Space Birthday

Overbright

Ximena caminaba por la calle Bolívar; en dirección a la Panadería "Pan Fino"; vistiendo un pijama de unicornio de color azul; con un gran circulo rosa en el centro. Sus pasos eran parsimoniosos, como si ya no tuviese la menor idea de que hacer ahora en adelante. Ni el helado de fresa que traía en su mano derecha, lograba sacarle alguna mueca de alegría. A su lado izquierdo cruzando la calle; una pila de autos, taxis, camiones y camionetas comenzaron a salir de su parqueo habitual, dejando ver así a un apuesto joven de aproximadamente 17 años.

«¿por qué camina en cámara lenta?» «Si lo saben díganme»

El joven de pelo largo traía puesto una camisa blanca, un pantalón de mezclilla negro, zapatos casuales fuliginosos, una mochila roja y una chompa azul; que lo protegía de las gotas de lluvia que caían lentamente sobre su cuerpo.

Ximena lo observó fijamente, como si algo en él la hubiera magnetizado por un momento. Pero a pesar de que sus ojos trataban de proyectar brillo; su sonrisa contaminada con tristeza, extinguió rápidamente aquel fulgor, que sus quinqués intimaron fraguar, despegó su mirada de aquel jovenzuelo y siguió su camino a la panadería, paso junto al estudio jurídico del Dr. Luis Mieles Reyes y, en la ventana observo algo que su corazón infecto.

En el interior del consultorio estaban celebrando el cumpleaños de un pequeño niño, probablemente el hijo del Dr. Reyes él mimaba suavemente la cabeza del niño mientras le susurraba tiernamente en su oído: "Te Amo hijo", el niño le dio un abrazo a su padre y a continuación él y todos los presentes que rodeaban al pequeño comenzaron a cantarle: cumpleaños feliz. —¡Pide un deseo amor! —exclamó su madre; el mocito cerró sus ojos lentamente, e inclinó su cabecita; —¡Espero que mis papitos vivan para siempre! —clamó el infante— Picarón los deseos no se dicen en voz alta. —¿Por qué mamita?

Las personas que le rodeaban soltaron una ligera carcajada incluyendo a sus padres; los cuales posteriormente abrazaron y colmaron de besos al pequeño cumpleañero.

La frustración inundó nuevamente su corazón y un mar de lágrimas la  confinó; inundando sus ojos. Ximena salió corriendo desconsoladamente. Del lado opuesto él se aproximaba, caminando levemente, mientras las gotas de lluvia cubrían su rostro cada vez más y más.

Ximena estaba a punto de llegar a la panadería al igual que aquel joven de larga cabellera. El helado de fresa se escurría entre los dedos de Ximena, e iba descendiendo en forma vertical; dejando ver la paleta sobre la cual se apoyaba cada vez más. Los dos adolescentes pusieron un pie sobre el húmedo suelo que se encontraba junto a la tahona. El helado término en el aire; casi deshecho, finalmente, acabó cayendo sobre la cabeza de ella; quien se encontraba yacente en el suelo.

— ¡Eso estuvo de impacto ¡—Lo siento mucho, creo que eche tu helado a perder, iba camino a la universidad, pero si quieres puedo invitarte otro helado.

Ximena quería sonreír y soltar una delicada carcajada, pero no podía, algo en su interior se lo impedía. Aquel joven, con la voz parecida ("Alexis Ortega doblador latino de Tom Holland") se acercó hasta ella y le ofreció su mano en señal de ayuda, pero ella hizo caso omiso, se levantó y salió corriendo.

Los chapoteos provocados por sus pantuflas color chicle, hacían que el agua brincara directo a su rostro; la lluvia parecía cesar, pero a medida que sus lágrimas aumentaban y ella se descontrolaba más y más, el aguacero venía cual diluvio presagiando el mal, rayos y truenos invadían el firmamento, y el sonido de las gotas de la llovizna chocando contra el suelo, se hacía más ensordecedor y carente de ritmo.