Capítulo único.

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El mercenario estaba rodeado, fue inculpado y traicionado por su cliente, un capo que la forajida venía siguiendo hace tres meses, de pronto una granada de fragmentación acabó con dos de los enemigos, hubo una lluvia de balas, era Jessica con sus revólveres italianos, saltó de un techo y guardó las pistolas.

—Nos volvemos a encontrar... así que tú...-

—Shh, hombre dame la mano, alguien una vez me dijo que ayude al tracionado, además seguimos empatados.—Le tendió la diestra, el de la máscara bicolor aceptó, estaba desarmado y herido, recuperándose por supuesto.

—Tu cliente es un doble cara que buscaba la gran riña de ésta región, abolir viejas tradiciones y empezar a atacarnos a todos los asesinos para distribuir libremente un producto nuevo. —Hablaba en voz baja como si nada, llevando del brazo confianzuda al hombre aquel.

—A las 8 en punto.—Respondió el albino, aún los seguían.

—Lo sé.—Dejó caer una bomba de humo, Jessica saltó hacia ellos con la katana, era una de sus marcas cortar cabezas, después cuando todo disipaba ya estaba apretando su mano sin darse cuenta. —Larguemonos de aquí o ese bastardo hijo de puta huirá de mi y voy a golpearte a ti.

Minutos más tarde, Slade podía caminar por su cuenta, ni así soltó la mano de Todd quien se miraba decidida y desafiante llegando a la guarida del astuto criminal.

En la entrada ella quebró el dispositivo de seguridad de una patada, Wilson pudo ver muy bien la fuerza, resistencia y flexibilidad de la ex Robin, ya habían trabajado juntos, una vez tomaron una cerveza, no intercambiaron muchas palabras, habían peleado por diversión y acabado lastimados, no fue mentira, están empatados, la última golpiza la ganó ella que detuvo su katana con tapas de basureros y lo aturdió, excelente noche aquella.

Así se había quedado rememorando él, cuando volvió a la realidad encontró a la joven con cadáveres en el suelo y quebrando el cuello del jefe. —Y eso es todo, ¿quieres que llame a tu mami, Deathstroke?

Sonriendo a medias bajo la máscara, sin contestar la broma, cerró la puerta, la atrancó y se descubrió el rostro. —O podrías llamarme, papi... y la próxima lucha te la regalo.

Ofendida, ya que ella no requiere ni una ventaja, se quitó el casco, lanzándolo hacia atrás, su cabello estaba perfectamente acomodado salvo el mechón blanco, rebelde estorbando en su rostro, ligeramente pegado a su labial carmesí.

—Esto te va a doler.

—Pruébalo.

Lo comprobó, rodillazo a la entrepierna, él respondió con tacleada, siendo más alto se cayó y lo vio arrodillarse lentamente a lo que gateando se acercó a él y se lanzó encima para darle un cabezazo, ahí los dos en el suelo, con el olor a sangre de los cómplices, respiran agitadamente, Jessica ya está despeinada, los golpes fueron muy en serio.

—Empate...—La tacleada fue concisa, casi como el rodillazo.

—No, gané yo.—Contradijo a la chica, ella ofuscada frunció el ceño, lista para darle otro cabezazo, él se adelantó a jalarla del cuello y romper...la tensión.

Era un beso agresivo y atropellado, sin ritmo, con mordidas, peleando por controlar, el mayor jala su cabello violentamente, cortando el momento, la azabache jadea un poco, lo sujeta de los hombros y le estampa la cabeza al suelo.

Eso únicamente enciende más a Slade, el golpe lo dejó aturdido, Jessica puede ser agresiva en exceso, nunca se mide. Posiciona sus manos en esos bien torneados muslos en los que más de un villano se ha perdido, la sinvergüenza suele salir en short o leggings negros, pantalones entubados, ¿quién mierda va a concentrarse?

How did we end up here - Slade x Jessica Todd.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora