Un secreto compartido.

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¿Quién está ahí?

Un pequeño pelirrojo se encontraba frente a una enorme celda, la cuál estaba demasiado obscura.

Una estruendosa risa macabra se escuchó por todo el lugar.

- ¿Quién eres?

Preguntó Gaara, asustado mientras sus lágrimas nublaban su vista y sentía como recorrían sus mejillas.

Finalmente un par de ojos brillantes se hicieron presentes en medio de la penumbra.

El corazón del pequeño niño latía muy rápido y estaba demasiado asustado como para poder articular alguna palabra.

- Shukaku y ahora me perteneces.

Unos afilados colmillos acompañaron a aquellos pertubantes ojos.

- Gaara, ¿estás bien?

Naruto se encontraba al lado del pelirrojo mirándolo de manera preocupada.

Gaara se encontraba empapado de sudor con la respiración agitada.

Unos segundos después, el pequeño se reincorporó en su cama y abrazo a Naruto.

- No me dejes solo.

Pidió suplicante y el rubio agilmente subió hasta donde se encontraba su amigo para terminar acostandose a su lado.

- ¿Qué sucede, Gaara?

- Yo... -Aún le costaba asimilar que había sido una pesadilla.

- ¿Una pesadilla, cierto? -Interrumpió Naruto con el seño fruncido.

No era la primera vez que ocurría eso, con frecuencia Gaara tenía ese tipo de sueños, al igual que Naruto.

Sin embargo, ninguno era capaz de contar que era aquello que los mantenía tan intranquilos por las noches.

Hasta esa noche.

Gaara tardó varios minutos antes de hablar.

- Yo suelo tener una pesadilla frecuente y a veces se siente tan real que no sé si en realidad es un sueño...

- ¿Cuál es esa pesadilla? -Preguntó Naruto.

A decir verdad él también se sentía de la misma manera que el pelirrojo y tampoco entendía el porqué tenía esos sueños recurrentes.

- Sueño que estoy en una celda enorme y en su interior hay un mounstro o algo... su mirada me intimida... y sus colmillos son demasiado tétricos... ¿acaso me estoy volviendo loco?

Naruto apenas podía procesar todo lo que su amigo estaba diciendo. Era como si estuviese describiendo la misma pesadilla que él tenía regularmente.

- Gaara, yo... he tenido esa misma pesadilla también...

Admitió finalmente el Uzumaki.

Ambos quedaron totalmente confundidos. Sin embargo, estaban seguros que no se trataba de una simple casualidad y llegarían al fondo de esto.

- No te preocupes, Gaara... yo siempre te protegeré.

El pelirrojo se aferro al cuerpo de Naruto y ambos se quedaron profundamente dormidos.

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- ¡Buenos días! -Kushina saludo a ambos chicos al verlos bajar.

Era sábado, así que podrían quedarse todo el día en casa.

Lo cual era de gran ayuda para ambos, ya que tanto el rubio como el pelirrojo querían averiguar la razón de sus pesadillas.

Naruto tomó un vaso de leche y un pan y Gaara hizo lo mismo, sin embargo, prefirió tomar una de las tostadas que Kushina había preparado para ellos.

- ¿Y papá? -Preguntó el rubio impaciente.

- Me parece que sigue en su estudio.

Kushina se encogió de hombros y desapareció por las escaleras.

Según ella, era una mujer demasiado ocupada con las labores del hogar.

Después de terminar su desayuno, ambos chicos subieron al estudio de Minato.

Pero al parecer el Hokage estaba tan inmerso en una charla con otro hombre, que ninguno se percató de la presencia de ambos chicos.

Naruto y Gaara se quedaron fuera del estudio, ya que no era para nada educado interrumpir a Minato cuando estaba en reuniones importantes.

- ¿Así que las pesadillas se han vuelto más constantes?

- Así es... cada noche, ellos están más cerca de descubrir la verdad..

- Esa voz podría reconocerla en cualquier lado, es mi padre -Susurró Gaara.

Naruto le propuso al pelirrojo que se quedarán a escuchar aquella conversación.

Y así fue.

- Debemos llevarlos con Orochimaru ahora mismo...

- Ese hombre es un demente, ¿estas seguro que eso es mejor que contarles todo?

- Minato si esto se descubre, será el fin de la paz en las Aldeas.

- Pero yo...

Su platica fue interrumpida por un estruendoso sonido.

Naruto se había recargado con demasiada fuerza sobre la puerta y había caído al piso junto con Gaara.

Ahora ambos habían sido descubiertos por sus padres.

- ¡Naruto! ¿no te he dicho que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas?

Lo reprendió Minato y Naruto lo miró nervioso.

Trato de tomar el brazo de Gaara y arrastrarlo lo más lejos de sus padres. Sin embargo, el pelirrojo ni se inmutó y tomó valor para hablar.

- Escuché lo suficiente para saber que lo que nos pasa no son pesadillas, ¿así que por qué no nos cuentan esa verdad de la que tanto hablan?

Gaara se dirigió fríamente a su padre.

- No es tan simple...

Trató de evadir el tema Minato pero no funcionó.

Al final los padres de ambos, decidieron que era tiempo de que supieran lo que realmente sucedía.

- Verán, la razón por la cuál ambos tienen esas pesadillas es porque nuestras Aldeas tienen un secreto compartido.

𝑇𝑜𝑥𝑖𝑐 - 𝑁𝑎𝑟𝑢𝑆𝑎𝑠𝑢𝑆𝑎𝑘𝑢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora