Capítulo 1

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Si hay algo que detesto más que al machismo, es recibir un saludo del molesto sol cuando tengo resaca. Lo peor es que todo lo que puedo hacer es abrir los ojos lenta y dolorosamente...
AUCH
Duele como de costumbre, ya tengo experiencia. Al menos tengo la bella vista de un moreno de hombros anchos encima de mi pecho.
*O sí, ayer sin duda fue una noche entretenida, pero ya llegó la mañana*
Lo sacudo hasta que abre los ojos y me mira con la sonrisa traviesa que hace a cualquier mujer temblar, pero yo soy demasiado difícil de engatusar.
-Hola hermosura-. Me saluda con voz ronca.
-Hey bombón, hora de retirarse-. Anuncié lo más coqueta que mi dolor de cabeza me pemitió estar.
-¿Quieres que te de mi número?
Enarco una ceja
-Sabes que no es así como funciona.
Apoya su codo en la cama y me regala una sonrisa torcida
-No te pido una relación, listilla.
Fuerzo una sonrisa y le palmeo la mejilla
-No te preocupes, cuando decida buscarte, te encontraré.
Me he acostumbrado a esto también, que mal que ellos no se habitúen a que les pateen el trasero.
Se encoge de hombros fingiendo desinterés
-Tú te lo pierdes.
Se levantó para vestirse e irse.
*Bien, así daría menos trabajo*
Aún es mediodía y mi turno empieza en la noche, mejor sigo durmiendo.
El ruido de mi celular al recibir una llamada me despierta
*Joder, detesto que interrumpan mi sueño ¿Es que nadie se percata que soy un animal nocturno?*
Al menos quien me llama es Becky, mi única amiga.
C/A: Que sad.
-Qué quieres? -. Seh, no soy muy agradable recién despierta.
-Saca tu malhumorado trasero de la cama. Vístete con algo decente y ven a mi casa.
Miro el reloj, apenas son las cinco de la tarde.
*¿Qué demonio la poseyó para meterse con la íntima relación entre mi cama y yo?*
-¿Puedo preguntar para qué?
-No, simplemente ven a mi casa ya.
-Pero...
Y colgó, definitivamente me soporta solo porque es tan anti-social como yo.
No obstante hice lo que me dijo. Me vestí con unos pantolones cortos blancos y una blusa de hombros caídos negra que decía delante en blanco
Fuck you
Me gusta tanto hacerla enfadar.
Calcé mis Converse negros y el cabello de igual color suelto en ondas.
*Perfecto*
Fui camino a su casa en mi Harley negra. Su morada es cercana, pero me da pereza caminar.
No me tomé el trabajo de tocar la puerta, me encontré a Becky sentada junto a un hombre.
Mi mirada se topó con la suya.
Chiflé internamente.
Su rostro es similar al de los ángeles, piel pálida y cabello castaño.
Lo que me congeló en el lugar fueron sus ojos.
Tan transparentes y juveniles, aspecto inocente y abierto a todos.
Tan lindo como peligroso.
-Al fin llegas-. Maldita Becky.
-Ni siquiera sé por qué vine, pero no me arrepiento.
Digo mirando al desconocido.
-Te presento a mi primo Nate. Nate-Max, Max-Nate.
-Mucho gusto-. Me dijo con voz cristalina.
*Dios, lo que haría yo con esa vocecita de niño bueno*
Espera ¿Cuándo fue la última vez que fantaseé con un hombre?
-Becky, céntrate ¿Qué es lo tan urgente?
Lo ignoré por completo; mejor para él.
Sus ojos marrones se agrandaron y tuve que aguantar la risa.
-Necesito que me lleves con mi madre.
Me atraganto con mi propia saliva. Al reponerme la asesino con la mirada
-No puedo creer que en serio me hayas despertado para servirte de taxista y llevarte con la bruja.
-Venga, por favor-. Pidió haciendo morritos.
Odio como me controla con ese gesto, pero me niego a ver a su madre.
-Si tienes auto.
-Debo recoger unos familiares y Nate no cabe en mi auto-. Plantea
-¿Serás desvergonzada? ¿Yo qué tengo que ver con esto?
-Me debes una y como buena amiga me la pagarás.
Sólo me dio un aventón una vez SOLO UNA VEZ ¿Y me lo saca en cara?
Me trago el gruñido poque siempre cumplo mi palabra.
-¿Qué tengo que hacer?
Me mira para nada aliviada con mi respuesta, la supo desde el primer momento en el que hizo la pregunta.
-Solo llevas a Nate mientras yo cargo con el resto de la familia. Eso, o le prestas tu moto.
A través de mis ojos le envío una advertencia que declaro con mi voz
-Sabes que a mi bebé nadie la toca, ni siquiera tú.
Sonriendo se pone de pie con un salto
-Entonces mejor nos vamos.

Al salir de la casa y Nate ver mi moto tuvo la misma reacción que los demás... solo que más lindo.
Sacudo mi cabeza
*¿Qué me sucede?*
-¿Tienes una Harley?
Me encojo de hombros
-No me conviene viajar en auto porque se me pegan muchos hombres. En cambio en moto solo uno o dos.
Su expresión cambia de sorpresa a vergüenza
¿De dónde salió este tipo?
Cuando me subí a la moto una de mis mangas bajó demasiado y ofreció un atisbo de escote.
Sus cachetes fueron salpicados por una capa rojiza y mi corazón se sacudió.
-¿Qué edad tienes? -. Le pregunto.
-22 ¿Tú?
-20, pero pareces menor.
Comento estudiando sus labios carnosos y único lunar debajo del inferior. Luego sus largas pestañas y bajo ellas ojos marrones intensos.
Me estremecí y maldije en voz baja.
*Debo ser masoquista, porque procedo a repasar su cuerpo y me obligo a inhalar correctamente*
-No, definitivamebte aparentas tener 22.
Mi rutina lleva asegurada hombres bronceados y músculos marcados. Pero su composición delgada y tonificada me arrancaron un jadeo.
-Simplemente sube a la moto-. Le ordeno con voz dura.
Subió con cuidado de no tocarme y le sentí tenso.
-Sólo relájate, no te morderé aún-. Le dije complacida de mi efecto en él.
Claro que no fue un comentario muy inteligente puesto que solo sirvió para que Nate no se atreviera a agarrarse de mi cintura.
Ya verás
Arranco con más potencia de la necesaria y casi cae, pero se sostuvo de improvisto de nis pechos.
Como si el contacto le quemase retira con prisa las manos.
-Dios... perdona, no era mi intención...
Ignoro el tirón que sentí y le dije
-Simplemente agárrate de mi cintura. Por favor, de mi cintura.
Enfaticé en lo último.
Con suavidad colocó las manos a ambos lados de mi cintura y retomé el trayecto. Becky debió haber marchado unos minutos atrás.
A medio viaje mi estómago gruñó molesto por la falta de atención.
-Hey, paremos a comer, muero de hambre-. Le digo alzando la voz para que me escuche por encima del viento.
*Requiero protreínas para enfrentar a la bruja*
-Ok, yo me encargo de Becky ¿Hamburguesa está bien?
Mi estómago truena de acuerdo con la idea.
-Hamburguesa será-. Afirmo.
Nos detenemos en una cafetería en el camino y detecté las miradas sobre nosotros.
-Sentémonos aquí.
Tomamos asiento en una mesa al lado de la ventana. Uno frente al otro.
-¿Por qué te desagrada tanto mi tía?
Ni siquiera hago el intento de hallar la respuesta real, eso solo cavaría entre mis recuerdos.
Por lo que voy con lo superficial
-¿En serio? Es una perra.
Frunce el ceño
-¿Yo te desagrado?
Me apoyo en el espaldar del asiento
-¿Por qué crees eso?
-Actúas como si no me soportases.
Pongo mi dedo índice en la barbilla y estudio su reacción
-Me intrigas-. Le digo.
-¿Por qué? -. Pregunta más confuso aún y su expresión es tan tierna que me arranca la verdad.
-Tu indiferencia me inquieta. No acostumbro a la resistencia por la parte de ustedes. Y tu actitud es sumamente frustrante.
Me mira fijamente y aprovecho para admirar sus bellos rasgos.
-No te odio. Me gustan los retos.
-¿Para ti soy un reto?
La necesidad de tocarlo se hizo con el poder. Descrucé mis piernas y apoyando las palmas de mis manos sobre la mesa me incliné hacia adelante
-Dime ¿Cuánto estás dispuesto a arriesgar?
Con tan solo un suspiro entre ambos me preparo para besarlo.
Antes de tener oportunidad escucho un grito y abro los ojos
Mierda
-¡Quita tus garras de mi sobrino inmediatamente!
Enfoqué mi vista en él y sus estaban a punto de salirse de sus órbitas
-Tía, esto no es lo que piensas.
Espera ¿Qué?
C/A: UY GOLPE BAJO
Un inexplicable enojo calienta mi sangre
-Dime Gretel ¿Qué opinas de la situación? -. Pregunto dirigiéndome a la madre de Becky.
Centra su fría y sobreprotectora mirada en mí.
Ugh, estoy a punto de vomitar.
-Bastó el mensaje que Becky recibió con su ubicación y saber que tenía tan ingrata compañía para que tuviese que actuar. Y mi instinto fue inequívoco; te encuentro a punto de besarlo contra su voluntad.
Rio descontroladamente, mi pregunta esta vez es para él
-Dime Nate ¿Querías que te besara? -. Necesito saberlo más de lo que me conviene.
Pero Gretel habla por él
-Él no es como los hombres con los que sales.
Resoplo
-Sabes que no salgo con hombres.
Da un grito ahogado y las risas contenidas me recuerdan dónde estamos.
*Al menos estoy ofreciendo un buen show*
-Nate ¡Nos vamos!
Él se levantó con la vista pegada al suelo y yo no me contengo.
Agarré su mano y anuncié
-Con quien se va es conmigo.
Al salir se detuvo y se zafó de mi agarre
-¿Qué te sucede? Ni siquiera me conoces.
-¿Por qué dejas qur te controle? -. Pregunto negándome a pensar que el chico que hace un rato me intrigó se redujece a ser tan solo esto.
Pero en lugar de una respuesta recibo un
-¡Ese no es tu problema!
Dejándome plantada en la acera sin saber con exactitud qué hacer, se dirige a su tía que recién sale de la cafetería.
-Tía, en serio no es lo que imaginas.
Ella hace un gesto restándole importancia al asunto
-Luego hablaremos de esto.
Vi cómo asentían y subían al auto de Becky.
¿Dónde estará ella?
Además...
¿Qué carajos acabo de hacer?

Perdida En TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora