Seis meses más tarde, era un día que parece ser como cualquier otro, aunque en realidad el destino te golpea nuevamente en la cara; y el muy egocéntrico te dice "recuérdame, aquí estoy yo nuevamente". Pues sí, este era uno de esos días, Kathia se encontraba trabajando como de costumbre, muchos de los pescadores que llegaban al bar ya conocían a Dyland; solían hacerle mimos e incluso hasta pequeños regalos.
Pero un día llego un hombre de tez blanca, de buen parecer, humilde y trabajador; aquel hombre era uno de los pescadores que solían llegar al bar, su nombre era Nicolás. El de inmediato se pudo percatar del niño.
– "¿Qué hace un bebe aquí? ¿De quién es?" – preguntó Nicolás de manera extraña y sorprendida.
– "Es mi hijo, está aquí porque no tengo donde dejarlo." – respondió Kathia con una voz deprimente que apenas salía de sus labios.
Fue entonces cuando Nicolás pudo sentir cierta conexión con aquella chica,
– "No deberían estar ninguno de los dos aquí. Eres muy joven y bonita como para trabajar aquí." – dijo Nicolás coqueteando con Kathia.
Desde ese momento Nicolás iba muy seguido al bar solo para ver a Kathia, aquello que sorprendió a Kathia fue ver que él no le importaba si ella tenía un hijo o no, el solo estaba encantado con ella. Pasó algún tiempo, y sin darse cuenta ya estaban saliendo como novios; y Dyland pasó a formar parte de la vida de Nicolás al igual que su madre.
– "¿Te gustaría venirte a vivir conmigo a la isla?" – preguntó Nicolás entusiasmado y preocupado por la respuesta que le daría.
Querido lector, se me olvido decirte que Nicolás vivía en una Isla alejada, la cual se encontraba a tres horas de la Ciudad. Así que ya te imaginarás todo lo que está por venir, y si no, pues ya te lo iré contando, ahora sigamos con la historia.
Fue entonces cuando los ojos de Kathia volvieron a tener vida, hace mucho tiempo ella había perdido todas las esperanzas en la vida. Este momento se convirtió en la pequeña luz en las tinieblas que todos necesitamos cuando vacíos, oscuros o incluso cuando nos sentimos solos.
– ¿Lo dices enserio? No dejaré a mi hijo solo, si iré contigo debe ir mi niño también. – dijo Kathia con un tono de voz inseguro.
– La invitación era para los dos, jamás te pediría abandonar a tu hijo. Quiero que lo traigas conozcas a mi familia, y hagamos una vida. No tengo lujos pero lo poco que tengo se los puedo ofrecer. – respondió Nicolás de manera segura y emocionante pues ambos emprenderían una nueva aventura.
Kathia lo pensó por algunos días, hasta que más tarde decidió que sería lo mejor para ella y para Dyland, el cual aún era un bebe. Fue desde entonces cuando la vida de Dyland cambiaría para siempre, cosas buenas y malas estaban esperando por aquel niño de sueños rotos, pero de corazón de invencible.
Llego la mañana del día siguiente, y era momento de emprender un viaje; un viaje que cambiaría las reglas del juego para siempre. Hasta el momento querido lector, todo parece de maravillas ¿no?, incluso estoy seguro que desearías que cambiaría el nombre de la historia, pues después de esto no esta tan mal del todo; pues vayamos con calma y veras como cambia, aún falta mucho por contarte.
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Cuando Las Estrellas Ya No Brillan
Teen FictionÉrase un niño que nació un viernes lluvioso, aquel chico que llego para irse con los sueños rotos. El rechazo del mundo lo convertiría de un chico de corazón enormemente imperfecto a un chico con alma de acero. "Mis lagrimas se convirtieron en los p...