capaz de escuchar los sollozos ajenos.

Lo que hizo estallar lo poco que lo retenía de conciencia. Importandole poco o nada que Bakugō no quisiera contarle acerca de sus problemas.

Ya no era necesario eso, simplemente quería que su amigo supiera que lo tenía allí para él.

Por lo que, sabiendo que Katsuki no le abriría su puerta, se pasó por su balcón y abrió la ventana, la cual estaba, como siempre, sin seguro.

El rubio se alertó al escuchar el ruido detrás de él, volteandose en tiempo récord y frunciendo su ceño en posición defensiva.

La cual se deshizo al notar el rojo y liso cabello de su "atacante".

- ¿Qué diablos haces aquí, pelo pincho? -preguntó sombrío, limpiando con brusquedad rastros de agua de sus ojos

Pero Eijirō no respondió nada, solo se dedicó a avanzar hasta estar frente del cenizo y (a la fuerza) lo envolvió en un apretado abrazo. Abrazo que Bakugō, por supuesto, intentó deshacer. Pero no lo consiguió, y, en cambio, se largó nuevamente a llorar.

- No hagas eso, no me apartes. Quiero ayudarte -susurró Kirishima, sintiendo las piernas del rubio temblar mientras las palmas sudorosas de este se apretaban en la camisa de dormir de Eijirō- Somos amigos, Bakugō... Yo jamás te juzgaría. Así que confía en mí, igual que yo confío en ti -pidió, apretando más sus brazos alrededor del contrario

Mientras que Bakugō, perdido en el calor del abrazo, asintió lento, dubitativo, apretando más al pelirojo contra sí mismo.

- Si te digo que cierres tus ojos toda tú vida ¿Lo harás? -preguntó inseguro Katsuki, sintiendo una de las manos de Kirishima en su cabello, hundiendolo en sus rubias hebras y acariciando su cuero cabelludo

Y el pelirojo entendía. Era aquella una pregunta no literal.
Solo quería una muestra de confianza hacia él.

Por lo que, luego de sonreír pequeño, asintió- Sin dudarlo -respondió con calidez, escuchando claramente el suspiro que Katsuki soltó al oír su respuesta

- No te atrevas a soltarme -amenazó débilmente, sintiendo como, inevitablemente, una de sus sudorosas palmas soltaba una explosión involuntaria que impactó contra la piel endurecida de Kirishima

Y así se mantuvieron durante gran parte de la noche, consiguiendo unas grandes ojeras bajo sus ojos, pero también renovando sus espíritus. Consiguiendo apoyo incondicional del otro.

Mientras que Midoriya, al día siguiente, se lo agradeció mentalmente al pelirojo, pues él también había estado muy preocupado por su amigo de la infancia. Sin embargo, sabía que ahora ya no hacía falta más preocupación por él.

Ya que Kirishima le brindaría el apoyo que Bakugō necesitaba.

.
°•★•°
.°•:·*❤️×🧡*·:•°.
°•★•°
.

🍓KiriBaku Week 2019🍓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora