Uno

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Cuando ambos se vieron por primera vez todo fue tan genial, sus personalidades muy a pesar de ser tan diferentes parecían compatir estando juntos. Sin mucha demora los dos se convirtieron en grandes amigos en el tiempo de algunas semanas.

La confianza entre ambos creció de tal forma en la que se ayudaban mutuamente sin pedir nada a cambio, una simple sonrisa y pasar tiempo con él otro era más que suficiente para los dos.

Llegaron a tal punto que gracias a Luzu el sótano de la casa de Auron había quedado limpio de cualquier monstruo o mob maligno que pudiera aparecer en aquel lugar. Gracias al castaño Frederick, el hijo pollo de Auron, había conseguido su propia etiqueta para su nombre.

La relación entre ambos fue escalando en gran medida al igual que se fortaleció con el paso del tiempo, parecía ser la amistad perfecta. En un par de meses la palabra mejor amigo que empleaban para tratarse era muy burda para su relación.

La relación entre ellos dos era algo mucho más lindo, era algo especial y no era algo tan tosco como solo ser simples mejores amigos. Ellos eran una mezcla  del trato que le daría a alguien que es tu pareja, junto a la confianza de una amistad de años.

Su relación era un invento de ambos, algo que sólo ellos podían entender. Ese era su encanto, que fuera algo suyo

Sus compañeros y vecinos no tardaron mucho en darse cuenta de que entre ellos dos había una gran química. Las miradas furtivas entre ambos, los pequeños sonrojos que tenían al tontear entre ellos mismos, el cálido trato especial que solo tenían con el otro y nadie más, los apodos dulces, cariñosos y hasta algo empalagosos que ambos se tenían, todo el mundo se podía dar cuenta de todo lo antes mencionado con tan solo pasar una tarde junto a ese par.

Nadie nunca llegó a pensar que aquel chico tan explosivo y rebelde de nombre AuronPlay, él mismo que era temido pero a la vez alabado por muchos en aquel pueblo sería el mismo que caería presa de la bella sonrisa de Luzu, la persona más amable y dulce que podrías encontrar en el mundo.

Bien decía el dicho que los polos opuestos se atraen con mucha fuerza. Ya que por más diferentes que ese par fuera ambos se buscaban siempre que podían, se querían, se entendían a la perfección como nadie más lo hacía y siempre se apreciaban como lo más valioso del mundo.

Tan solo bastaron un par de meses desde que los buenos tratos empezaron para que Borja cayera totalmente enamorado de su querido Auroncito, como solía llamarlo de forma cariñosa. El amable Luzu se había encariñado de gran manera con aquel chico tan explosivo pero bello.

Para Luzu, Auron era su ramé; porque era tan caótico pero hermoso a la vez.

La primera persona que se acercó al castaño para aconsejarle alguna cosa referente a sus sentimientos hacia Auron fue Rubius, su amigo híbrido le aconsejó que se declarará y le dijera abiertamente sus sentimientos hacia él de piercings. Rubén aseguraba firmemente que los sentimientos eran recíprocos y que no había nada de qué preocuparse, claramente el de mechón anaranjado los aceptaría sin pensar.

Borja le creyó sin dudar e hizo los preparativos para aquel día tan especial en el que diría todo lo que sentía a Auron porque ese día debía ser tan especial y bello. No sería cualquier día si no el día en el que por fin Borja se animaría a confesar sus sentimientos.

Debía de ser algo que fuera simbólico y especial para ambos chicos, que quedará grabado para siempre en la memoria de los dos para que en un futuro no muy lejano pudiera contárselo a sus amados hijos.

Al principio invitó a Auron a un pequeño paseo de esos que ambos daban de vez en cuando, caminaron y hablaron alegremente en todo el camino. Parecía que todo saldría tan genial como en sus sueños. Hubo una pequeña parada en un restaurante no tan lujoso pero era acogedor, en aquel lugar le hablaría sobre lo que llevaba sintiendo durante un tiempo.

Era todo tan romántico que parecía ser una película de romance, de esas que te sacan más de una lágrima de felicidad. Entonces aquella película llegó al clímax tan esperado; era la hora de declararse.

–Auroncito yo te amo – habló con voz calmada el de ojos claros – te amo mucho.

–Yo también – respondió entre pequeñas risas el de mechón anaranjado – como te quiero Luzu, mi niño.

Sin poder evitarlo las mejillas del castaño se tiñeron en un rojo que las adornaba. Estaba nervioso pero tenía que hacerlo.

–Verás, en este tiempo que hemos pasado juntos me he dado cuenta que congeniamos muy bien juntos, a pesar de que eres tan explosivo y tan tu mientra que yo soy tranquilo y todo lo contrario a ti, nos la pasamos genial estando juntos o al menos de mi parte. Nunca pensé que sería tan divertido poner alguna que otra trampa para los demás, me has sacado muchas sonrisas en verdad, por eso te quiero demasiado.

Ante todo lo dicho se ganó la mirada curiosa del moreno por ende los nervios casi se apoderaron de él sin embargo trató de seguir manteniendo una voz calmada y dulce ante la situación. Cosa que solo le dio un otro pequeño toque romántico a todo eso.

–¿Te acuerdas de la gran odisea que tuvimos que pasar para limpiar tu sótano? Fue algo arriesgado lo admito pero fue gracioso ya que estaba junto a ti. También ese mismo día logramos ver el crecimiento y el bautizo de Frederick el pollito que ambos queremos como a un hijo. Todas la ilegalidades que hemos realizado juntos, tu apoyo en las elecciones aunque no pude ganar – habló con una sonrisa nostálgica – todo eso me hizo darme cuenta de algo muy importante que llevó negando mucho tiempo pero ya es hora de aceptarlo.

Los ojos rojizos chocaron contra los cafés con toques anaranjados. La mirada del contrario era un sin fin de sentimientos que ninguno lograba comprender.

–Te amo Auron y no lo estoy diciendo como parte de los bobeitos  que solemos tener...en realidad estoy hablando de amar de forma romántica, de esa forma de cuando ves a esa persona especial y el corazón se te acelera poniéndote nervioso. Yo, en serio, me enamoré de ti.

Un silencio sepulcral inundó el lugar poniendo más nervioso a Borja.

–Luzu... – habló luego de un rato en silencio.

La voz de Auron sonaba relajada y segura cosa que sólo le hacía pensar a Borja que todo estaba bien y que no tenía de qué preocuparse bajando así las defensas.

–Soy heterosexual, no me van los tíos – respondió con tranquilidad.

Entonces el mundo de Borja se desplomó de la peor y más dolorosa forma que pudo existir.

deseo ; lzplyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora