El plan; hay que causar celos

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En el capitulo anterior

Bien, hagámoslo-dijo Fugaku decidido y ahora viendo a Mikoto, la Uchiha sonrio.

El plan se iba a llevar a cabo, una nueva misión, nombrada; darle forma al Minakushi.

Entonces ¿que haremos?-pregunto Fugaku.

Aplicaremos lo básico, vamos a usar los celos-dijo Mikoto satisfecha de su idea.

¿Celos?¿porque?-pregunto el Uchiha. Fugaku si entendia, pero lo que no compredia por que no utilizar otra táctica como; encerrar a ambos chicos en algún lugar o crear un momento de amor de esos 2 e incluso él y Mikoto se podrían a unir con el pretexto de hacer una salida de amigos, luego lanzarían indirectas.

Sonrió Mikoto, como si leyera los pensamientos de Fugaku, dijo: si, simple cuando nos vemos amenazados, y que nos intentan quitar alguien muy importante, nos dedicamos a protegerlo, si nos unimos a ellos, arruinaremos su privacidad, así que se dedicaran a platicar con nosotros y se fue la oportunidad que ellos se conozcan mejor, además si creamos un momento tal vez se pongan mas nerviosos y no se verán por vergüenza, y no podemos encerrarlos, porque escaparan, después se molestaran para eso necesitamos preparación e historia de ellos juntos-dijo como si estuviera platicando lo mas básico.

Entiendo-dijo Fugaku viendo como sus amigos se iban, sonrio levemente, porque le gustaba eso de la pelinegra, ella analizaba toda la situación y eso le gustaba, le fascinaba que sea tan analítica.-Entonces como les causaremos celos

Volviendo con el Minakushi

Arigatou-dijeron ambos chicos, despidiéndose de el dueño de Ichiraku, recibiendo un adiós y vuelvan pronto.

Bien, ahora que haremos, tebanne-dijo Kushina con una sonrisa. En los segundos que el Namikaze pensaba en algo, la Uzumaki se dedicaba a ver el rostro de el rubio, su cabello alborotado de un color parecido al sol, unos labios que parecían invitarla a besarlo, se sonrojo por su pensamiento, vio esos ojos tan azules que eran la combinación ideal del azul cielo con el azul del océano, se volteo y recordó la hermosa sonrisa de Minato en el día que la salvo, una sonrisa que traía calma y lo mejor de todo es que era una sonrisa sincera, que le dedico a ella a ELLA, se sentía afortunada, porque presentía que la sonrisa que le dedica a ella eran diferentes a todos los demás. ¿Si sentirse así era egoísta? Entonces ella era egoísta, además empezaba a anhelar ocupar un lugar importante en el corazón de aquel rubio.

Pues podemos ir a los puestos que ya han colocado por el festival, ¿Qué dices?-dijo Minato dándole una sonrisa con unos ojos que brillaban con gran intensidad de solo verla.

Vayamos, dattebane-dijo la Uzumaki tomando la mano de su acompañante, sin darse cuenta que ocasiono el sonrojo del Namikaze.

Al llegar al centro de konoha se encontraron con todo tipo de juegos desde atrapar un pez hasta juegos de punterías con kunais, ambos veían todo con ilusión, pero en ciertos ratos el Namikaze miraba de reojo a su hermosa acompañante donde ella observaba todo con un brillo único, el sonrió de medio lado a decir verdad se sintió un poco de celos por los negocios, que ridículo de su parte pensó él, pero por otra parte significaba que de verdad esa pelirroja lo tiene locamente enamorada, siguieron caminando hasta decidir que irían a atrapar un pez.

Cabe decir que la pelirroja perdio varias veces. Y todas esas veces le divirtieron al rubio.

¡AY! Ya casi lo atrapo esta vez-dijo Kushina diciéndose mas para si misma que para su compañía.

Si, si quieres te pue-fue interrumpido por un grito de victoria.

¡SI, LO LOGRE, DATTEBANE!-grito con una chispa en sus ojos, que embobaron al Namikaze. El dueño del puesto, le dio el pez a Kushina.

Una cita al estilo Uzumaki (Two-shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora