Capítulo 5°.

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Me desperté cómo todos los días, igual de vaga que siempre. Me levanté y ande hasta el servicio y me lavé. Me vestí con unos shorts cortos, y mi camisa por encima del ombligo y por supuesto, mis vans.

Ya habían pasado tres meses desde que llevaba viviendo aquí, en Londres. Y tres meses desde lo ocurrido con Harry. Él y yo sólo éramos amigos, nada más fuera de lo normal.

Cada día que pasaba, Gemma y yo éramos más que amigas. Hermanas, era todo para mí. Me ayudaba en todo. Gracias a ella, conocí a muchas personas maravillosas. Todas las tardes quedábamos con los chicos en el skate park. Eran todos geniales.

Terminé de arreglarme y bajé abajo, mi madre preparaba el desayuno y mi padre no estaba, supongo que estaba trabajando. Me acerqué a mi madre y besé su mejilla. A mis padres le encantaba la idea de que saliera y que hiciera amigos, ya que odiaban verme triste por habernos tenido que vivir aquí, pero no me arrepentí de haberme venido.

-¿Papá ya se fue? -Pregunté sentándome en la silla, mi madre asintió dejando las tortitas encima de la mesa -No pude ni despedirme de él -Hablé cabizbaja, y mi madre rió-

-Si te hubieras despertado un poco más temprano, podrías haberte despedido de él -Me regañó mi madre, y miró el reloj -Y tampoco llegarías tarde a la universidad -Dijo mostrándome el reloj, que marcaban las 7:55-

Bufé, y me levanté. Corrí hasta mi cuarto y agarré la maleta y el móvil y bajé de nuevo. Gemma debería de estar esperándome en la entrada. Me despedí de mi madre con un beso en la mejilla y salí. Evidentemente, Gemma estaba allí. Me acerqué al coche y entré.

-Hola -La saludé, y ella me miró sonriendo-

-¿Qué tal? -Preguntó, arrancando el coche, dejé mi maleta en el asiento de al lado y abroché mi cinturón-

-Estoy bien, un poco cansada -Hablé -¿Y tú, qué tal? -Miré por la ventana-

-Cómo siempre, un poco dolorida -Movió sus cejas -Ya sabes, Nick... Que es un bestia -Se encogió de hombros, y yo solté una carcajada-

-La bestia aquí eres tú -Bromeé, y las dos reímos -¿Te lo terminaste tirando? -Pregunté, vaya pregunta tonta, se sabía la respuesta-

-Algo obvio rubia -Habló, las dos reímos -Está buenísimo, joder... -Suspiró-

-Cómo lo sabes... -Suspiramos las dos, y ella se giró y me alzó la ceja-

-¿Y bien? -Preguntó moviendo las cejas, y yo fruncí el ceño -No me pongas cara de rata, sé que tú y Thomas... -Hizo una seña con sus dedos, y yo me reí-

Os cuento. Thomas es un chico rubio de ojos marrones, que lo conozco desde que llegué aquí a Londres. Se junta en mi clase en hora de Biología y Química, es un amor de chico... y más de una vez salí con él al cine, entonces Gemma desde ahí lo llama cuñi prefe. Ya saben cómo es Gemma.

-¿Piensas ir al baile con él? -Me preguntó interesada, y sentí mis mejillas arder-

-No lo sé Gem, todavía no es el baile y... A él le gusta Tiffani -Dije cabizbaja, y ella rió-

-No digas idioteces -Habló acelerando el coche, ya que se había parado en un semáforo en rojo-

-Lo sé exáctamente -Dije cómo si fuera algo obvio, y ella bufó-

-Vamos Lucy, sabemos perfectamente que Thomas está colado por tus huesos -Yo reí, y ella aparcó el coche en el aparcamiento al lado de la universidad-

Perfecciones imperfectas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora