You Spell Magic On Boys. {Just Like Another Witch}|+18|Namjin| Yoonmin|Vkook

Taekook

—No vas a creer a quien-...

La voz de Tae se detuvo de un momento a otro y todo quedo en silencio. Solo la oscuridad que los ocultaba estaba presente en el momento en que Jungkook decidió levantarse de la silla y poniendo a la oscuridad misma de su parte había logrado juntar sus labios con los de Taehyung. El primer instinto del castaño claro fue dar un paso atrás, porque este no era el mejor momento para tener a un hermoso hombre encima suyo. Estaba ebrio, estaba empapado en alcohol y se sentía solo. Había entablado una conversación con Jungkook hace no mas de dos horas, no era el mejor momento para que alguien tocara la parte baja de su espalda de la manera que lo estaba haciendo el menor. Tan suave y caliente. Con un tacto tan parecido al de un amante.

—J-Jungkook...

Logró decir entre el beso, mientras Jungkook daba un paso hacia adelante y volvía a unir sus labios en un beso que claramente Taehyung no quería romper del todo. La espalda del mayor quedo presionada contra la puerta sin darse cuenta, mientras las manos de Jungkook subían por su torso hasta su cuello y una corriente eléctrica corría libre sobre sus piernas. Taehyung estaba sorprendido y confundido, preguntándose que había llevado al menor a hacer tal cosa y no sabiendo como librarse de ella.

Taehyung era una persona muy responsable, jamás tendría sexo con una persona que si bien conocía no lo hacía a la perfección, no importaba que tan suave, dulce y atractivo sea. Ni aunque besara tan bien. El mayor puso sus manos sobre los hombros de Jungkook intentando alejarlo, con las ultimas fuerzas que tenía, pero lo único que logro fue hacer un camino fácil hacia su cuello, el cual el menor no tardo en encontrar con sus labios. Los hombros del pelinegro eran duros y musculosos y Taehyung no había podido evitar bajarlas por su espalda, tocándola con deseo inesperado que ninguno de los dos tenia muy bien claro de donde había salido.

Dios, oh dios, Taehyung lo había deseado tanto.

—¿Qué de-demonios estás haciendo, Jungkook?

—Shh.

El menor volvió a encontrar sus labios en un beso profundo, su lengua chocó con la de Tae en un beso desesperado. Sus manos llegaron sobre el saco negro que traía el mayor, metiéndolas entre las solapas y acariciando la piel de Tae sobre la camisa negra que tenia puesta. Este ultimo olvidando por un segundo que este era de echo el peor lugar para tener sexo, junto su entrepierna contra la de Jungkook, logrando que este soltara un jadeo sobre sus labios. Fue el momento en que sus ojos se encontraron a través de la oscuridad, sus torsos subían y bajaban con rapidez, el aliento de Jungkook le llegaba sobre los labios, recordándole que ese otro también estaba de hecho ebrio. Las manos de Jungkook llegaron a su cintura y acariciaron ligeramente la piel que quedaba descubierta entre su camisa y su pantalón.

Entonces volvió a besarlo.

Ninguno de los dos sabía que estaba pasando, pero había un sentimiento en el aire, que Taehyung solo podía describir como... soledad.

Y es que resulta que había llegado a la calle mas famosa de corea en el peor momento. Se había instalado junto a Hoseok, más o menos su único amigo en Seúl y había arrasado con su hotel desde el comienzo. Pero las cosas no iban bien y cada día que pasaba todo empeoraba, otros locales de calles paralelas a ellos comenzaban a copiar ideas, incluso llegaban a tener las mismas de locales como el de Jin, que solían crear su propio producto. Todo el mundo miraba a los demás con desconfianza, sin saber como o porque estaban vendiendo las ideas, y ahí estaba Taehyung, nuevo, perjudicado por todo lo que había pasado, le había parecido mejor no empeorar las cosas y mantenerse al margen, incluso aunque eso significaba aislarse un poco de los demás. Sin embargo, aunque había entablado una amistado con Yoongi, incluso hasta un poco con Jimin, aun así se sentía solo. Siempre fue alguien que tenia muchos amigos, que solía disfrutar de la presencia de otros, definitivamente no era un lobo solitario. Bueno, no importaba de cualquier manera, la decisión había sido tomada.