si supieras

cap 4

-DIA SIGUIENTE-

El fresco aire golpeaba mi cara, iba muy tarde al colegio, la respiración agitada y el cuerpo cansado hacían que el correr fuese más difícil.

Después de 5 minutos logré llegar , no es que yo sea conocida o que hablen de mi al llegar, es por eso, que no comprendía por qué todas las miradas estaban sobre mí, veía como se susurraban cosas, pero como ya lo dije, no hablo con nadie, así que descarté la idea que la razón era yo.

El gran peso de la atención que estaba recibiendo hacían que de ver hacia al frente terminara mirando al piso mientras me abrazaba a mí misma intentado buscar seguridad, me sentía intimidada, deje de caminar cuando tope, o mejor dicho caí al piso gracias a un empujón.

-¡qué asco!, fíjate por donde vas adefesio, no me vayas a contagiar de algo

-¿contagiar?

-sí contagiar, o ¿es que acaso creías que jamás nos enteraríamos?, te advierto que si te llegas a fijar en mi eres carne muerta machorra.

Lo sabían, todos ellos lo sabían, por eso la atención, por eso los susurros, en un movimiento rápido me levante del suelo así como recogí todas mis cosas que permanecían en el y me fui lejos de las burlas, llegue a la cancha y me tumbe en el césped, había gente alrededor, pero con una sonrisa no lo notaban, supongo que es esa era mi gran riqueza, que nadie se percata de lo triste que estoy, es eso que hacía que no creyera que Deyanira hiciera esto, dijo que no me dañaría, me mintió, por qué, quien más sería si ella era la única que lo sabía, cubrí mis ojos con ambas manos y empecé a llorar, de coraje, tristeza, en realidad no sabía y no me importaba saberlo.

Fueron unos minutos donde me deje ir, ya no importaba la clase, después de todo, ya había llegado 30 minutos tarde, el calvo no me dejaría entrar.

Levanté mi vista y me limpie las lágrimas que aún seguían humedeciendo mis ojos, la mirada la deje en un punto fijo hasta que reconocí esa cabellera, debería estar en clase, ¿por qué ella sonríe mientras yo lloro?, ¿cuánto daño debo recibir por parte de ella?

No lo pensé dos veces, me levante del lugar y fui hacia ella, el verla sonreír solo me enojaba, sus amigas me notaron y al parecer la sonrisa se le borro, maldita

Me tumbé sobre ella y empecé a golpearla, ella siempre ha sido más fuerte que yo, no sé por qué no me quita de encima.

Sonríe, ¿Por qué demonios sonríe si la estoy golpeando?

-¡para!- hablo ella

No le hice caso y seguí con lo mío, en cierta forma me gustaba, pero era cansado

-¡que pares maldita sea!-

La sonrisa que tenía desapareció, sujeto mis muñecas y me sentó sobre ella yo agache mi cabeza y empecé a llorar, en realidad creo que ya había estado llorando pero la concentración que tenía con los golpes para ella, no me hizo notarlo, me abrazó, y aunque sé que es su culpa el que yo esté así, sus brazos me hicieron sentir tan cómoda que decidí posponer los golpes y a reclamarle después.

-nosotras nos vamos, nos vemos Deya, adiós Macc

No me moví de la posición en la que estaba para despedirlas, en realidad ni siquiera recordaba que estuvieran aún aquí, cuando escuché pasos marchándose acomodé mi cabeza en su cuello, su perfume siempre me tranquilizaba y esta no sería la excepción

-¿me dirás que tienes? O el ¿por qué la bienvenida con golpes?

-no hablemos de eso ahorita, me enojaré y no querré verte y estoy muy cómoda

-entonces ¿enserio hablaremos?

-solo para arreglar esto, ahora cállate que estoy cayendo en sueño

-entonces duerme pequeña.

Odio admitirlo, pero no puedo alejarme de ella, esto terminará mal, y yo también, pero, ¿por qué esto no se siente tan malo? ¿Por qué me siento bien al estar con ella sabiendo el final? Sentí como su mano se movía a través de mi espalda tratando de tranquilizarme y yo poco a poco fui cerrando mis ojos.