Mi estómago se retorció dolorosamente.
“Bueno, me dejas tranquila al escuchar eso…” Respondí sarcásticamente con los ojos llenos de preocupación. Eché un vistazo afuera. Un susurró vino de su boca y ví como dejaba escapar una sonrisa de sus labios.
“Tienes humor, me gusta” Volvió en ese instante la cabeza hacia su derecha para expulsar el humo de su boca en dirección hacia la ventanilla del coche, y poco después la cerró.
“Si, bueno, a mi me gustaría vivir también, si no te importa me puedes decir a donde vamos, porque hasta ahora no estoy muy tranquila” Murmuré, hurgando en mi asiento.
“Tómatelo como quieras shawty, no te voy a matar” Sopló el humo de su boca, pero esta vez sin abrir la ventana. La nebulosa de humo rodeó el coche un poco antes de desaparecer lentamente. Cuando el humo terminó de desaparecer, tiró el cigarro en el cenicero que había en el coche.
“Como voy a saberlo? Estoy en un coche con un asesino” Rodé mis ojos, crucé mis brazos sobre mi pecho.
“Vas a reprocharme eso en la cara, cada vez que abra la boca para decir algo?” Gruñó con voz grave, su voz era profunda y sus ojos oscuros.
Aclaré mi garganta, me sacudí la cabeza varias veces “No” contesté levantando mi voz. “Lo siento….” Tragué con dificultad, podía sentir mis manos sudar.
“Bien, porque no estoy de humor ni para oírte a ti….” volvió su mirada hacia el frente, para mirar la carretera por la que íbamos, volviendo de nuevo a la calma. “Ni a tus molestos comentarios sobre mi”
A este chico se le va la cabeza, esta loco o es bipolar.
Hasta el momento me estoy inclinando hacia la última opcion, es bipolar.
“Oh vaya, Gracias” Cada palabra que decía goteaba de sarcasmo. “Déjame decirte, que es muy agradable estar contigo” El incómodo silencio que sentía entre nosotros realmente no ayudo a la situación, le miraba de vez en cuando, sintiendo el nudo en mi estómago.
“Realmente, crees que me importa?” Dijo con veneno en cada palabra que pronunciaba. Sus dedos se enroscaron alrededor del volante, manteniéndolo apretado. Lo sabía, porque sus nudillos estaban blancos de tanto apretar fuerte contra el volante.
No contesté. En cambio, suspiré, mirando hacia delante y sin molestarme en abrir la boca.
Pero por sus miradas, parecía que quería que le respondiera.
“Me vas a responder o simplemente me ignoras como a un idiota?” Siseó. Sentí mi aliento agitarse y crucé las manos.
¿Cuál era su problema?
“Que coño quieres que te diga?” Le dije con voz alta y llena de rabia, cada vez mas frustrada con este chico.
“No lo se, cualquier cosa!” Tomó un giro por otro camino. “Solo no me ignores”
“Pensé que no querías que hablara mas?” Arqueé una ceja y le miré con incredulidad.
“No” El hablaba monótonamente. “No quería que usaras lo que has visto en mi contra. No te dije nada de que no hablaras”
“Como sea” murmuré. Si el quería que yo hablara, eso es lo más fácil que podía hacer.
Para mi ventaja, el se calló, dejando sus ojos en la carretera.
Me di cuenta de que estaba mirando a cualquier cosa que me llamaba la atención, el bienestar del silencio empezaba a ser aburrido, y de pronto volteé mi mirada para mirarle el lado de su cara.
No voy a mister, el era muy guapo, incluso cuando estaba fumando. Tenía la mandíbula apretada y bloqueada, y se veía sexy. Empecé a contar las pecas de su cuello, contando hasta cuatro hasta que el suspiró co frustración, volviendo su cabeza hacia mi.
“Que? Tengo algo en la cara?”
Negué con mi cabeza
Solo quería ir a casa.
Era psicólogo o sabía lo que estaba pensando, porque lo que me dijo a continuación me sorprendió con la guardia baja. “Mira, has visto demasiado. No puedo dejarte ir después de lo que acabas de presenciar. Sería un idiota” Se lamió los labios, sus ojos me miraban hacia mí, aunque nunca movió su cabeza.
Su tono me calmó un poco, pero todavía seguía muy nerviosa.
“Te lo prometo” Agregó de forma rápida.
Yo simplemente asentí con la cabeza de nuevo. Pero sin saber que estaba diciendo… El que me prometía?
Donde me había metido? Con la palma de mi mano froté mi frente, debió de saber lo que estaba pensando de nuevo, porque siguió hablando. “Me refería a cuando te dije que no te iba a hacer daño. Solo tengo que averiguar unas cosas, ¿de acuerdo? Vas a estar en casa en cualquier momento.”
El alivio se apodero de mí rápidamente, pensando en las palabras que me acababa de decir, pero no eran lo suficientemente alentadoras como para darme un suspiro y terminarme tranquilizando, aun estaba nerviosa. Lamiendo mis labios resecos, respiré hondo un par de veces tratando de librarme de los nervios que sentía, cuando otra risa profunda resonó en el coche.
“Estas dando a luz o algo asi? Porque suena como si estuvieras a punto de estallar” quien diría que ese comentario me haría reir. Demasiado fuerte.
“Tienes una risa bonita” sonrió el, mientras me guiñaba el ojo y sentía mis mejillas arder en calor. Seguramente estaría roja.
Si. Definitivamente era bipolar. Primero le molesta que hable y que le pregunte cosas… luego parece arrepentido por sus comentarios bruscos y ahora se ríe conmigo y me dice que tengo una bonita sonrisa.
“Gracias? Aunque creo que sueno como una hiena” Me encogí de hombros
Ahora el empezó a reírse mientras intentaba con cuidado no perder el control –algo que se añadiría a la lista de delitos que tendría, seguramente- “Eres divertida”
“Lo intento” Froté mis hombros, lo que nos llevo a reír de nuevo. Fue un cambio de humor que nos vino bien.
“Eres la primera chica a la que me he llevado, que tiene un buen sentido del humor” Me tensé cuando me di cuenta de lo que dijo.
“Te has llevado a otras chicas?” Le miré mientras volteaba hacia un lado, con mis ojos abiertos y el empezó a reír de nuevo, por tercera vez en la noche. Wow, teníamos que estar quemando calorías.
“Estoy bromeando” Él puso su mano derecha sobre su estómago y con la otra mano sujetaba el volante. “Deberías de haber visto tu cara” Él me miró a mi “No tiene precio”
“Jaja, muy divertido” Fingí una sonrisa mientras el me miraba de nuevo, tenía una sonrisa para morirse.
“Tienes una bonita sonrisa” Solté sin pensar, la vergüenza se apodero de mi cuando me di cuenta de lo que acababa de decir.
“Gracias” me sonrió, mostrando sus dientes. “Tu también tienes una linda sonrisa”
Sacudiendo la cabeza, me recosté en mi asiento del coche, sabiendo que no iba a regresar pronto a casa. Pronto me incliné para encender la radio, pero el se adelantó y la apagó. “Hey!”
“No me gusta la música” Habló en tono tenso.
“A quien no le gusta la música?” Le miré con el ceño fruncido.
“A mi. Ahora cállate y déjame conducir, Vale? Tengo que pensar” Dijo antes de aclararse la garganta y tratar de calmarse a sí mismo.
Aproveché esta oportunidad para que el me dijera la verdad. “Esta bien, mientras conduces, te importaría decirme ¿a donde me llevas?”
“Eres tan jodidamente impaciente” Gruño el con un tono desconocido, mientras deslizaba un cigarrillo del paquete, lo encendió antes de empezar a absorber el humo con su boca y cerrar los labios. “Vamos a mi casa” Murmuro, abriendo la ventanilla ahora y dejando que el humo saliera a fuera.
Oh dios mío, ayúdame ahora.