RECOMPENSA

CAPITULO 19: LLEGANDO A LA TORRE KOI

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Wei ying siempre fue bueno para meterse en líos, desde pequeño había sido algo innato en él y en todas sus ocurrencias recibía un castigo de Madam yu , sin embargo, en este momento habría preferido mil veces que fuera Madam yu quien estuviera con él.

¡o Dios como la prefería a ella!

-ya terminaste?- pregunto Lan qiren mientras cepillaba su barba con su mano.

wei ying entregó a regañadientes el cuaderno, dentro de él estaban escritas las más de cuatro mil reglas de cloud recess.

Lan qiren recibió el cuaderno y después de darle una ligera ojeada lo cerró dejándolo a un lado.

-hasta que al fin lo haces bien, normalmente un joven no demora tanto en una tarea tan sencilla- refunfuñó Lan Qiren.

Wei ying no dijo nada, no era necesario podía aguantarse esas palabras de desprecio en su interior.

-entonces... soy libre?-

Lan qiren miro nuevamente el libro y fijó su mirada en los callos que decoraban la mano de wei ying junto con las manchas de tinta en su rostro, finalmente algo de compasión creció en su interior.

-puedes irte, per-- Qiren había querido decir "pero no rompas las reglas", pero antes de que terminara la frase wei ying ya había salido corriendo de ahí.

Lan qiren soltó un suspiro amargo y volvió a sus deberes, al parecer el hecho de reencarnar no cambiaría su personalidad ¡porque seguía siendo el mismo niño revoltoso de antes!

Wei ying se puso su máscara mientras corría hacia el jingshi.

Lan zhan le había dicho que podía salir del cuarto siempre y cuando lleve puesta la máscara, en esos momentos realmente no quería causarle más problemas a Lan zhan así que obedeció.

Cuando llegó no encontró al jade adentro, seguramente estaría ocupado, así que se entretuvo por su cuenta hasta que este volviera.

En la esquina del cuarto había una mochila de gran tamaño, en la etiqueta tenía el logo de los jiang, una flor de loto, fue y rebusco en su interior.

Hacía unos días Lan zhan le había devuelto sus cosas a wei ying, pero no había tenido tiempo de revisarlas con toda la tarea que el viejo le dejo, ahora que era libre podía volver a recuperar sus cosas.

Dentro de la mochila encontró sus ropas ya lavadas, secas y bien dobladas, tanto que le dio pena tocarlas, al final las dejo como estaban, después de todo ya se había acostumbrado a las túnicas.

Encontró además su brújula, su mapa, pijama, celular, unas botanas y sus libros de historia china.

Lo primero que intento fue ver si su celular captaba señal, el resultado fue más que obvio.

-mierda sin señal-

Aparte de eso el aparato le quedaba diez por ciento de batería, tal vez fue mala idea escuchar música todo el camino...de igual forma no había señal así que no hubiera sido de mucha ayuda, celular fuera.

El mapa y la brújula, en cambio si le podían ser útil, aunque no sabia que tan exacto sería el mapa ahora, de igual manera decidió conservarlo consigo. Nunca había sido bueno en geografía, pero al menos sabía leer un mapa y usar una brújula; Lan Wangji le había aconsejado mirar las estrellas para ubicarse, pero nunca se acostumbro.