-Capitulo 3- ¿Fin?

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Nada era fácil al principio y menos en una relación en donde ambas luchan contra las heridas del pasado, pero que con fe, esperanza, esfuerzo y ayuda de las personas a su alrededor pueden superarlas y convertir su historia trágica en un nuevo comienzo e incluso un final feliz.

Después de que trasladaran a la rubia al hospital, la morena se negó en irse de allí e hizo bien, porque una horas después el Dr. Whale apareció preocupado porque en el laboratorio del hospital no contaban en esos momentos con el tipo de sangre de Emma.

Regina al enterarse de la noticia, por alguna razón sintió como su corazón se detenía.

No quería perderla.

No quería perder a esa joven desconocida que por alguna razón había llamado su atención.

Cuando Regina le pregunto al doctor cual era el tipo de sangre de la joven ambos se sorprendieron que era el mismo de la morena y sin perder tiempo esta le pidió que arreglara todo para que pudiera donar la sangre que necesitasen para salvarle la vida a la rubia.

Podría decirse que el destino quería unir a ambas mujeres de una manera u otra, porque el Dr. Whale pudo salvarle la vida a la rubia, gracias a la ayuda de la morena.

Regina al enterarse que la rubia ya se encontraba estable pudo sentirse aliviada.

Poco a poco el rumor de que la joven y fría Alcaldesa de Storybrooke le había salvado la vida a una desconocida comenzó a esparcirse por el pueblo debido a que una de las enfermeras contó lo sucedido, sin embargo a la morena no le importaba en lo más mínimo.

A ella solo le importaba el bienestar de la Señorita Swan y no lo que dijesen los demás.

Emma por su parte al despertar se sintió desorientada y cuando trato de incorporase sintió una mano sujetando la suya.

Cuando ella giro un poco para ver quien la sostenía se encontró con la misma morena que vio antes de perder el conocimiento sentada en una silla incomoda y que al parecer se había quedado dormida a su lado mientras le sostenía la mano.

Regina al percibir los movimientos que estaba realizando la rubia se despertó y al levantar su cara se encontró con los ojos verdes azulados más hermosos que hubiese visto alguna vez en su vida.

En esos instantes al ver finalmente a Emma despierta y mirándole como si estuviese mirando un ángel, ella sabía que estaba perdida y no en el mal aspecto sino que definitivamente tiene un agolpamiento en ella.

La Alcaldesa sintió que su respiración se le engancho e incluso no podía pensar con claridad. La morena solo sentía las ganas de proteger a la joven mujer de todo lo malo y hacer todo lo posible para hacerla feliz.

Emma por su parte tampoco podía apartar la vista de la hermosa morena que tenía al frente ella, de sus hermosos ojos cafés y esos labios tan deseables y esa cicatriz que tenía que invitaba a besarle. La rubia estaba sintiendo tantas cosas en esos instantes que parecía que todo fuese un sueño.

-¿Estoy en el cielo? Si tiene que ser eso, porque definitivamente es la mujer más hermosa que he visto- Pensó y cuando escucho y pequeña risa se sonrojo porque se dio de cuenta que lo que se estaba pensando lo dijo en voz alta. La hermosa morena la había escuchado.

-No querida, no estás en el cielo- Dijo Regina quien al escuchar lo que pensaba la otra mujer de ella sintió un pequeño aleteo en su corazón.

-Lo siento- Murmuro aun sonrojada.

-No tienes por qué disculparte, pero gracias por considerarme hermosa- Respondió la morena con una sonrisa, haciendo que la rubia se pusiese aún más roja.

Stay With MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora