Ganamos la batalla...

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Cuando la gente volvió a el palacio el único lugar sin ser del todo destruido nos dejaron habitaciones a todos, tomaba la mano de mi madre quien sonriendo nos guió a ambos a una habitación, al llegar nos sentamos en la enorme cama sin decir nada.

— Sting — me llamó mi padre — han pasado siete años en los cuales ninguno de nosotros ha envejecido, el tiempo se detuvo para nosotros pequeño dragón — revolvió mi cabello haciéndome sonreír entre lagrimas.
— Pero sabemos... que estos siete años has pasado por cosas difíciles y daría lo que fuera porque nunca hubieras sufrido de esa forma — dijo mamá acariciando mi mejilla — pero no podemos devolver el tiempo, debemos seguir adelante, si aun nos aceptas nos gustaría seguir siendo una familia a tu lado... volver a casa y ser felices de nuevo pero ahora, sin ocultarnos del mundo — dijo extendiendo su mano a mi.
— Claro que quiero volver a casa — dije tomando sus manos llorando.
— Entonces — dijo papá sentándome en medio de ellos — quisiéramos que nos contaras como te has sentido, para así poder apoyarte.
— Yo... — baje la vista — los esperé durante meses en casa, nunca volvieron claro — tome aire — pero no estuve solo, tenía un amigo. Era enorme, con escamas y una fuerza brutal, Weisslogia el dragón de la luz, el me entrenó y empecé a reír de nuevo a su lado... pero un día, él también desapareció así que huí del bosque buscándolo por el mundo, no perdía la esperanza de encontrarlos a ustedes o a el, entonces apareció Letor, el me acompañó hasta encontrar a Rouge y Frosh, vivimos mil aventuras juntos, nunca estuve triste la vida siempre me mandaba alguna compañía y yo sabía que eran ustedes quienes siempre me impulsaban adelante, aunque no estuvieran presentes, sentía que sus corazones aún latían junto al mío... una noche aparecieron frente a mi, mi felicidad era enorme hasta descubrir que no eran reales y planeaban hacer proyectos conmigo, escape con ayuda de Rouge, desde entonces muchos usaron ese truco para hacerme seguirlos, era horrible ver como unos idiotas trataban de fingir ser mis padres jugando con mis sentimientos, entré a Sabertooth hace dos años así que pararon esos trucos, pero ahí el que no era fuerte era castigado así que entrene mucho, deseando que cuando entrara a mi habitación... ustedes estuvieran ahí — dije lo último con mi voz rota a lo que ellos tomaron mis manos — los extrañaba cada noche más, preguntándome si realmente me quisieron el por qué me abandonaron, pero ahora que lo entiendo todo, solo quiero volver a casa con ambos y que todo sea como antes — mamá limpió mis lagrimas con delicadeza haciéndome sentir mejor.
— Ambos al despertar hicimos la promesa de encontrarte y tenerte en nuestros brazos Sting, no dejaremos que de ahora en adelante sea de otra forma — me abrazó fuertemente.
— Volvamos a casa Sting — susurro papá y asentí.
— ¡Natsu, Lucy! — entro apresurada Erza — hay problemas.

Los tres nos levantamos y la seguimos rapidamente hasta llegar a una habitación con muchos magos, parecida a una conferencia todos veían un enorme monitor.

— Durante la batalla — habló Makarov — derrotamos a ocho dragones, justo cuando nuestras fuerzas fallaban faltaban cuatro los cuales decidieron huir, sin embargo... siguen sueltos y sin duda volverán. Los dragones del veneno, electricidad, agua y tierra han huido por lo que al ser de los más fuertes debemos prepararnos para la guerra.
— Encontramos su ubicación en una isla al sur, todos los aquí presentes han sido convocados para la guerra, aquel que tema por su vida retírese de inmediato no serán penalizados o juzgados.

De la nada muchos se levantaron quedando todo Fairy Tail, Sabertooth, Mermaid Hill y el resto de gremios de los GJM mire a mis padres esperando una respuesta de mi parte y al asentir los tres miramos al frente decididos.

— No será nada fácil — dijo Makarov — pero no vamos a rendirnos, hemos ganado la primer batalla... pero no la guerra, por las vidas de seres amados, por el futuro de la magia y la humanidad y por todo lo que será nuestro legado, debemos luchar.
— ¡Siiiiii! — gritaron todos.
— Hora del segundo round — sonrió papá — vamos a cazar dragones.

Después de siete años (Nalu x Sting)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora