PARTE 5

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Salgo del auto y me estiro. Veo a Alfred dormir desde fuera. Abro mi mochila y saco una libreta.


"Fui por leña y a buscar algo de.     comida.

No te alejes demasiado de aquí.

Regreso pronto."


Doblo la hoja y la dejo sobre el capó azul del auto.

El sujeto de ayer, el que nos disparó, seguro tenía cosas consigo. Me dirijo hacía su cuerpo tirado detrás de un enorme arbol. Puedo ver el arma con la que nos atacó escondida entre ramas y hojas. La tomo y reviso el cargador. La cuelgo en mi hombro y me inclino a esculcar aquél pestilente cuerpo sin vida; un brillo me hace voltear a ver uno de sus bolsillos, hay una navaja en el, unas cuantas balas y la mitad de una barra de chocolate comercial, éste sujeto estaba muerto desde antes de que lo matara y no lo sabía. Ese simple trozo de chocolate era suficiente para infectar a 10 hombres.

Nadie sabe de donde vino, o quién lo creó. Pero se sabe que es un virus mortal, no perdona, entra en ti, y a las pocas horas una fiebre letal empezará matarte poco a poco.

Aquéllas palabras me hicieron remontar a recuerdos de cuándo todo esto inició. Una televisión encendida y una família reunida en la sala de estar. Disfrutando de un domingo de noche de talentos. Todo iba normal, hasta que el programa fue interrumpido por una emisión de una cadena de noticias.


"A todos los televidentes, se les informa

Que un extraño virus ha infectado toda

Comida existente en el planeta, no ingieran nada, esto no es un simulacro, repito, ésto no es un simulacro. Se sabe que el intruso entra a tu sistema y una poderosa fiebre acabará contigo en unas cuantas horas. Hasta

Donde sabemos, estos son los paise

Que fueron atacados por el virus." segudio, una lista enorme de países invadió la pantalla del televisor:

-Estados Unidos

-Canadá

-México

-Centro y sudamerica

-Francia

-cuba

-china

-Japón

-Alemania

-Rusia

-Australia


Conforme la lista iba bajando mi corazón latia cada vez más, deseando que mi país no apareciera en ella.


-Pakistán

-Corea del sur

-Dinamarca

-Groenlandia


Mi respiración se detuvo, mi mirada se cruzó con la de mi madre. Ahí, hasta abajo de la lista.


-Inglaterra.


Aquél trozo de pan que sostenía ella me hizo por un momento quererla más que nunca, me hizo querer abrazarla y no soltarla, me hizo querer decirle todo lo que nunca le había dicho. Mis ojos inundados de lágrimas borraron su rostro se mi visión. Su cálida mano en mi cara, limpiando aquélla lágrima que caía por mi mejilla, fue todo lo que necesité para saber que ese día, que ese domingo, sería la última vez que la vería. Más tarde, cayeron mi padre y mis 2 hermanos. Yo, afortunadamente, no había consumido nada hace 1 día, entre trabajo, escuela, tarea y proyectos no me acordé si quiera de esa necesidad. Luego de que toda mi familia cayera, me senté en el sillón, viendo fijamente la pantalla del televisor, esperando mi hora. La cuál nunca llegó, supuse que el que no haya consumido nada hace mas de 24 hrs no tendría nada que ver, ese virus tendría que andar rondando por ahí hace semanas. Pero al parecer me equivoqué. Esa misma noche, los hospitales eran un caos, inundados de personas con fiebre y personas infectadas. Las calles, las escuelas y las ciudades eran un completo embrollo, gente muerta por todos lados. Personas vaciando centro comerciales y atacandose entre sí. Y en tan sólo unos días, el mundo entero había entrado en una etapa de anarquía total, la ONU no hacía nada al respecto, como si de una simple gripe se tratara. Las ciudades cayendo, las personas muriendo con el paso de los días y otras matándose los unos a los otros fueron la combinación perfecta para que todo se viniera abajo. A las semanas de que todo ésto empezara, tam sólo en inglaterra, había muerto el 90% de la población. A nivel mundial nunca se supo, ya que las transmisiones dejaron de emitir a los 15 días.


Una liebre pasando a lado mío a toda velocidad me devuelve a la tierra. Sin pensarlo salgo detrás de ella recorriendo todo el bosque. Luego de 15 minutos persiguiendolo por fin se detiene a la orilla de éste. Me escondo detrás de un árbol y espero el momento indicado para atacar. Me acerco lentamente a él, pero antes de saltarle enzima algo a las afueras de la ciudad me roba la mirada. A lo lejos, puedo distinguir a una chica, delgada y con una mochila en su espalda, no puedo observar bien si es la mujer del trailer, no puedo ver la mochila con claridad para saber si es la de Alfred. Ella sólo está ahí, parada, viendo las grandes torres de cristal en ruinas. Está pensando en si entrar o no. Con cuidado y sigilosamente comienzo a acercarme. A pasos cortos salgo del bosque y me escondo detrás de un auto para evitar que me vea. Es ella, es la mochila de Alfred, y el cabello dorado que es sostenido por una cola me hace confirmarlo. Sin pensarlo más,corro a toda velocidad para recuperar lo que nos robó. Las piedras y cristales debajo mío hacen imposible el correr en silencio. Ella voltea y de inmediato corre de mí, entrando en la ciudad. Freno sobre el asfalto y miro el interior; una jungal de cristal oscura y peligrosa. Puedo sentir el frío viento rosar mi piel, haciendo que me estremezca. Esa mujer está loca, entró ahí sin más, como si de su casa se tratara. Respiro profundo. Quiero entrar y recuperar lo nuestro. Pero no quiero morir. No puedo dejar a Alfred sólo. El es fuerte, pero como dije anteriormente, ni siquiera el hombre mas fuerte sobreviviria sin compañía. Pero tampoco puedo dejar que ella se salga con la suya. Tomo fuerzas y cruzo la frontera de torres. Un frío recorre todo mi cuerpo. Hay tanto silencio que casi puedo oír la sangre correr por mis venas. Cierro mis ojos para concentrarme en el más mínimo ruido qué haga aquélla chica. Escucho pisadas detrás mío, pero antes de poder voltear un golpe fuerte en mi cabeza me hace caer al suelo. Todo se pone borroso. No puedo evitar cerrar los ojos.

LA QUINTA ALIANZA: Parte 1[CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora