II

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Después de un largo viaje en un incómodo silencio, Mark dejó a Tyler en su casa y se marchó, pero no sin antes decirle suavemente "Tyler... piensa bien lo que haces, compañero." con un reconfortante apretón de hombro.

Es así como ahora Tyler se encuentra frente a la puerta de su casa completamente solo, demasiado asustado como para tocar la puerta, aterrorizado por las preguntas que recibirá de sus padres, por tener que revivir toda la experiencia nuevamente. Si tan sólo pudiese teletransportarse a su cuarto sin tener que dirigirle la palabra a nadie, para poder quedarse ahí por siempre.

Pero no puede.

Así que junta todo el valor que queda en su cansado cuerpo para tocar la puerta.

Toc, toc, toc.

Tras unos segundos, logra distinguir el sonido de unos pasos acercándose y la voz de su madre. En unos instantes se abre la puerta, revelado el dulce rostro maternal que lo recibe siempre, pero que se transforma en una expresión de sorpresa al notar la presencia de Tyler.

—¡Tyler!, que bueno verte, ¿vuelves tan pronto?— Pregunta sonriente la mujer mientras una daga atraviesa el corazón del chico al escuchar esas palabras.

—Eh... sí, no había razón para quedarse de todas formas— Responde encogiéndose de hombros y analizando el aspecto, de su madre. Un delantal de cocina con marcas de harina aquí y allá, su cabello tomado de forma simple, su rostro un poco cansado y sin maquillaje.

—Oh, ya veo— La madre de Tyler logra leer entre las líneas y no hizo más preguntas —Bueno, llegas justo a tiempo, acabo de meter unas galletas al horno. Será mejor que vayas a cambiarte y bajas para comer.

Tyler asiente lentamente y se dirige a las escaleras para ir a su cuarto, hasta que la voz de su madre lo detiene.

—Eh, Tyler— El chico se gira desanimado para encontrarse con la bella mirada de la mujer que merece el cielo —¿No hay un abrazo para tu madre?, no te veo hace días.

Deja su maleta a un lado para dirigirse directamente a los brazos de su madre, sintiendo la fragancia hogareña que le recuerda tanto a su infancia, a los días en los que no debía preocuparse por su futuro y podía hacer de todo un juego. La abraza fuertemente en un intento de evitar que caigan las lágrimas, pero fallando rotundamente. De un momento a otro, Tyler estaba sollozando incontrolablemente en el hombro de su madre.

—Tyler, bebé, ¿qué ocurre?— Cuestiona su madre al darse cuenta del estado de su hijo —Vamos, sabes que habrán más oportunidades, eres un artista asombroso— Intenta animar al chico.

Ma... ya estoy cansado, mami— Dice con la voz temblorosa, amenazando quebrarse en cualquier momento —No puedo más, esto no es para mí. Todos estos años no han dado resultado, ma.

—Pequeño, está todo bien, sabes que estaremos para lo que necesites, pero quiero que te calmes y pienses bien lo que sea que decidas, ¿podrías hacer eso por mí?— Susurra dulcemente su madre en el oído de Tyler, quien asiente lentamente tras unos segundos —Entonces ve a tomar una ducha, respira y cálmate para poder analizar esto.

M.I.A. [tyler joseph]Where stories live. Discover now