Sensaciones

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Joshua

Las mañanas son las cosas más difíciles, el levantarme de mi preciosa y amada cama era simplemente una pesadilla pero aquí estoy, sentado en la orilla de mi cama admirando el zapato que usó mi abuela para despertarme o atacarme, como prefiero decir, pero bueno, pasado pisado.

Terminé de mirar al zapato como la octava maravilla del mundo y me di un baño rápido para bajar y comer el desayuno junto a mi abuela.

Mañana se cumple un mes desde que entré a la escuela aquí en Seúl, un mes desde mi última salida con Jeonghan, ha pasado muy poco en un mes. Las tareas y trabajos son el doble de pesados que el año anterior, tiene sentido, el próximo año todos iremos a la universidad, ya hasta nos comenzarán a dar platicas y sugerencias para elegir a cuál universidad nos iremos.

Cuando bajé al comedor las cocineras estaban poniendo la mesa y decidí ayudarlas con los platos y las frutas. Mis padres siempre decían que era un caballero pero yo lo veo como simple acto de amabilidad. No los he visto hace tiempo, espero verlos pronto en las vacaciones de primavera aunque mi abuela me dice que la playa es muy linda, yo pienso que no hay nada mejor que la playa de Santa Mónica, el sol, la arena, el rocío del mar a causa del viento soplando, el correr por la orilla del mar mientras ves el atardecer luego ir a alguna fogata y bailar con tus amigos en la oscuridad siendo únicamente iluminados por la caliente luz del fuego es una sensación que ningún otro lugar me puede dar. Sí, oficialmente extraño Estados Unidos.

Mi abuela bajó minutos después de que la mesa finalmente estuviera lista, con una bata blanca que estaba por debajo de sus rodillas y su hermoso cabello gris a causa de la edad, una mujer sumamente hermosa en su juventud pero no mucho menos en su vejez, siempre fue una mujer dulce y amorosa aunque mi difunto abuelo siempre me contara que era y es la mujer más fuerte y de gran carácter que jamás conoció, ahora que ya no soy un niño creo que sé a que se refiere.

- Despertaste temprano hoy mi niño - me dijo mi abuela apenas llegó al comedor, como si no me hubiera tirado una sandalia - ¿Te hice esperar?

- No, de hecho no tiene mucho que desperté - dije mientras me levantaba de la mesa para abrirle la silla que se encontraba en la cabeza del gran comedor familiar.

- Ya veo - me dio una sonrisa y las dos señoritas que trabajaban en la casa nos trajeron nuestro desayuno junto a nuestras bebidas, mi abuela les invitó a comer con nosotros, después de todo era una gran mesa para solo dos personas.

Llamaron a todo el servicio de la casa y desayunamos todos junto con platicas agradables y anécdotas de sus día a día.

Cuando todos terminaron de desayunar se retiraron y regresaron a sus puestos.

- Joshua, siéntate de nuevo cariño - me pidió mi abuela cuando me estaba parando de la mesa.

- ¿Qué pasa? ¿es importante? - me senté y le puse toda mi atención a mi segunda madre.

-No cariño, solo quería pedirte que me ayudaras en la floreria hoy, hay un arreglo que quiero que hagas ya que mis viejas manos no pueden - me pidió mi abuela.

Iba a negarme pero por la escuela hace tiempo no paso tiempo con mi abuela y no tengo nada que hacer así que ¿por qué no?

-Claro, puedo hacerlo- acepté levantándome del comedor.

- Me iré a cambiar para irnos - mi abuela se fue a su habitación sosteniendo su bata con una mano y con la otra se sostenía de la escalera.

Después de unos minutos salimos para la floreria.

Jeonghan

Estaba caminando por la acera con mis audífonos puestos mientras saludaba a los perritos que me iba encontrando en el camino, cuando unos niños que estaban jugando en la fuente del parque decidieron empaparme con sus tontas pistolas de agua pero todo por salvar al pobre gatito del agua.

El hilo rojo - JihanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora