Lo que no sabes de mi

Capítulo 7

Pov. Kira

Luego de recibir el mensaje, recordé que había venido en el vehículo de mi hermano, y que había salido de la discoteca sin decirle a nadie que me iba, pero luego me las arreglaría con ellos, pero primero tenía que arreglarmerlas para llegar a casa.
Llamé un taxi, le di la dirección y lo espere, en 10 minutos ya estaba aquí, le di la dirección de mi casa, y en 5 llegamos, le pagué y me baje.
Abrí la puerta con cuidado de no despertar a nadie, me quite los tacones y subí las escaleras lo más callada que pude, entre en mi habitación y me despoje de toda mi ropa, me desmaquille lo poco de maquillaje que me quedaba y me puse un Jean Negro, un crop,  una chaqueta de cuero, mis botines negros y ¡ Listo ! Recogí mi pelo en una cola alta, tome mis llaves, mi casco, antifaz, y algo de dinero. Salí de la casa y emprendí rumbo al lugar al cual me dirigía casi todas las noches.

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Llegue a mi destino y estaba lleno de gente como de costumbre, personas bebiendo, otras fumando, cada cual en su mundo. Pero lo que todos tenían en común eran las apuestas, todas las personas aquí apostaban por los corredores, y no es por ser egocéntrica, pero yo era la mejor en esto, hasta mejor que los mismo hombres, y casi todas las personas aquí, apostaban por mi.

El público elige a su corredor, por esa razón estoy aquí está noche. Escuche por los altavoces que ya era hora de empezar, pero todavía no es mi turno, la persona que le tocaba competir conmigo no había llegado aún.
Me acerque a mi amigo Mark y lo saludé con un beso en la mejilla.

Yo: Ey qué tal Mark.

Mark:  Todo bien Ki ¿ Correrás hoy ?

Yo:  ¿ Por qué crees que estoy aquí, eh ?

Hice un baile extraño con mis cejas, lo que hizo que Mark, lanzará una carcajada. Pero dejando a mí amigo a un lado, ¿ Les gustaría saber cómo llegue a este mundo de adrenalina ?

Bueno pues, les cuento.

Cuando era pequeña me encantaba mucho montar bicicleta, y me encantaba hacer experimentos en ellas, cómo manejar con los ojos cerrados, o simplemente soltarla para que ella se manejara sola, en varios de esos intentos me vi internada en el hospital varias veces, cuando mi hermano Mikaelson cumplió los 16, mi padre le regaló una moto, y yo siempre le suplicaba que me enseñará, hasta que un día lo convencí.

Ya cuando tenía 14 era hasta mejor que mi hermano manejando motocicletas, mis padres viajaban continuamente por lo que casi nunca están en casa.

Una noche una amiga me invitó a escaparme de casa y fuimos a un lugar de carreras clandestinas y decidí inscribirme, nadie ponía fe en mi, debido a mi edad, hasta que me vieron correr, esa noche me lleve mucho dinero a casa y desde ese entonces soy amante a esto.
Salí de mi pequeño trance cuando sentí cerca de mi el olor a cigarro , y no me equivocaba, mi amigo Mark estaba fumando.

Yo: ¡ Ey ! ¿ No pensabas darme ?

Mike: ¡ Estoy llamándote hace como 5 minutos Ki ! Estabas fuera de este mundo.

Le saque la lengua, si un acto muy inmaduro de mi parte, pero que importa, le arrebate el cigarrillo de la mano y me di una cuántas caladas, antes de que llamarán a mi apodo por los altavoces.

Yo: Tengo que irme Mark, el parecer el inútil de mi oponente, decidió hacer su aparición ¡ Deseame suerte tarado !

Mark:  ¡ Suerte estúpida !

Me puse mi antifaz, mi casco y me subí a mi moto, no pude ver la cara de mi contrincante ya que tenía su casco y solo me esperaban a mí.
Una pequeña zorra, con ropa muy diminuta se paró en medio de las dos motos con dos banderines verdes los cuales sostenía por encima de su cabeza.

Altavoces:  ¡ Listos chicos ! 3.....2.....1 Fuera

La chica bajo los banderines y esa fue nuestra señal para salir, arranque lo más rápido que pude y le saque una ligera ventaja a mí oponente, lo mire por el retrovisor y ya casi me había alcanzado en la curva hasta que terminó por adelantarse, ya habíamos dado dos vueltas y si no me ponía a las pilas iba a perder esta noche y no podía, avance en mi moto a todo lo que pude hasta que estábamos a la par, mi ventaja es que yo conocía todo de este circuito, y venía un espacio en el cual solo cabe una de las dos motos, por lo tanto el que ingresé primero en ese espacio, tiene la carrera ganada, aceleré lo poco que me quedaba para la mayor velocidad y le saque la ventaja, sonreí para mis adentros porque sabía que había ganado ¡ Otra vez !
Todos se acercaron a mí silbando, y aplaudiendo mi victoria. Mi oponente llegó y se quitó el casco, para felicitar a su ganadora, me quite el casco para sonreír victoriosa. ¡ Y sí que este mundo era pequeño !

Ambos: ¿¡ TÚ !?