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El azabache estaba caminando en círculos con un notorio nerviosismo en su rostro que estaba más pálido de lo normal. Si seguía así entraría en pánico

—¡___ tranquilízate de una puta vez! -reclama Alice ya mareada de ver a este caminar de un lado a otro-

—¡es que no puedo Alice! ¡ya sabes que no me gusta ir a otro lugar que no sea la ciudad! ¡No puedo, no puedo! -dijo casi como un grito ___ mientras paraba de caminar y voltear a ver a Alice con el seño fruncido reteniendo las lágrimas

La de cabellos negros solo se dedico a suspirar por la actitud infantil de aquel chico, pero en parte lo entendía ¿quién no tendría miedo o estaría nervioso por ir a un lugar desconocido para el y no saber el motivo?

___ se deslizó por la pared hasta llegar al suelo y cubrir su rostro con sus rodillas tratando de que sus lágrimas traicioneras no salieran fallando en el intento. El siempre fue algo asustadizo con el tema de ir a otros lados ya que casi toda su vida estuvo encerrado en el su habitación
Al cumplir los 18 por su cumpleaños Zalgo le dio la autorización de poder salir a la cuidad a divertirse (osea matando) pero a ningún otro lado que el no sepa, lo único que le oculta es su relación y las salidas con Zack...

Pinkamena se sentó al lado de ___ y lo abrazó por los hombros mientras miraba con pena a su amigo, ella es con quien más pasa tiempo ya que fue una de las primeras a quien vio cuando era niño así que le tiene mucho cariño, la considera una hermana más

—ya niño, no te preocupes todo estará bien, como dice Zalgo "No hay dolor sin un sufrimiento digno" -pronunció la peli rosa levantando un dedo mientras mueve de un lado a otro la cabeza con la otra mano en la cintura tratando de imitar la voz grave de Zalgo pero lo único que consigo es que se le saliera un pequeño gallo muy gracioso causando una risa al azabache y otras leves a Alice y Clock-.

—jeje, siempre haces que ría sin importar si se trate de cosas absurdas de mi padre...gracias por animarme un poco Pinkie

—naaa no es nada, sabes bien que no me gusta verte mal así que no me lo agradezcas, ni si quiera si me sacrifico para salvarte el trasero aún que en el momento no lo merezcas

Exclama "ofendido"— que hija de fruta

Pero hey, las risas no faltaron

—Oh Slendy pero que agradable sorpresa ¿para que viniste? ¿Acaso ya me extrañabas? -dijo el demonio con tono meloso acercandose al ente poco a poco

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—Oh Slendy pero que agradable sorpresa ¿para que viniste? ¿Acaso ya me extrañabas? -dijo el demonio con tono meloso acercandose al ente poco a poco

—compórtate Zalgo, esta actitud no es digna de un rey, además estamos en la sala y ___ está afuera con las chicas -regaña avergonzado Slender, aveces le cansa las insinuaciones por menos vulgares del Rey- hablando de él ¿ya le diste la noticia? -le pregunto Slender a Zalgo viendo como este retoma su postura despreocupado-

— sí ya lo hice, se lo tomó bien

...

—¿a eso lo llamas, bien? No puedo creerlo -reclama desconcertado- ¡¿acaso no tomaste en cuenta cómo reaccionaría?! ¡pudiste ser un poco más sensible!

Se levantó de un salto y con eso una fila de largos y filosos colmillos se hizo ver en una mueca

—Slendy...

—¡nada de Slendy Zalgo! ¡hasta parece que no conoces a tu propio hijo!

—Slendy...

—¡qué pasa si no le gusta estar ahí! ¡que pasa si en algún momento escapa al bosque sin saber donde ir! ¡que pasa si-!

—¡SLENDY!

—¡¿QUÉ?!

El ende se quedó unos segundos paralizado, ya que el Rey lo atrajo de la cintura para así darle un repentino beso. Al reaccionar trató de apartarlo colocando sus manos en sus hombros y ejerciendo fuerza, aunque apenas y pudo moverse un centímetro

Zalgo lo estaba agarrando firmemente de la cintura con una mano y con la otra acariciaba suavemente su espalda sobre el traje, después de forcejear por unos momentos el ente se rindió, sabe que no podrá moverlo más
Aquel beso era tierno, lleno de amor y lento, sin apuros, se acariciaban lentamente el uno al otro buscando un poco más de contacto físico pero sin querer pasar a mayores, es sabido que en su relación nunca se pasó a aquel acto al no ser algo que ambos desearan del otro, y aún así fuera, no obligaría a su pareja a tener relaciones carnales, era un demonio pero no un monstruo

Aquel momento era eterno para ellos, podían estar así todo y todos los días si quisieran....

¡papá!

Oh no...
















Oh no

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principe del infierno creepypastas y tu (male version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora