Capítulo 4

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Por si alguien no sabía el aspecto de Dobby, está en multimedia. Se me olvidó ponerlo en su escena.

 Se me olvidó ponerlo en su escena

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-¡Eso es mío!

-¡Tírame el zapato!

-¡Suelta eso Pika!

En el ático de la casa de los Bakugo esos eran los ruidos que podían escucharse la mañana del 1 de Septiembre. Los chicos se habían levantado muy tarde y ya iban mal para coger el tren que los llevaría al colegio. Se vistieron todo lo rápido que pudieron y bajaron a la puerta principal donde los esperaban.

Llegaron a la estación a las once menos cinco, y cruzaron el andén uno por uno. Yuga y los gemelos cruzaron primero, y los señores Bakugo tras ellos. Eijirou, Bakugo, Denki y Sero esperaron a Mina un momento que venía por detrás de ellos empujando su carrito. Al parecer ella también llegaba tarde y por eso sus padres no la acompañaban. Seguramente había entrado sola para ahorrar tiempo.

Iban a cruzar y se lanzaron Eijirou y Katsuki primero, pero no llegaron al otro lado de la columna. Se estrellaron contra la pared, acabando Katsuki aplastando a Eijirou que había caído debajo suyo. Se levantaron y recogieron los baúles que se habían caído al suelo, por suerte no había ningún guardia cerca.

-¿Estáis bien chicos?

Sus tres amigos se acercaron a ellos junto con sus cosas.

-Sí, pero ¿por qué la barrera se ha cerrado?

-No lo sé, pero ahora no podremos pasar, y seguramente hallamos perdido el tren, y encima mis tíos no pueden volver y...

-Ya cállate Pikachu, hay que esperarles en el coche.

-Claro... El coche. ¡Podemos ir en el coche volando!

-¿Y sabréis hacerlo volar?

-Bueno, yo he visto a mis padres hacerlo bastantes veces, podría intentarlo.

-Entonces lo dejamos en tus manos Katsuki.

Salieron de la estación arrastrando sus carritos y fueron de nuevo al aparcamiento. Subieron todos los baúles con mucha dificultad y Sero, Mina y Denki se amontonaron como pudieron en los asientos traseros mientras que Katsuki se puso en el asiento del conductor con Eijirou a un lado suyo.

Katsuki arrancó el coche y pulsó un pequeño botón azul que estaba en el salpicadero. Al accionarlo, el coche se fue elevando poco a poco ascendiendo por encima de los edificios.

-¿No deberíamos volverlo invisible?-Dijo Mina.

-Mm... Si, mejor.

Katsuki pulsó otro botón blanco y el coche fue desapareciendo de la vista de toda la gente, confundiéndose con las nubes que surcaban el cielo. Al cabo de un rato, el mando de invisibilidad dejó de funcionar, pero por suerte ya se encontraban en campo abierto. Descendieron para ver si podían encontrar el tren. Katsuki se posó por encima de las vías, y pronto pudieron escuchar el sonido de las ruedas en los raíles.

Eijirou Kirishima y la cámara de los secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora