Capítulo 1 "Criatura del mundo"

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Los ojos ambarinos temblaban con fuerza al contemplar la figura que apareció en el aire, cual la observara y la juzgara, la cabeza que repitió tales palabras que no comprendía y terminó por desaparecer. Tratando de tranquilizarse y sabiendo que debía sobrevivir, se reincorporó poniéndose de pie, para correr con todas sus fuerzas.

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NIEVE DE MANDARINA

Capítulo 1 "Criatura del mundo"

Su mirada le atravesaba el alma con la súplica que reflejaba, una presa fácil... una estrella que apagado su brillo no sería la misma... No lo soportó.

Su corazón... su alma... aún latía con la esperanza de escapar... un día, de todo aquel mundo, todo lo que buscaba y quería... se resumía en el par de avellanas luminosas que lo sorprendieron desde el primer momento que las vio.

Por lo que extendió el brazo que poseía en su dirección, ella sin comprender, agachó la cabeza.

—¿Vienes o no?...

—¿Cómo?... —miró despacio hacia su rostro, sin comprender su pregunta. Se sabía condenada, pero la extrañeza de no ser apresada con cadenas era inesperada.

—El castigo por infringir los tabúes... es un destino que nadie merece... no pienso entregarte.

—¿Cómo?... pero... —sonrió sin poder entender su decisión, pero feliz de saberse libre.

—Pero el hecho que yo no lo haga... no quiere decir que nadie más lo hará... ¿Entiendes lo que estoy diciendo?... tomar esta mano significa convertirte en fugitiva de la Clero mayor... yo ya puedo considerarme condenado... —ladeó la sonrisa, causándole sorpresa, muy pocas veces se le había escapado una sonrisa, pero esa... parecía tan triste.

Aun así... de un choque entre palmas, que hicieron sonido hueco al juntarse, le colocó la mano sobre la suya, indicándole su decisión. Se puso en pie, sin soltar el agarre, con el que ambas miradas se encontraron, azul-acerada y castaña, buscaban en la otra la fuerza que necesitaban para escapar.

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Año 487 del imperio humano. Diciembre 12

—¿Entonces no puedo caminar a su lado?... —elevó la voz, tratando de ser escuchada, mientras caminaba a unos cuantos pasos atrás de él. Su velo se movía con el paso y el viento, por lo que lo sujetaba. Como su cargo dentro de la iglesia no era aún relevante no tenía permitido el uso de la cofia para sostenerlo sobre su cabeza.

—No es aconsejable que una santa camine al lado de un caballero negro...

—En eso está usted muy equivocado... en primera yo no soy una santa y en segunda usted no es un caballero negro... —caminaba al mismo paso, por lo que cuando él se detuvo de un segundo a otro, terminó por chocar contra su espalda.

—Usted no puede decir eso... las apariencias engañan, es muy confiada, santa Asuna... —la miró de reojo y siguió caminando al paso que iba en un inicio.

—Eso es verdad... puede que yo sea muy confiada... —cruzó los brazos tras su propia cadera, sujetando las manos entre sí. —Pero al menos trato de ser amigable... no como cierto caballero que camina tan rápido que no me escucha siquiera o que por ejemplo... lleva dos espadas enfundadas cuando... —estaba por proseguir, pero notó que sus palabras podrían surcar el límite de la arrogancia, ella no tenía por qué opinar de sus armas... o criticar el número que llevara, aún sabiendo de la falta de su brazo, era una completa descortesía.

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⏰ Última actualización: Apr 09, 2019 ⏰

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