-Cher estoy hablando enserio -dijo Ashton viéndome.
-Yo te estoy hablando en buen plan Ash, trato de arreglar las cosas pero al parecer tú no quieres. -dije viendo mis pasteles.
-A ver, arreglemos esto pues-dijo él divertido pero para mí no lo era.
-¡Eres un payaso! -le dije y me fui de ahí, no quería voltear a verlo, llegue hasta el salón, y ahí estaba Sea escuchando música con unos auriculares, no noto mi presencia, me senté a su lado y le quite uno de sus auriculares.
-¿Qué pasa Cher? -dijo Mar cortante.
-¿Por qué estás así? ¿Hay algún problema? -dije viéndola alterada.
-¡Tu novio carajo! ¡Ese es el estúpido problema! -dijo gritando.
-No grites que estoy a tu lado. -dije seria- Si estás de mal humor, hablamos después que yo también lo estoy y no quiero pelearme contigo.
-Es que no lo aguanto, ¡Lo odio! -dijo gritando de nuevo.
-¿Y yo tengo la culpa? no es mi culpa de lo que ambos hicieron, ni de su odio mutuo, tienen que encontrar la forma de arreglar su problema, no estoy dispuesta a seguir tolerando que se odien en mi presencia, sáquense los ojos pero no enfrente de mí, no me agreguen en su ecuación.
-¡Joder! ¿Sabes lo que hizo? -dijo levantándose su camisa de manga larga dejándome ver un moretón más arriba del codo.
-¿Por qué tienes ese moretón?
-¡Ashton! Fue a mi casa a decirme de cosas ya apretarme el brazo y aventarme de una vez, lo odio como no tienes idea.
-No tenía idea, lo siento, hablaré con él sobre eso.
-Tienes razón, este es problema mío y de Ashton. -dijo bajando la manga de su camisa, no te preocupes, yo lo voy arreglar.
-Ashton no es así, nunca agrediría a una mujer.
-Exacto, menos a mí, Ashton me odia Cher, el odio es mutuo, si pudiera la arrancaría los testículos uno por uno.
...
Las clases de español pasaron aburridas, solo sentía de nuevo la mirada pesada de Ashton, no puedo más, dieron el toque que indicaba el receso, todos salieron y yo me quede hasta el final con Sea, quería evitar a Ashton tanto como fuera posible.
...
-Y eso fue lo que hizo que nos sacaran del establecimiento, fue demasiado vergonzoso. –Terminé de contarle la historia de ayer a mi amiga.
-¿Enserio? -dijo Sea sentándose en la mesa de la cafetería.
-Si. -dije imitando su acto
-Que payaso, pero en fin es él -dijo comiendo- No me sorprende del todo Cher, sería de esperarse que esas escenitas en la escuela se salieran de control a lugares públicos.
-Pues si -dije tomando agua.
-Cher.... -dijo Sea viendo una mesa pero no le tome atención.
-¿Que?
-Ashton está platicando con Fernanda...
-aaah -me tense al verlos platicar.
-Ahorita vengo -dijo levantándose de la mesa y yendo hacia él
-Sea regresa para acá -dije tratando de alcanzarla pero era tarde, Sea le estaba diciendo cosas a Ashton.- No puede ser –susurré para mí misma.
No me quiero ni imaginar lo que le está diciendo, sólo vi que Ashton se acercaba a mí, llego junto a mí y me agarro las manos, en serio estoy nerviosa, me siento controlada en estos momentos.
-¿Así que celosita mi amor? -dijo Ash depositando un beso en mis manos.
-Claro que no -dije viendo mis pies nerviosa, no sabía lo que le había dicho Sea.
Me levantó la cara y me dio un beso, estaba molesta con él, pero ¿cómo no negarle algo que realmente me volvía loca?
-¿Pero cómo es que tú si puedes hablarle a esa chica pero yo no puedo siquiera decirle buenos días al guardia de seguridad? –le mencioné con la poca valentía que tenía.
-Cher, no tienes nada de qué preocuparte, yo no tengo ojos para nadie más, a todas las veo como hombres con pechos y cabello largo, tú eres a la única que podré ver en toda mi vida.
-Pues para mí todos los hombres son mujeres sin pechos.
-Es diferente Cher, no lo entenderías, ocupas estar en mi lugar para que veas de lo que hablo –soltó un suspiro- No sabes lo que yo he escuchado entre los corredores, no quisiera siquiera que lo supieras, prefiero seguir en mi posición de protegerte.
-Ashton, debes de entender que mientras yo esté contigo, no tienes de que preocuparte, soy totalmente fiel a ti.
-Quisiera no bajar la guardia amor.
-¿Cuál es tu problema con la inseguridad? –levanté un poco la voz.
-Cuida el tono en el que me hablas Cher.
-Lo siento –dije rápidamente, me exalté.
-Pero Cher, sólo debes entender eso.
-Explícalo de nuevo que no entiendo por qué no puedo hablar con los demás Ash, esto me enferma de más. Toda esta toxicidad que me transmites.
-A ver Cher, entiende que soy sólo tuyo y tú eres sólo mía, nada mas de nosotros dos, todo lo mío es solo tuyo y todo lo tuyo es solo mío ¿entendido? -dijo en susurro después del beso.
-.....Ashton pero -me voltio a besar.
-¡Dije que sí entendido amor! -dijo en medio del beso para seguir besándome-.
-Entendido -dije.
Me sentía atemorizada por él, pensé que me diría algo más fuerte o así, pero no, me siento intimidada por él pero aun así lo amo, no sé qué hechizo me hizo.
El resto del día Ashton estuvo junto a mí, no me dejó sola en ningún momento, me hacía sentir protegida pero a la misma vez me sentía insegura, no sabía la necesidad que tenía Ash de no dejarme sola en ningún momento.
Pasaron las últimas horas de clase, estaba abrumada de todo lo que había pasado los últimos días, sólo quería un pequeño descanso de esto.
Salí de clases y fui camino a la salida con Ashton de guardián, me guio hasta su auto y subimos para que me llevara hasta mi casa. En todo el camino no fuimos capaces de decir alguna palabra, me sentía demasiado cansada, Ashton se limitaba a escuchar música de la radio y cantar a murmureos, ansiaba llegar a casa e ir directo a la cama.
En cuanto visualicé mi casa, Ashton paró el auto y me miró con ese brillo en sus ojos que lo caracterizaba, mi piel se erizó al momento que su mano tocó mi mejilla.
-Perdón Cher, no es mi intención ser así, es puro instinto.
-Está bien Ash, ya quiero dormir un rato.
-Perdón Cher.
-Está bien ya, no te preocupes.
-Te amo. –Juntó sus labios con los míos- Te amo mil montones Cher.
-Te amo más –respondí sonriendo para después bajar del auto.
Caminé a mi casa casi corriendo, entré y subí a mi habitación corriendo, aventé mi mochila a la silla que había ahí y me acosté en mi cama, quería dormir un pequeño rato pero la voz que alegra mis días me sacó de mi trance.
-¿Cher? –preguntó Alex frente a mí.
-Hola pequeño –le hice un espacio para que se acostará junto a mí.
-¿Puedo quedarme un rato contigo? –preguntó.
-Claro que sí.
Mi pequeño hermano se acurrucó en mis brazos, ver cómo era él tan tranquilo me lleno de paz, recargué mi cabeza junto a la suya y me dejé caer en sueño.