TRES

8 1 0
                                    

Abrí mis ojos, te miré, no podía creer que te tuviese aquí.

Tu eras el único que con una palabra me hacías feliz, me hacías sentir especial. No sabes cuanto te amaba, y que triste me ponía cuando no me hablabas.

Sabía que no podías estar aquí para siempre así que te abracé lo más fuerte que pude y tú me lo devolviste, empecé a llorar pero de alegría.

En medio del abrazo dijiste que me amabas a lo que yo te dije que yo también. La gente no entendía nuestra relación. Nos queremos como hermanos pero cada vez que digo que tengo un amigo al que amo dicen que me gusta y cuando digo cosas de él dicen que el me quiere. ¿No podemos ser solo amigos y ya? ¿Tiene que haber siempre una relación amorosa en medio?

Cuando nos separamos del abrazo me extendiste tu brazo así que yo lo agarré y empezamos a caminar sonrientes gracias al otro.
Apoyé mi cabeza en ti, gracias a la gran diferencia de altura no llegaba ni al hombro, pero así éramos felices.

Aquel día fue genial, nos dijimos que nos queríamos, nos dábamos mimos, comíamos de la comida del otro, nos reíamos cada dos segundos, incluso bailamos en un viejo bar, los dueños no eran personas jóvenes pero aún así se pusieron a bailar con nosotros y después nos dieron las gracias por hacerles recordar a como eran ellos de jóvenes, nos miramos y sonreímos. Les dijimos que éramos amigos y ellos dijeron que ellos también lo eran.

¿Como no iba a amarte? Si eras todo lo que estaba bien.

Pero todo lo bueno tiene fin.

Abrí mis ojos, todo había sido un sueño. Tú seguías en la otra punta del mundo y yo en mi casa triste por haber vuelto a soñar que estábamos juntos, que nos veíamos. Espero que ese sueño se haga realidad porque te necesito.

Abrí los ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora