una casi vice-almirante retirada (Law Y Tú)

capitulo 37

— el enfrentamiento recién inicia —

Las nubes de este lado del mundo son las más blancas,  el cantar de los pajaros acompañado por el grito de los sacerdotes que entrenan en esta isla se escucha como todos los días a esa hora de la mañana, todos tienen un espíritu fuerte y un gran deseo para acabar con la maldad de este mundo y este sentimiento a ido aumentando desde hace  dieciocho años,  desde que esa pequeña criatura nació a los pies de la estatua central,  la esperanza en los sacerdotes creció,  ella será quien limpie este mundo de toda la impureza y pecados traídos por los demonios

El sacerdote mayor camina alrededor de la joven rubia,  en sus manos sostiene un báculo de madera viejo y roto de la punta Baja,  en la cabeza su material dorado parece hecho de aluminio y sus aros están tan sucios que parecen falsos

El ambiente de la habitación tiene un fuerte olor a incienso,  la voz del sacerdote se escucha con mayor fuerza

— Yo y todos los seres sintientes nos refugiamos en Buda, el Dharma y la Sangha hasta que alcancemos la iluminación

La joven rubia grita con la misma intensidad que el sacerdote desde hace varias horas,  no, talves ya son días desde que están en ese rezo

— maestro — la voz cansada de la joven se escucha cuando el ritual por fin a terminado — yo...

Antes de siquiera articular alguna palabra, el sacerdote le extendió el báculo que hace un momento manejaba

— escucha pequeña —su mirada esta sobre los ojos verdes de la joven— te lo dije hace catorce años y te lo digo ahora,  tu eres lo que el mundo necesita para ser feliz

— pero maestro — la joven tiembla ante las palabras dadas por el sacerdote— yo... yo —sus manos que están apoyadas en el suelo tiemblan y sus ojos parecen que en algún momento expulsaran lágrimas— tengo miedo —su corazón bombardea la sangre con bastante fuerza, su seguridad cada vez disminuye, talvez su cuerpo no cuenta con valor— ¿que pasa si no lo logró?

Su mayor temor desde hace catorce años, desde que el gran sacerdote vio algo en ella, desde que su entrenamiento inicio, ¿que será del mundo si ella pierde?  ¿Que sera de ella si el templo es atacado por que fue descubierta?, ella tiene tanto miedo que sus labios han comenzado a hablar las mil y un razones de porque no debería ir, que mejor vaya uno de los sacerdotes con mayor experiencia

— ¡Reinhet! —el grito del sacerdote le ha echo callar— confío en ti,  no por nada eres mi discípula —el sacerdote tomó el báculo y depósito en las manos de la joven

En ese momento, el báculo comenzo a cambiar, la madera vieja cambia a un tono más fuerte y parece una madera más dura, la cabeza y los diez aros que le rodean se han limpiado y ahora puede notarse que están hechos de oro puro

— maestro yo —su mirada esta pérdida en el báculo, este le llena de seguridad

— pequeña —una vez más el sacerdote la llama y la toma de las mejillas— es hora de que partas, tu misión ha iniciado
 
Ambos en total silencio caminaron hasta salir del templo siendo seguidos por los demás sacerdotes y estudiantes para sacerdotes,  ningún sonido puede escucharse pues esta es la manera de despedirse,  es el minuto de silencio que el gran sacerdote cree importante dar a todo aquel que sale de la isla, no parece la gran cosa pero este minuto significa el destino de vida o muerte del que se vaya

— no olvides lo que te enseñe y — observo como detrás los futuros sacerdotes se muerden la lengua por querer hablar— llama cuando puedas

— si, maestro