Logró zafarse de su hermano a la hora del almuerzo, gracias a Naruto el examen de graduación no se hizo el día de hoy pero le preocupaba su amigo rubio ya que la mayoría del tiempo se mete en problemas.
Sentándose en su lugar de siempre en el techo del lugar, saco el vento de su mochila y se dispuso a comer. No amaba los tomates como a su hermano Sasuke, o el dango como a Itachi pero algo que si le encantaba era el ramen de Ichiraku y los onigiris rellenos de pollo que le hace su madre y que gracias a ella los aprendió a preparar.
-Veo que no pudiste resistir a estar tanto tiempo cerca de tu hermano –no le hizo falta voltear su cabeza para saber que era Menma quien le hablaba.
-Es muy molesto a veces –respondió llevando así la comida a su boca.
El pelirrojo se sentó y se dispuso a comer, necesitaría paciencia para ver la típica pelea de su hermano con su padre.
-¿Qué has sabido de Naruto? –Le pregunto ya que había terminado de comer.
-Está bien, de seguro Tou-chan o Iruka-sensei le estarán dando un sermón –ella asintió.
-Bueno, creo que ya es hora de irnos además, algo me dice que lo tendremos que acompañar hasta el atardecer.
-Opino lo mismo –respondió poniéndose de pie para dirigirse hasta el salón.
(...)
-¡(Tn)_____, espera! –Sasuke no termino de hablar cuando la menor desapareció de su campo de visión junto al Uzumaki mayor-... Tch. ¿Qué le diré a kaa-san ahora?
(...)
Cierto rubio se encontraba limpiando los rostros Hokage, en especial el de su padre bajo la supervisión de Iruka, (Tn)____ observaba con cierta melancolía a su amigo, Menma la rodeaba por sus hombros con uno de sus brazos mientras que suspiraba. Su hermano nunca aprenderá, bueno, al menos eso pensaba en este momento.
-¿No crees que deberías estar en casa, Imotou-chan?
-¡Kyaaa, Itachi-nii no me asustes así! –Gritó al sentir el aliento de su hermano en su cuello.
El mayor de los Uchihas la observo con el ceño fruncido al ver que el hijo del Hokage la tenía casi pegada a su cuerpo, antes de que ella pudiera rechistar la colocó en un genjutsu justo antes de que replicara para poder cargarla y llevársela.
Ignoro la cara de enfado de los demás adolescentes para dirigirse a su clan, por esta semana no tendría misiones.
Era algo bueno.
Al ir caminando con su hermana colgada como saco de papas la menor se remueve dándole un golpe en el estómago.
No se lo esperaba.
La menor salto mirando con el ceño fruncido al azabache.
-¡¿Cómo se te ocurre hacerme eso, BAKA?! –Le grito algo exasperada mirándolo con enojo.
-Primero... -hablo llamando su tención. Su tono de voz se volvió más frío y duro que antes-, veo que eres mucho más fuerte que Sasuke para resistir el nivel de genjutsu que te puse –se acercó más hasta acorralarla en la pared de un callejón. Habían llegado al distrito Uchiha hace unos minutos-. Y segundo... vuelve a decirme baka y te ira muy mal –le susurró al oído para después besarle el cuello.
-I-Itachi... -suspiro con un sonrojo. Se sentía rara y extrañamente ¿deseada? Sus piernas temblaban y su respiración se entrecortaba con cada beso y lamida que le hacia su hermano.
-Con eso ya está –dijo para después separarse viendo la pequeña marquita roca que hizo en su cuello. La menor lo mira extrañada pero decide ignorarlo para seguir su camino, por suerte no había nadie pasando a estas horas por el distrito.
