Familia de secuestradores

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- Pues en nuestro cuarto, por supuesto. Pero en la cama no; no quiero que me lama

- ¿Los oído Aika? Te vas a quedar con nosotros- acto seguido de mis palabras, el perro se puso a dar vueltas de felicidad. Giraba tal y como una peonza. Yo me puse a hablarle sin sentido, típico, ¿Quién se pude resistir a los encantos de un lindo cachorro?

- Que mona-rió

- ¿Aika?

- No, tu.- me cogió de la muñeca, me dio un beso tierno, él se movió un poco para profundizar el beso, podía saborear sus entumecidos labios. Nos separamos y vimos a Aika, al mismo tiempo ella giró la cabeza y empezó a agitar la cola. Yo y Jeff reímos. Yo, sonrojada, me paré a mirar a Aika y esconder mi vergüenza. Jeff me levantó mi mentón- No te escondas, te ves linda sonrojada

- Es que… Nunca nos habíamos dado un beso tan…- me sonrojé aún mas

- ¿Tan qué?- ahora él también estaba sonrojado

-  Tan… tierno y dulce…

- Tendrás muchos más así- volvió a besarme cortamente

- Jeff, te am- fui interrumpida por el sonido de mi teléfono, había recibido un mensaje, uno de Baruch que decía así: “De: Baruch Para: ___  ¿Quedamos otra vez en la playa dentro de diez minutos? Te traigo tu bebida favorita <3” Yo reí ante sus emoticonos, Jeff me miró raro

- Es Baruch- lo tranquilicé

Respondí a su mensaje: “De:____ Para: Baruch ¡Okay!”. Acto seguido miré a los mensajes, para ver si había alguno de mis ex-amigas. Me prometí a mí misma que no lo haría, pero la curiosidad  me venció del todo. Miré y nada… Es lo mejor, ni se porque las llamaba ‘amigas’ si esas son más falsas, presumidas y prostitutas de la historia. Yo también tengo la culpa, eso me pasa por masoquista. Me dieron unas ganas terribles de lanzar el móvil por la ventana, pero no lo hice porque tengo a Baruch; que es mi mejor amigo desde siempre, desde que tengo razón, nuestros “padres” ya se conocían. Miré a Jeff que me estaba mirando fijamente.

- Me tengo que ir con Baruch. Ahora mismito vengo ¿sí?- le di un beso en la mejilla- Adiós

- Bye, bye ____

Fui por la gris y triste calle. Ya que hacia un día muy nublado, si, era verano y estaba nublado. Definitivamente; soy gafe. Caminé un rato hasta la playa virgen donde me estaba esperando Baruch con un té frio y una cola en la otra. Yo le dediqué una sonrisa mientras me iba acercando a su persona, él me vio y me devolvió una sonrisa. Me senté con el mirando el paisaje, esta vez, se había sentado en las rocas, por lo que era un poco difícil de alcanzar. De repente alguien detrás de mí me dio un susto por el que yo grité.

- ¡Niño, ¿tú me quieres matar o qué?!

- No, era para tener una presentación original

- Te presento a Fabián, mi novio, aunque le gusta que le digan Fabi- dijo Baruch

-Que rápido eres

- Si- dijo sin remordimiento alguno

- Bueno, soy Fabi, vivo en esta ciudad me gusta la metálica, el mar, Baruch y el pop

- Interesante

- Ven y siéntate- dijo Baruch agitando el té frio. Yo fui y le quite la bebida sin que él se diera cuenta y empecé a beber.

- ¿Jugamos a algo?

-  Vale, ¿a las veinte preguntas?

- Okay. Empiezo yo

- Di

- ¿Eres virgen?

- Todos los que estamos en esta playa somos vírgenes

- Vale, me toca, ¿estas saliendo con Jeff?

- Ehm… Yo…- divagué

- ¡Responde!- dijo Fabi

- ¿Y si no respondo?

- Te tiro al agua

- ¡Esta muy alto!- eran como veinte metros

- Responde o te tiro

- ¡Vale, vale! Ehm… Sí, yo… soy… su novia

- ¡Lo sabía!

- Muy bien, pero tu chitón ¿eh?

- Si, no hay problema

- Y tú, Fabi

- ¿Si?

- Tampoco cuentes nada

- Okay

- Una pregunta, Baruch

- ¿Si?

- ¿Ya os habéis besado?

- Si, ¿quieres ver cómo nos besamos?

- No

- Pero…

- No

- Yo pensaba que las chicas

- ¡Que no, jolín!

- Vale…

- Bueno, Baruch, yo me voy

- Muy bien, adiós

- ¡Adiós!- dije caminando hacia la calle otra vez

De repente algo me cogió por detrás y me puso la mano en la boca. Yo muy sorprendida intenté morder su mano, pero eso hizo que me apretara más. No sé ni cómo ni cuando llegamos a una furgoneta negra con sus ventanas blindadas. ¿¡Porque esa manía de secuestrarme?!  Yo hubiese preferido que me golpearan. Necesito ver a Jeff ahora. Me metioó dentro de la sangrienta, sucia y morbos furgoneta y el chico se giró hacia mi.

- Soy Richard.- se acercó más a mi oreja- El hermano de Bill, el que encontré con tus huellas dactilares

- ¿E-eres policía?

- Si

- ¿Vamos a comisaria?

- No

- ¿D-dónde vamos?

- A mi casa de campo.- vi que sonreía de oreja a oreja-Dónde nadie oirá tus gritos

-  ¿¡Que?!

- Lo que has oído

Mi cabeza empezó dar vueltas, no dije nada más en todo el camino, el camino hasta el infierno, quise salir del coche, pero no podía porque iba muy rápido y estaba puesto el seguro. Empecé a chocar con la ventana para abrirla, daba igual, estaba blindada,  pensé en el techo, empecé a dar patadas a la pared, pero nada. Un segundo, ¡el móvil! ¿Cómo no lo pensé antes? Vale, cuando él no este, llamo a Jeff para que me venga a buscar. El coche se paró de golpe, haciendo que yo chocara con los asientos de delante. El se bajó del coche antes de que pudiera hacer nada y me ató las manos.

- Vamos, princesita- tiró de la cuerda

- ¿Toda tu familia me va a secuestrar?

- No, por ahora…

- ¿Q-Que me vas a hacer?- Tragué saliva, ya que se me había formado un nudo en la garganta

- Oh, ya lo verás, ya lo verás

Un asesino se enamoro de miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora