Esta historia comienza con mi muerte.
Todo estaba en tinieblas, oscuridad total. Absolutamente nada llegaba a mis sentidos mas que oscuridad y frió. La sensación de tiempo y espacio se había perdido por completo. Por ello no se en que momento comencé a sentir lo que en un principio comenzó como un murmullo lejano el resoplar que se produce con la agitación de alguien al correr.
Pronto una pesadez recorrió mi cuerpo encontrando un hogar en mi pecho. Angustia y temor vibraban produciéndome un fuerte sufrimiento sin sentido.
Mientras, el sonido de agitación llegaba a mis oídos cada vez mas claro y fuerte. Como si esta persona se estuviera acercando.
Mi vista hasta ese momento cubierta en un manto negro comenzó a dispersarse dejando al descubierto formas en movimiento irreconocibles en un principio. Las cuales pronto tomaron forma de árboles y ramas que se acercaban revelando que quien corría era yo.
A pesar de que podía distinguir levemente lo que se encontraba al frente, la oscuridad aun nublaba gran parte de mi vista no dejándome ver mas que lo que mi mano pudiera alcanzar.
No tarde en darme cuenta que me encontraba en un bosque parecido a un tenebroso laberinto, los árboles bloqueaban los caminos con sus ramas, solo insinuando un pequeño sendero por el cual difícilmente una persona podría pasar.
Aun con la poca visibilidad, me abría paso, el dolor que se producía en mi pecho me impulsada a seguir sin importar el dolor físico que las ramas producían al chocar con mi piel.
Solo seguí esquivando todo mientras creaba mi propio camino. Cuando creí no poder avanzar mas, el follaje se abrió revelando un pequeño claro donde la luna brillaba con todo su esplendor.
_ lo ves ahora?? Tu destino siempre estuvo en mis manos.
Me dijo, con una sonrisa burlona dibujada en su rostro.
La suave brisa mesia las hojas que se habían tornado de un color carmesí. Las cuales brillaban intensamente gracias a la luna, ese momento en donde el tiempo se detuvo, un dolor sin ser físico se apoderó de mi pecho. Una fuerte presión amenazaba con detener cada uno de mis latidos.
Desesperación, miedo y horror, recorrieron mis entrañas en un segundo.
Todo mi ser se vio aplastado por la realidad. Como si una mano gigantesca apareciera de la oscuridad y me atrapara entre sus dedos sin dejarme la posibilidad de escapar.
¿O era solo una pesadilla? Si pudiera ofrecer mi alma para que lo que estoy viendo sea solo eso, una cruel y vil pesadilla, no dudaría en entregarla, incluso mi cuerpo o cada fibra de mi ser si es necesario.
Ese momento, ese instante en el que el tiempo se detuvo, y la imagen de la persona que amo, quien estaba bañaba en su propia sangre, quedó grabada en mi pupila.
Se había alojado en un rincón de mi memoria del cual difícilmente sería sacado.
El suave rubor de sus mejillas había desaparecido por completo y su blanca piel se había vuelto aun mas clara y tornado de un color grisáceo casi azulado.
_¿Qu... Que has hecho??_ logre pronunciar cuando al fin las palabras lograron salir de mi boca.
El autor de semejante atrocidad, la persona que se encontraba a su lado, cubierto con la sangre de Luciel estaba sereno y no mostraba culpa alguna en su mirada.
Aun peor, se mostraba complacido con su acto depravado.
Apenas se inmuto al verme, y aun así seguía tocando el cuerpo ya inerte y sin rastro de vida de mi Angel.