La ursurpadora

Ambos reían y compartían, las horas se fueron pasando sin darseles cuenta

Cristina: ya tengo hambre (dijo tocándo su estómago)

Heriberto: (miro la hora en su reloj) ya mi hijo está en salir de la escuela ¿me acompañas a por el y luego vamos los tres a comer?

Cristina: no sé si sea buena idea (ladeo la cabeza) ¿que diremos si pregunta por que estamos juntos?

Heriberto: (sonrió) la verdad, que somos amigos ¿mmh?, entonces, ¿me acompañas?

Cristina: esta bien, te acompaño (ambos pedalearon hasta llegar al muelle)

Heriberto: (al llegar había una hermosa chica que saludo muy amable a Heriberto)

Cristina: (se quedó mirando de mala gana, uno de sus mayores defectos eran sus celos descontrolados)

Heriberto: Nati, ¿vas a salir a surcar los mares?

Nati: necesito paz (reía)

Cristina: (le dio la mano e Heriberto) su amiga

Nati: (miro la mano que María entrelazó con la de Heriberto) parecen algo más

Cristina: nos estamos conociendo, quiza algun dia tenga el gusto de invitarte a nuestra boda (sonrisa sínica)

Heriberto: (miró a María y paso su mano libre por su boca, conteniendo la risa que le causaba su cara de celosa)

Nati: bueno, pues hasta la boda (bromeó) adiós Heri (le dio un beso en la mejilla) un gusto (se retiró)

Heriberto: (miró a María una vez se quedaron solos) ¿boda? (arqueando una ceja) ¿los amigos se casan? (bromeando con ella, se inclinó un poco para darle un beso pero ella se hizo para atrás impidiendoselo)

Cristina: ¿los amigos se besan? (soltó su mano y comenzó a caminar por el muelle)

Heriberto: (carcajeó) oye esperame (corrió hasta ella abrazandola por atrás y depositando un beso en su cabeza) no sabía que fueras tan celosa

Cristina: no son celos, yo no soy celosa, tu solo eres mi amigo (estaba enojada)

Heriberto: me gusta verte así, enojadita (ella le empujo y siguió caminando hasta llegar al auto) *que mujer*

Cristina: deja las tonterías y sube ya al auto o tu hijo se desesperará por que no llegas (se sentó en el asiento del copiloto, saco sua gafas del sol del bolso y se las pusos, luego se cruzó de brazos)

Heriberto: que conciderada (se subió y arrancó para ir al colegio a por su hijo) esos celos tendrás que dosificarlos, hermosa (con una amplia sonrisa en su cara)

Cristina: ya callate, menso (se quedó mirando por la ventanilla hasta que llegaron por Diego)

Heriberto: (se bajo con intensión de abrir la puerta de María pero esta la abrió y se bajo) permiteme ser un caballero

Cristina: (le ignoró entrando en la escuela)

Heriberto: dios, que cruz, está mujer me quiere matar (entro tras ella)

Diego: Cristina (grito corriendo hasta ella) viniste por mi (la abrazaba, ella le cargó)

Cristina: como no iba a venir por ti (le dio un besito en la mejilla) ¿que tal la clase?

Diego: bien (contestó sin percatarse de la presencia de su padre)

Heriberto: (haciendose el ofendido) que pasa, ¿ya no quieres a papa o que?