Haters & Lovers [NCT TAEIL]

CAPÍTULO 3

Siempre que he visto películas y los personajes quedan parados frente al auto que está a punto de atropellarlos, grito y me enojo. Cómo pueden ser tan estúpidos de quedar viendo como su vida se destruirá en pocos segundos sin hacer nada para salvarse. Corre, grita, reacciona, tírate a un costado, ¡pero no te quedes quieto! Odiaba esas películas, era siempre lo mismo.

Ahora soy la encargada de tapar mi propia boca respecto a esas escenas y darles la razón.

Estaba atónita de la situación que me tocó vivir esa noche.

¿¡Jaehyun, qué carajos!? –responde Taeil luego de recibir el golpe y notar su boca sangrando.

Me alegra que lo estén pasando bien –dice Jaehyun con una cara de tal enfado que nunca había visto antes.

¿¡De qué mierda hablas!? –empuja a Jaehyun.

Mi amor –paso por sobre Taeil. Cuando escucho por lo bajo que susurra mi nombre maldiciéndome, pero no le di importancia- No sé qué piensas que pasa o pasó, pero no es nada, absolutamente nada. Yo estaba tomando y me caí, entonces... -Jaehyun me corre de manera brusca. Taeil me toma por los brazos para que no termine de caer al suelo.

Que lo disfruten –termina de decir y se va.

Veía como se estaba yendo frente a mis ojos.

Lo siento Taeil, iré tras él –saco de manera educada sus manos sobre mis brazos, mientras escucho que me responde "Sí claro, ve" y da vuelta sus ojos.

En ese momento sentí algo. No pude saber bien qué. Si decepción, molestia, tristeza. Y si era para conmigo o Taeil.

Llegué al patio delantero y mi novio estaba allí. Traté de calmarme, sequé mis lágrimas y respiré profundo.

Jae, ¿estás bien? –dije, pero no respondía. Entonces comencé a acercarme– No puedes ponerte celoso por lo que viste o pensaste que viste –tome suavemente su mano– Taeil es uno de tus mejores amigos.

No me ves.... –saca mi mano– ...bailando así con Minna.

Jaehyun, lo siento, de verdad. Pero sigo pensando que estás exagerando –quería arreglar el mal entendido, pero parece que soy la única interesada en hacerlo.

¿Sabes qué? –giró a verme tan de repente que di un sobre salto– olvídalo–. Dijo y comenzó a caminar hacia donde estaban los autos estacionados.

¡No, Jaehyun, espera! –sentí desesperación y corrí detrás de él– ¡Jaehyun hablemos! –logré tomar su mano otra vez.

¡No! –dijo gritando mi nombre– te dije que ya lo olvidaras –soltándose con tal fuerza que caí sobre las puertas del auto que estaban al lado.

En lo que tomaba mi propio cuerpo que dolía por el golpe, él subió a su auto y se fue.

¡¡¡Jaehyun!!! –comencé a correr el auto– ¡¡¡Jaehyun, no!!! –cuando dejé de ver el auto delante mío, no corrí más. Dejé caer el peso de mi cuerpo sobre mis piernas y allí quedé. Llorando en cuclillas en medio de los autos.

No sabía qué dolía más. Si caer contra el auto o la tristeza que sentía en ese momento.

Cuánto tiempo más tendré que aguantar esto –le preguntaba a quien quiera responderme, sea del universo que sea. Tomé mis rodillas entre mis brazos y colocando mi cabeza sobre mis piernas seguí llorando.

Cuando sentí que ya no podría deshidratarme más, traté de levantarme para buscar mi auto e irme a mi casa a seguramente seguir llorando. Hasta que Jaehyun decida volver a hablarme. Pero mis piernas estaban dormidas por permanecer en tal posición tanto tiempo que al mover una de ellas, caigo.

Deja que te ayude –caigo en los brazos de Taeil... otra vez.

No, está bien, gracias –apenas podía con mi vida, pero no necesitaba otro mal entendido– ¿Hace mucho estás aquí? –dije mientras le daba pequeños golpes a mis piernas para que reaccionen.

Luego de que se fueron fui a lavarme el rostro. No pude evitar sentirme culpable así que quise venir a explicarle también. Pero creo que llegué tarde –volvió a tomar uno de mis brazos cuando vio que nuevamente iba a caerme. Ahora simplemente lo dejé.

No Taeil, no es tu culpa. Es que Jaehyun... es muy celoso –desisto de mis piernas y me saco los zapatos.

Déjame ayudarte –dice tomando mis zapatos y ofreciendo su brazo para que me apoye por él– ¿Y esto? –dice viendo donde ya se había formado una mancha de color violeta claro en mis brazos– Jaehyun... acaso... –.

Me tropecé –mentí.

Te tropezaste –dice más preguntando que creyéndome.

Contra la puerta de un auto –seguí mintiendo.

Contra la puerta de un auto... –ahora sonaba más a confirmación, pero seguía sin creerme.

Hace que me detenga cuando llegamos a la puerta de la casa y me ayuda a sentarme en las escaleras.

Dime una cosa, 'me tropecé contra la puerta de un auto' –dice en tono burlón mientras veo que se saca su saco– El tropiezo o el auto, ¿alguno se llamaba Jaehyun? –pregunta y me pone su saco encima. Fue cuando noté que tenía el cuerpo helado.

Estaba demasiado cansada mental y físicamente para seguir con esto.

Le estaba rogando a Jaehyun que no se fuese –sentí dolor por dentro al recordarlo– cuando tomé su mano y... –Taeil se sentó rápidamente al lado mío– quiso sacar mi mano sobre la suya, pero terminó empujándome y caí sobre el auto –pensé que no lloraba, pero las lágrimas salían solas.

Se levantó enojado.

Ve a tu casa –se volvió a inclinar frente mío y a arreglarme su saco para que esté bien abrigada– toma un baño de agua caliente, come algo liviano, toma una pastilla para el dolor y duérmete.

Taeil... –sus ojos brillaban, pero de ira.

¿Quieres que vaya por Minna? –me preguntó–. Sí, eso haré, así no te vas sola. Ya vengo –se iba a ir, pero tomé su mano.

Taeil... –insistí.

Sí, dime –toma mis manos entre las suyas para calentarlas ya que la comienza a frotar.

¿Qué harás cuando me vaya? –iría a por Jaehyun, estaba segura.

Esperaré a Jaehyun. Vive aquí, ¿no? –lo sabía.

No le hagas daño –fui directa.

No puedo.... –no lo dejé terminar.

Taeil... –tomé yo ahora sus manos entre las mías–...nos conocimos hoy. Supiste ver cosa en mí que ni novio de 3 años pudo. Me trataste mejor que él en cualquier aniversario. Y esto, me ayudó a darme cuenta que hasta acá podía aguantar. El problema tampoco es mío. Es él quien no me merece.

Déjame hablar con él, somos amigos hace mucho tiempo –escuche que dijo.

Taeil...–volví a interrumpir.

¡Te empujó contra un auto maldita sea! –soltó mis manos de manera brusca y llevo las suyas a su rostro.

Me asusté. Quedé mirando la nada.

Perdón –dice rápidamente– no quería asustarte.

Terminaré con él –dije sin vacilar.