Dos

1.8K 170 34
                                    

La mente de Borja daba vueltas, la misma frase se repetía una y otra vez pero este seguía sin poderlo creer. Eso no podía estar pasando, debía de ser una tonta broma ¿Verdad?

Los ojos rojos volvieron a chocar con los cafés anaranjados en busca de respuestas, en busca de algo que le dijera que nada de eso era real y que todo era una broma de muy mal gusto. Sin embargo, en los ojos de Auron no había más que incomodidad, entonces comprendió que todo era verdad.

Entonces ¿En donde quedaban todas las cosas que habían pasado juntos? ¿Acaso todo había sido producto de su imaginación? No, no era eso porque él recordaba las noches en las que se abrazaban y se decían cosas melosas al oído hasta quedar dormidos, él lo recordaba como algo real.

Las veces en la que ambos se cuidaban las espaldas para no morir a manos de algún mob maligno, las veces que bobeaban diciendo apodos melosos ¿Solo eran eso? ¿Simples bobeitos? ¿Acaso Luzu había malinterpretado todas las cosas?

–Pero…¿Qué dices? – habló apenas el castaño.

–Que no me gustas – respondió tan secamente que sólo dejó aún peor al pobre castaño.

Otra vez ese remolino de pensamientos confusos se hizo presente en la mente del castaño. Recordaba cada una de las veces que había estado junto a Auron, en todas y cada una de ellas habían ciertas cosas por las que pensó que en verdad era correspondido; las miradas furtiva que ambos se daban cuando nadie más los observaba, las sonrisas amables que recibía de Raúl ¿Todo había sido una broma? ¿Un tonto juego, eso había sido?

Pobre e iluso Luzu, en serio creyó que sus sentimientos iban a ser correspondidos. Llegó a creer que en verdad era el niño amado de Auron, que Raúl lo amaba incondicionalmente como él lo amaba. Pensó que siempre estarían juntos; que usarían cada oportunidad que tuvieran para verse, hablar, besarse y amarse como solo eso sabían.

Era una pena que nada de lo que había pensado y creído hasta ahora real, que solo había sido producto de su imaginación y las ganas de ser correspondido

–¿E-En serio? – preguntó el de ojos rojos sin poder procesar todo aún.

–Si, tengo novia, se llama Mónica creo que la conoces – volvió a hablar secamente dándole otro golpe al corazón de Luzu.

–Pero…– no sabía qué decir o cómo responder, él nudo en su garganta no le dejaba hablar como correspondía

Sin esperar alguna respuesta Auron se levantó de la mesa donde estaba para poder huir de aquella situación tan incómoda que se había creado en tan sólo un par de minutos.

Tan pronto como Luzu vio al del mechón anaranjado levantarse él de igual forma se levantó deteniendo a Auron tomando su muñeca para que no se fuera, en sus ojos rojos se podía notar cían dolido, triste y hasta enfadado se encontraba. Sus ojos que antes estaban llenos de vida y con un brillo peculiar ahora no existían, estaban opacos  y sin vida ¿En serio esa persona era Luzu?

Las palabras se atoraron en la garganta del castaño, quería gritarle lo mucho que le dolía, lo mucho que odiaba el hecho de que lo hubiera ilusionado de aquella forma tan cruel como lo había hecho para luego darle golpe que lo regresó a la realidad; esa realidad donde las alas del amor no existían, donde él no podría volar y ser libre junto a su Auroncito, en aquella realidad donde todo era malo.

Quería más explicaciones por ejemplo ¿Quién era esa tal Mónica? El nombre le era familiar pero no logras recordar muy bien a quien pertenecía, quería que le respondieran  ¿Que tenía ella que no lo tuviera el?

Parecía tan ilógico que el ser más amable de todo el mundo en esos momentos tuviera unas inmensas ganas de golpear y gritarle a Auron, su amado. Y lo habría hecho si no fuera por la mirada llena de confusión que observó de parte de Alexby que le hizo entrar en razón.

Aunque de sentará a explicar el porqué creía que él era el indicado para estar con Auron sobre cualquier mujer; que tenia que elegirlo a él pues era el único que lo atesoraría  como nadie lo había hecho antes y  que ambos pertenecían a los brazos del otro, no serviría para nada. Sentarse a explicar todo eso sería una pérdida de tiempo porque nada de eso serviría para hacerlo cambiar de opinión

A Raul le gustaban las chicas y no los chicos, aunque quisiera no podía cambiar aquello. Así como no puedes cambiar la opinión de alguien sobre algún tema trivial, así mismo no podías cambiar la sexualidad de alguien solo para cumplir tu capricho de ser correspondido.

Entonces lo dejó ir, observó devastado como el que aseguraba que era el amor de su vida se iba por aquella puerta para no volver a cruzar ni una sola palabra con él. En ese momento supo que había perdido una parte importante de él mismo, supo que se acababa de perder sin que nadie lo pudiera salvar.

Las lágrimas que tanto trato de retener salieron de sus cristalizados ojos; cada lágrima parecía estar hecha de ácido pues cada que caía una nueva sentía un fuerte ardor en su rostro.

Entonces por fin logró entender que amar no era sinónimo de ser amado y que hay deseos que no se cumplen.

deseo ; lzplyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora