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La noche era más acalorada de lo normal. Mientras Hinata intentaba dormir en su pequeño cuarto, un recuerdo atravesaba su mente perturbando sus más oscuros pensamientos.

Naruto Uzumaki.

El padre de su mejor amiga y su actual jefe. El hombre al cual le había entregado su primer beso y no se arrepentía en lo más mínimo. De hecho, había despertado en ella un extraño cosquilleo entre sus piernas, avivando cada fantasía sexual que se alojaba en lo más oscuro de su mente.

Que la perdonase Dios...

Pero no podía evitar tocarse mientras fantaseaba con su jefe. Sus manos actuaron por voluntad propia y fue inevitable no sentir las ganas de balbucear su nombre.

Naruto... Naruto...

Repetía su nombre una y otra vez mientras alcanzaba el orgasmo. Se levantó de su cama aún con las piernas temblorosas y se metió a la ducha. Necesitaba despejar su mente o estaría pensando en ese maravilloso hombre toda la noche.

Luego de una agradable  ducha, se metió a al cama y cayó en un profundo sueño.

.

.

.

Naruto acababa de llegar al club nocturno, el que solía visitar con sus amigos para buscar mujeres y tomar uno que otro trago. Había salido de la casa a la mitad de la noche. Dormir no era una opción, mientras aquel apasionado beso no salía de su mente, un mar de sensaciones recorrían su cuerpo. Aquella joven estaba calando a lo más profundo de su ser y si no se controlaba...

Terminaría por meterla en su cama y hacerle el amor hasta que ambos perdieran la razón.

Por eso se encontraba allí esa noche. Aunque sabía que quizás se encontraría con alguno de sus amigos, la intención era coincidir con alguna mujer que arrancara sus pecaminosos pensamientos sobre Hinata. Una mujer experimentaba que le brindara un buen sexo oral y uno que otro polvo para poder deshacerse de la tensión que Hinata había dejado en
Él.

Camino hasta una de las mesas donde se encontró con Shikamaru y su otro amigo y socio Yahiko.

— ¿Y esa cara amigo?— le pregunto Yahiko mientras le hacía señas a la mesera para que le trajera más bebidas.

— ¿Que cara?— contestó Naruto con algo de irritación. Sabía muy bien porque estaba de tan mal humor, sin embargo no quería contarles sobre lo que había hecho con la mejor amiga de su hija que también era su empleada.

— ¡Cielos! Necesitas sexo Naruto, estás insoportable. ¿Hace cuanto fue que dejaste a Shion?— comentó su amigo Shikamaru.

— ¡Bah! Estoy perfectamente.—Naruto ordenó un trago y comenzó a buscar con la mirada a alguna mujer que diera la talla esa noche. Se percató rápidamente de una esbelta rubia de pelo algo alborotado y ojos color aceitunas que estaba al otro lado del salón.

Eso era lo que necesitaba, una mujer rubia que le sacara a la pelinegra de la cabeza.

— ¡Ni lo pienses! Es mía.— Bramó su amigo Shikamaru al percatarse hacia donde tenía dirigida la mirada.

—¿Como?

— La ha estado mirando desde que entro al club. Está buscando las fuerzas para ir allí y hablarle. — terminó por contestar Yahiko.

— ¡Ya veo! Si no te apresuras te la quitaré— bromeó Naruto poniéndose de pie.

— ¡Naruto!

Naruto soltó una carcajada y volvió a sentarse.
— Tranquilo amigo, solo bromeó.

Shikamaru se tomó su bebida de un solo trago y se puso de pie. — Caballeros...— diciendo esto se marchó para acercarse a la rubia.

Solo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora