En las calles de París.
Adrien caminaba con cuidado mientras veía a todos lados, como la ciudad parecía estar desierta.
Ésa era una muy mala señal.
-¡Jaja!
Oyó una risa atrás de él y se volteó para ver la sombra de alguien, huyendo.
¡Éso no estaba nada bien!
Tragó duró y se puso a caminar, apurado.
Debía llegar a la zona segura.
-Adrien~
Un susurro melódico, se oyó y él llegó a su límite.
¡Era hora de correr!
Con todas las fuerzas que le brindaban sus piernas, se puso a correr lo más rápido posible mientras cientos de gritos se oía atrás de él... sus fans.
-¡Adrien!
Gritó una voz masculina, que parecía faltarle un tornillo mientras él se asustaba más y más.
¡Necesitaba a un héroe!
Llegó a una esquina, donde el semáforo le mostró luz roja y se detuvo.
Estaba muerto.
Volteó, dispuesto a aceptar su destino, viendo en cámara lenta como sus fans se acercaban.
Fue una bonita vida, sólo hubiese deseado darle un abrazo a su amiga Marinette y que Ladybug le declare su amor, nada más.
Antes de que sus fans lo alcancen, alguien cayó en medio de todos, haciendo que se detengan.
Multimouse, quien tenía mirada de pocos amigos, miró a los fans de Adrien los cuales sintieron peligrar sus vidas y se fueron lentamente.
Territorio, perfectamente marcado.
El rubio sonrió aliviado al ver que fue salvado y viviría otro día más.
La azabache se volteó a verlo y él le regaló una sonrisa.
-Gra...
Antes de que pueda terminar de hablar, la ojiazul saltó sobre él y le dio un gran abrazo mientras reía muy alegré.
Adrien sólo sonrió nervioso mientras correspondía al abrazo de la alegré Multimouse.
Se nota que ella también es una gran fan.
Continuará...
