Nuevo amigo, nuevas dudas.

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Pov Lucy.
El tomó mi mano levantándose conmigo y sonreí limpiando su última lágrima, empezó a desaparecer en un destello y sentí a ambos abrazarme. Los dos lloraban temblando sin soltarse de mi y después no fueron solo ellos sino todos.

Sonreí y después de unos segundos se separaron excepto Natsu y Sting quienes aun estaban muy apegados a mi.

— Lo siento — dije sonrojada — no debí asustarlos.
— Estas bien y eso es lo que importa — dijo Natsu.
— Así se habla mocoso — se rió Igneel y los ojos de Natsu se abrieron a más no poder.
— Viejo —  pronuncio sorprendido.
— ¡Grandine! — grito Wendy abrazándola.
— Hola cariño — sonrió feliz.
— Ellos... — me miro Sting confundido.
— Son mis amigos, obtuve sus llaves hace unos días y me salvaron en aquel momento — dije recordando los segundos antes de desaparecer.
— Muchas gracias — dijo mirándolos.
— No todos los días tenemos la libertad de andar en el mundo — sonrio Hikaru — es divertido.
— Pueden quedarse cuanto quieran, ir y venir sin preocupaciones — dije mirándolos — decidan que hacer con sus vidas.
— ¿En... serio? — me miro perplejo.
— Claro, pero les pateare el trasero si hacen algo malo.
— Tu mujer es excelente — rió Igneel y sonreí.
— Yo creo que es hora de festejar, no todos los días peleo con dragones y gano — sonrió Laxus.
— ¡Aye! — gritaron todos sonriendo mientras festejaban.
— ¿En serio eres tu? — dijo Natsu mirándolo.
— Me recorte las escamas un poco ¿me veo bien? — le guiñó un ojo y Natsu rodó los ojos.
— Si eres tu — suspiró.
— ¿Y esa reacción que? Alégrate idiota soy tu padre — golpeó su cabeza.
— Sigues igual de idiota que decepción — dijo sobando su cabeza y empezaron a pelear.
— ¿Y tu qué? ¿No vas a saludar? — se cruzó de brazos Metalicana.
— No soy tan sentimental como para correr a tus brazos y llorar —  se sonrojó pero igual se acercó y Metalicana lo abrazó riendo.
— Yo tambien quiero un hijo — dijo Hikaru al ver como Grandine y Wendy se abrazaban.
— Adelante — sonreí empujando levemente a Sting frente a el.
— ¿En serio? ¿Me lo puedo quedar? — dijo abrazándolo como un peluche.
— Mamá — se quejó sonrojado.
— Solo te va a entrenar y cuidar — me reí.

Todos volvimos al palacio pero tenía algo en mente, tras una platica con el rey, el regalo para mi por vencer a los dragones fue recuperar las tierras de mi padre, al parecer Fairy Tail tendría nuevo campo de entrenamiento.

Por otro lado compramos una pequeña casa en Magnolia, todo volvía a salir bien. Pero aún había más dudas que resolver ¿Qué pasaría ahora que derrotamos a la mascota de Zeref? ¿Deberíamos prepararnos para la guerra? ¿Mis nuevas llaves podrían ser peligrosas? Esas y muchas otras cosas cruzaron por mi mente, pero... al ver a Natsu y Sting a mi lado solo sonreí, si estaba con ellos nada podría contra mi.

FIN.

Después de siete años (Nalu x Sting)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora