zalgo tuvo un hijo hace un largo tiempo, pero no podía contárselo o mostrarselo a nadie por una amenaza del clan enemigo, entonces lo encerro en su castillo para que nadie pueda verlo o tocarlo. Pasaron los años y zalgo se sentía cada vez más orgull...
—¡CLARO QUE PUEDO, ADEMAS TENGO MÁS DERECHO QUE TÚ!
— por todos los demonios ¿¡DE QUÉ ESTAS HABLANDO?!
—¡YO SOY SU MADRE Y TENGO TODO EL DERECHO DEL MUNDO DE VER A MI HIJO!!!
—¡LO ABANDONASTE A SU SUERTE A PENAS NACIÓ, NO TIENES NINGÚN DERECHO DE ESTAR CON MI HIJO PORQUE TÚ NO ERES SU MADRE SORA!
— ¡agh! Eres insoportable. ¡En serio que mi vida seria mucho mejor si me hubieras matado y no quedado embarazada de ese ENGENDRO!
—¡NO INSULTES A MI HIJO!
—¡YO PUEDO DECIR LO QUE YO QUIERA! Cuida tus espaldas Zalgo, porque en cualquier momento me llevaré a mi hijo y no lo volverás a a ver nunca en tu vida ¿¡me oiste?!
—Le pones un dedo encima ¡Y NO VOLVERÁS A RESPIRAR!
—¿quieres apostar a que sí? -reta con una sonrisa siniestra-
—mejor vete de aquí si no quieres que te degolle yo mismo
—ya veremos quien degolla a quién querido, mf -se va del palacio con una sonrisa siniestra-
Zalgo suspira mientras cae en su trono
—por todos los demonios... -se levanta de su sitio y se teletransporta a una habitacion‐
Al llegar. Lo primero que ve es una cuna al lado de la pared, camina hacia ella, al estar cerca, un pequeño bebé se encontraba recién despierto y listo para recibir a su padre Al verlo, estiró sus bracitos hacia el exigiendo ser cargado. Zalgo lo cargó con cuidado de no lastimarlo con sus garras. Tan frágil
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—no...no dejaré que te separe de mi, nunca...y si tengo que encerrarte por el resto de tu vida si es necesario lo haré...pero tampoco quiero que sufras por estar solo todo el tiempo...no quiero perderte, no a ti -acaricia con cuidado su cabeza- y te prometo, que no te dejaré nunca hijo mío...Nunca dejaré que te pase algo. Es una promesa...mi niño
