La ursurpadora

Cristina se levantó de su cama, como una rutina, se baño y se puso un vestido por encima de las rodillas, un collar de perlas con unos aretes a juego y un brazalete de dior en su muñeca, se roció con su perfume de channel y bajo a desayunar

X: buenos días (dijo una voz ruda entrando a la cocina)

Cristina: buenos días, papa (contestó)

Padre: me ha gustado mucho el rolex que me has regalado (le dio un beso en la cabeza y se sentó frente a ella)

Cristina: me alegro (sonrió)

Padre: hija, no quiero presionarte pero el dinero se nos está acabando, tienes que conseguir otro hombrecito

Cristina: lo sé, papa, estoy en ello (feliz)

Padre: te veo muy contenta ¿algún nuevo millonario?

Cristina: (tocaron el timbre cuando iba a contestar) de echo ahí esta (rió y su padre también) te quiero, ya me tengo que ir (le dio un beso y salió) que bueno que seas tan puntual (le guiño un ojo)

Christian: yo siempre soy puntual, belleza (sonrió) ¿nos vamos? (extendió su mano)

Cristina: por supuesto (le dio la mano) pensaba que me traerías algún detalle (se quejó)

Christian: lo tengo en el auto (se sentía muy hombre por ir de la mano de una mujer a la que todos los hombres miraban con deseo)

En el hospital de la ciudad

Enrique: te digo que esa mujer esta con el por dinero (decía)

Heriberto: no seas mal pensado (serio) ¿por que no puede estar enamorada?

Enrique: por que no, por que esa mujer siempre esta con hombres millonarios, como tu hermano, eso no es cadualidad

Heriberto: Enrique, no juzgues a la jente menos sin conocerla, mejor ve a tu consulta, yo también tengo que atender aquí

Enrique: (se levantó frustrado) si, jefe (salio)

Cristina iba contenta mirando el anillo costoso que Christian le había comprado, cuándo este paro el auto

Cristina: ¿que hacemos aquí? (mirándole)

Christian: quiero presentarte a mi familia (sonreía)

Cristina: (quedo en shock) a tu familia, no, no creo que sea lo mas apropiado aún

Christian: hermosa, por favor, me hace mucha ilusión ya salimos juntos desde hace 2 semanas y no conoces a nadie aún

Cristina: ya pero......

Christian: haber, si ahora no quieres, que sea en la noche,vente a cenar, si vienes, te daré otro regalito (ofreció)

Cristina: (sonrió levemente) esta noche

Christian: gracias

Cristina: pero tendrás que comprarme un vestido (puso su mano en su rodilla y fue subiendo lentamente) no querrás que este impresentable verdad

Christian: no, vamos, te llevaré por ese vestido (arrancó y se fue con ella)

En la noche, Cristina estaba tranquila, ya había pasado por ese mal momento antes, donde una de sus víctimas creía que tendría una vida llena de amor con ella y le presentaba a toda la familia

Erika: pobre iluso (reía)

Cristina: tengo que verme enamorada (decía)

Erika: yo no podría hacer todo lo que tu haces