Cumpliendo propósitos

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 Mientras terminaba de enjuagar su cabello color caramelo, escuchó que pateaban la puerta, obviamente era Alison , es decir, nadie más pateaba su puerta en la mañana.

Así que enrolló  su extraña  toalla de los Teletubies alrededor de su cuerpo  y abrió la puerta, para encontrarse a una Ali de brazos cruzados y haciendo pucheros con una mirada que transmitía enojo, seguramente, por .el tiempo que tardó Gemma en salir.

—Espera un momento, deja que me ponga algo de ropa okey?

Asintió mientras rodaba sus ojos azules.

Secó su cuerpo, y aplicó crema, todo de una forma muy rápida gracias al afán de su hermana menor. Buscó ropa en su closet, y también por toda su habitación, porque, aunque era una chica, tenía sus momentos de desorden al igual que todos.

Después de quince minutos de estar recostada en la pared, Alison vio a su hermana saliendo de su habitación.

Gemma cogió su mochila y agarró con aires de sobreprotección la mano a Ali para luego salir de la casa. Se subieron al auto de su padre, (Ya que Gemma había conseguido su permiso una semana atrás). El auto no era nada extravagante ni ostentoso, al menos no lo era comparado con los lujosos autos que llevaban las demás chicas en la escuela. Era un simple monovolumen, de un color entre amarillo y café.

Condujeron con el cuidado que todo principiante debe tener, hasta llegar a la escuela secundaria de Wyandotte, un gran edificio con seis columnas enfrente, el cual les dio la bienvenida  a un nuevo año escolar, con exactamente las mismas rutinas estúpidas que debías tener para ser un buen estudiante.

Al bajar del auto, tomó a Ali de la mano y se dirigieron a la entrada del ostentoso edificio. Y sin soltar un solo momento la mano de su hermana, Gemma se dispuso a encontrar correspondiente al horario de Alison.

La dejó en la puerta del salón y se dirigió a su respectivo salón.

...Después de un día aburrido, con un almuerzo híper  aburrido, con una Ali leyendo un aburrido libro de economía, salieron  de la escuela, tomadas de la mano, como de costumbre. Gemma casi no sentía la presencia de Ali, es decir, no hablaron en casi todo el camino al auto; cuando la miraba, su vista estaba clavada en el suelo.

Ya en el auto, volviendo casa sin siquiera un tema de conversación (la cual era entablada solo por Gemma), Gemma notó como los hombros de su hermana se movían como si estuviera riendo, pero las lagrimas en las pálidas mejillas de Alison mostraron que ese movimiento era causado por el llanto silencioso de la niña con la vista fija en la ventana.

Gemma detuvo el auto en un callejón, en donde esperaba no le dejaran una multa, y se acercó lentamente al tembloroso cuerpo de la indefensa Alison.

Ali escondió su  rostro mojado en el cuello de Gemma.

Al separarse, su rímel estaba corrido, parecía un mapache drogadicto y golpeado, un lindo mapache con problemas de timidez.

Sin decir una sola palabra, Alison se separó de su hermana y se acomodó en el asiento, como si nada hubiese pasado.

Al llegar a casa, apagó el motor y se giró a ver a Ali, que solo abrió la puerta del auto y entro a la casa como si el mismo monstruo ensangrentado de un videojuego de terror la persiguiera. Puso la alarma al auto y entró a casa,... no vio a Ali.

-Alison Wolft DONDE MIERDA TE METISTE???!!!!

y fue ahí cuando todo se salió de control.

 — Ni siquiera yo entiendo porque grito si no contestaras, no me hagas gastar más mi hermosa voz por favor.

Escuchó un horrible sonido proveniente de la cocina, como si algo se quebrase, se asustó y de inmediato salió disparada hacia la cocina con la esperanza de que fuese un ruido filtrándose por la ventana, completamente ajeno a su hogar, pero no fue así.

THE LAST DAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora