I do it for the love

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HOLA GENTE BONITAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA. hoy ha sido un día nice, de verdad. y acá les dejo un escrito que desarrollé a partir de una escena que no me hizo mucha gracia en una novelita wattpadiana que estuve leyendo.

no sé, aquí se las dejo y me dicen qué tal.

-Evan... -empiezo, pero me interrumpe.

-Probablemente me odies por hacer esto, pero realmente necesito hacerlo -dice, y antes de que pueda siquiera procesar sus palabras, aplasta sus labios contra los míos.

Y, diablos, me gusta tanto, pero reúno toda mi fuerza de voluntad y lo aparto.

-¡Pero, ¿qué hay de lo que yo necesito?! ¡Andas diciendo que te importo y que me amas, pero no es eso lo que me demuestras! ¡No puedo creer que no puedas respetar mi decisión, tú más que nadie sabes lo difícil que ha sido para mí el llegar a esa conclusión! -despotrico enseguida, pero, Jesús... bajo mi intensidad cuando veo caer su expresión, como sintiendo culpabilidad.

Cierro los ojos con fuerza, pero los abro al oír su risa.

-Ese rollo del «perdona lo que haré, pero lo necesito» siempre sale bien en las películas. -dice, sonriendo con nostalgia.

Le observo en silencio, y él ni siquiera me mira. Luce como si estuviera imaginando la escena en su cabeza y su vista está perdida, yo le sonrío y abro la boca para decir algo, pero no me deja.

-La verdad -comienza a hablar, esta vez mirándome a los ojos-, no creí que me seguirías, aunque una parte de mí lo esperara. Porque eres así, tan decidida e independiente, y no dejas que tu felicidad o la de los que te importan deje de existir, aun si hubiera que luchar fuerte por llegar ella. -hace una pausa, y toca mi mejilla con su dedo índice de manera fugaz, como si no soportara el no tocarme. Luego me da una sonrisa sin mostrar los dientes y continúa-. Son algunas de las muchas cosas que amo, y que admiro, de ti.

Sigo observándole, y así por unos dos minutos hasta que creo que debería decir algo.

-Evan, no puedo odiarte. Es sólo que no podemos permitirnos esto, de ninguna manera. Cada vez que nos encontramos alguno sale mal, que si no eres tú enojado, soy yo llorando, y viceversa. No podemos elegir estar juntos cuando somos tóxicos, el uno para el otro, no es sano -digo con las lágrimas amenazando por salir-. Nos hemos hecho daño a lo largo de todo esto y no quiero seguir sufriendo, no quiero que sigas sufriendo, nos merecemos ser felices... era lo mejor.

-Eso es muy cliché, pero tienes razón... -dice y toma mi mano, luego le da un apretón-. Lo siento, mucho.

Niego con la cabeza y lo abrazo, él me corresponde a la vez que suelta un suspiro, y me echo a llorar.

Esto es más grande que yo.

9 de abril, 2019.
a las 19:33 hrs.