Era así. Lenta, perezosa. Nuestro amor agonizaba delante de nosotros y ninguno hizo por intentar salvarlo ¿Que nos pasó, amor? ¿Tan ciegos estuvimos que no lo vimos? Un aliento de brisa y una suave caricia bastaba para reanimar lo qué en su día fue el nacimiento más precioso que podía presenciar el mundo. Lo que era una lenta tortura, nos sabía a una agría anestesia, pues no hicimos nada. Supongo que sí, qué estuvimos demasiado ciegos, qué no supimos ver como nuestro amor, agonizaba y moría.
ESTÁS LEYENDO
PROSAS DE UNA GOLONDRINA
PoesieUna pequeña golondrina que intenta volar🌪 Todo las frases creadas por mí.