Capítulo 3

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Desperté en sus brazos y con un calambre de mil demonios en cada parte de mi cuerpo.
Con una mueca de dolor me moví de su agarre despacio y me sorprendí al percatarme que pasé la noche con tacones.
*¿Qué carajos?*
Preparada para soltar una retalía de maldiciones por el dolor de cuello, me detengo recibiendo una información directa del cerebro.
*Dormí toda la noche y madrugada sin despertarme ¿Cuándo fue la última vez que logré esto?*
Miro directamwnte a Nate que está encogido en mi cama.
*¿Qué está haciendo él en mí?*
Tomo aire con profundidad sin pensar más en ello y me dirijo descalza a la cocina.
Mientras preparo café escucho un gemido preveniente de la habitación. Vuelvo con el trote más rápido que puedo manejar por las magulladuras de mis pies
*Malditos tacones*
Encuentro a Nate hecho un ovillo entre las sábanas.
-¡Ahhh! ¿Por qué diantres me duele tanto la cabeza?
Me apoyo en el marco de la puerta divirtiéndome por su ignorancia del tema
-A eso se le llama resaca, es una perra así que acércate a desayunar y tomar unas pastillas.
Se congeló en la cama y sacó la cabeza de las sábanas, su cabello castaño está tan desordenado sobre su cabeza que parece que en lugar de dormir, estuvimos revolcándonos toda la noche.
Un calor sube por mis mejillas y la vergüenza aumenta al ver como la idea me afecta.
*Jesús Max, no tienes 15 años*
-¿Dónde estoy?-. Pregunta confundido.
-En mi apartamento.
Exaltado abre los ojos y el movimiento brusco de intentar levantarse de un salto de la cama provoca que cierre los ojos con fuerza.
-Mierda... Por favor dime que esta no es tu habitación.
Me cruzo de brazos y enarco una ceja con gesto desafiante.
-Deberías sentirte orgulloso. Eres el primer hombre que entra aquí.
Sin mostrar signos de alivio frunce el ceño
-¿Por qué hago la diferencia?
TOUCHÉ
-¿Vas a comer o no?
Le pregunto en un intento de desviar su atención.
Con un asentimiento se levantó esta vez con más lentitud y me siguió al comedor.
-Sentémonos-. Le dije señalando la mesa para cuatro.
En silencio se sentó y yo coloqué los platos sobre ella, uno con tostadas y otro con la mantequilla, un poco de queso y lasquitas de jamón, además del café.
*Me esforcé* pienso limpiando un sudor inexistemte de mi frente.
Comienzo a comer y a medio bocado Nate me interrumpe
-Em... Max.
-¿Si? -. Pregunto.
-Ayer no hicimos nada ¿Cierto?
Dejo la tostada en el plato al ver que no podré desayunar tranquila hasta que no cierre este caso.
-¿No recuerdas lo que sucedió?
Negó viéndose avergonzado.
Entrelazo mis dedos por debajo de mi barbilla y mis codos apoyados en el borde de la mesa.
Lo observo intentando descifrarlo.
-Te diré si me dices la razón de tu borrachera de anoche.
-No puedo decirte-. Dice con los dientes apretados.
Frunzo los labios decidida a no dar mi brazo a torcer.
-Entonces yo tampoco tengo nada que decirte.
Se tensa como la cuerda de un violín.
-Tengo que saber qué ocurrió anoche-. Exigió.
Me encojo de hombros fingiendo desinterés
-Tú decide qué harás.
Suspira y pasa su mano por la cara.
-Es Gretel-. Admite a regañadientes.
-Mhm. ¿Y...?
-Ayer cené con ella y el resto de la familia, creen que soy gay.
-¿Por qué lo creen?
Aprita los puños encima de la mesa.
-Eso sería demasiada información.
Asustada por su respueata pregunto
-Pero no eres homo sexual ¿Cierto?
-Claro que no-. Afirmó con tal decisión que le creí.
Pero no me conformaré con esto
-Demuéstramelo.
-No puedo-. Dijo apretando la mandíbula.
Me recuesto con tranquilidad en la silla.
-Así que eres gay.
Se crispa
-¿Por qué te importa tanto mi vida?
*Está a punto de caer*
Escondo mi sonrisa y le digo con voz pastosa
-Pues verás, la cuestión es que ando buscando un amigo gay, dicen que son buena compañía y creo que lo he encontrado.
Lucía más que molesto y a punto de lanzarme el plato de tostadas a la cabeza.
Me levanté y rodeé la mesa hasta quedar frente a él.
-¿Qué te parece si vamos de compras primero? Es lo que una mujer y su amigo gay hacen ¿No?

Se levantó con tal rapidez que trastabillé hacia atrás sorprendida.
Se acercó como una mancha borrosa y me acorraló contra la pared.
-No sabes una mierda de mi así que no te pases de la raya-. Dijo a cm de mi cara.
Levanto el rostro buscando sus ojos.
-Lo que sí sé es que no eres suficiente hombre para enfrentar a tu tía.
Me miró fijamente con ojos llenos de tristeza.
-Dime Max ¿Tienes una hermana?
Los recuerdos me golpearon con fuerza y me vi obligada a no llorar.
*Él no sabe lo que habla. Respira Max*
-No-. Dije con voz débil.
-Entonces por eso no sabes cuánto duele que tu propia tía no te permita ver a tu hermana por el simple hecho de ser hijo de una escoria-. Respiraba trabajosamente y yo quedé callada.
-Mi hermana tiene ocho años y es la criatura más bella del mundo. Tenemos que encontrarnos a escondidas y me esfuerzo para hacer que viva conmigo. Mi maldito padre es lo peor y Gretel teme que sea igual a él. Por ello hicimos un trato que  plantea que me dará la custodia de mi hermana cuando tenga una vida estable.
Muerdo mis carrillos interpretando su mirada.
Suelto una carcajada entrecortada y las tontas lágrimas amenazan con aparecer.
Parpadeo tratando de deshacerme de ellas.
-Yo represento todo lo malo ¿Por eso no quieres acercarte?
Le pregunto más afectada del régimen necesario.
Desvío mi mirada al suelo y él se excusa
-No es así. Gretel piensa que eres una mancha pero...
-Gretel tiene razón-. Le interrumpo con voz dura.
Tomo aire profundamente y le pregunto
-¿Qué hay de tu madre?
-Murió al nacer ella.
-¿Cómo se llama?
-Mi hermana se llama Samanta.
La luz en sus ojos al pensar en su hermana hizo que quisiera protegerla aun sin conocerla. Puse mi mano en su bísep derecho e intenté ignorar la repentina tensión de su cuerpo.
Endulcezco mi voz
-Podemos hacer que consigas la custodia.
Enarcó una ceja
-¿Podemos?
Asiento mirándole a los ojos
-Tengo a un buen abogado trabajando para mí. Es muy capaz y confío en él. Tenemos las de ganar.
Deja caer su cabeza derrotado y nuestras frentes hacen contacto. El gesto y la cercanía son tan íntimas que me ponen algo nerviosa.
Pero mi nerviosismo pasó a segundo plano al escuchar su voz, débil y vulnerable
-¿Qué se supone que haga?
Mis manos cosquillearon deseosas por rodearlo con mis brazos, pero esto va demasiado rápido.
Palmeé su brazo despertándole del ensimismamiento y con tono seguro le dije
-Todo irá bien, mañana nos veremos en el Burguer. Por hoy encargáte de tranquilizar a tu tía y asegúrate que no se entere de nuestra reunión.
Asiente mirando la pared tras de mí.
Tomo aire profundamente y le aparto, le doy la espalda esforzándone en contenerme.
-Bueno... nos vemos mañana.
*Por favor vete... esta opresión... no la quiero...*
-Max...
Cierro los ojos con fuerza y quedo congelada en el lugar.
-Gracias.
Aprieto mis puños y muerdo mis carrillos para enfrentarme al estremecimiento que su calidez me provocó.
-No me lo agradezcas.
*No me lo merezco* Añadí en mi mente.

El resto del día organicé papeles y contacté con mi abogado personal quedando con él en el Burguer al día siguiente. Una hora antes de mi futuro encuentro con Nate.

-Buenas tardes señorita Pimentel.
Asentí con la cabeza a modo de saludo y tomé asiento frente a mi abogado.
-Hola Edward.
Su cabello engomado y porte elegante son algo a lo que me he acostumbrado.
Se cruzó de brazos y comenzó a hablar.
-Según sus coordenadas quiere ayudar a un amigo suyo.
-Exacto, necesito que tenga la custodia de su hermana.
-¿Cuál es el inconveniente?
*El problema no es su tía, sino que no recibirá ayuda financiera de ella. Por eso...*
-Quiero que conecte mi fondo monetario con el de ella.
Alzó las cejas sorprendido, lo que realmente no es raro porque nunca he hecho nada por nadie.
-¿Él lo sabe?
-No. No quiero que lo sepa hasta que sea imprescindible su conocimiento del tema.
Asiente con un amago de sonrisa
*Me removí incómoda en el asiento ante su expresión de orgullo*
-Me encargaré de todo. Sra Pimentel.
Nate llega a la estancia más temprano de lo planeado.
-¿Llegué tarde?
-No Nate. Te presento al abogado Edward. Edward él es tu cliente.
Intercambian un 'Gusto en conocerte'
-Quiero ese juicio cuanto antes.
-Así será Sra.
Al terminar de explicarle a Nate lo general del caso nos retiramos
Los siguientes tres días Nate y yo la pasamos juntos, viendo pelis y haciendo el vago.
Pero el cuarto...

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⏰ Última actualización: May 02, 2019 ⏰

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