❝cuando Lisa quiere aprender cosas nuevas sobre el sexo, y para eso visita una página de porno❞
Podría esperarme muchas cosas. La vida en sí era impredecible cuando se lo proponía, y creo que era mi momento de experimentar aquella emoción que podía...
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¿Qué mierda esta pasando?
Cuando Min YoonGi descubre que su novia había estado visitando una página porno para dar una clara indirecta a su inocente intención de querer llegar a más que besos y mimos.
Uh, que jodido estaba.
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La relación sexual en algunas personas es importante, dicen que se expresa todo el amor a base de caricias instantáneas. Otros dicen que no es necesario, que la vida no está llena de sexo, siempre y cuando la pareja este decidido a hacerlo. Las chicas —O también pueden ser los chicos— Llegan a veces con experiencia en su primera vez, pero unas que otras no tiene ni idea de cómo hacer que su pareja llegue a una complaciente hora de sexo.
Todo depende.
Aunque Lalisa Manoban era una de esas.
No se caracterizaba por ser de esas chicas que en su primera vez llega quitándole la ropa a su novio, lo besa con pasión y después deja que todo el contorno de su polla entre en su cavidad.
Ugh, y tan solo decir en su mente ''polla'' le daban ganas de pegarse.
Sabía que pronto iba a ocurrir, veía como su novio Min YoonGi le besaba con la ternura del mundo para después comenzar a, chupar con urgencia su cuello. No es algo que le moleste, solo que ve la desesperación en él.
Pero no quería llegar como toda una inexperta, tampoco.
Así, que mejor que ver vídeos porno en páginas.
Pero quién sabe, a base de una linda carita de muñeca pueden llegar varios pensamientos totalmente impuros. Lalisa Manoban era una niña traviesa, de eso estaba seguro.
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Mierda, cada vez es más difícil tener que llegar al jodido departamento sin tener que despertar a la rubiecita que tengo dentro de ese rectángulo lugar. Detesto cuando me ve con ojeras, la cara demacrada que tengo en estos momentos es tan notable como la jodida erección que me provoca cada día.
La luz de la luna me hace compañía mientras conduzco, pero de apoco las nubes color pastel tapan su brillante energía de noche. Sí, un poco de soledad me vendría bien, gracias.
Le doy una vista al pequeño regalo que tengo al lado del asiento, era una cajita con un lazo al alrededor de un color pasteloso. No podía tomarlo de la mano gracias a que estoy conduciendo pero esboce una diminuta sonrisa cuando me hizo recordar a la camiseta rosada que compre para Lisa y su reacción ante ella.
