Mí puesto en la Secundaria era de mí completo gusto y agradado. Amaba ser aquella persona qué podía llamar la atención, pero pasar desapercivida al mismo tiempo; por lo qué podríamos decir qué, no era una persona popular, pero sí podía marcar mí propio progreso entre la sociedad.
Los "Populares" aquí no tenían aquella adtitud de desprecio ante sus inferiores, y eso era lo qué más hacía destacar entre el millón de institutos o/y secundarias del sector, no era el típico cliché cómo los qué se apreciaban en las telenovelas o más famosos libros para adolecentes, porqué sí, aquí la sociedad sí era capáz de utilizar el cerebro para ciertas cosas, y para otras no.
Y tal cómo había sido hace dos año atras, esperaba que éste fuera de la misma manera; Sin fines de lucro.
Pero mis deseos, cómo los de los demás, no siempre eran concedidos.
— ¡Hey, Dan! adivida quién ha sido aceptado éste semestre en nuestra amada secundaria — Habló con cierta voz de autoridad. La verdad es que Rose estaba completamente loca, con tan sólo poder apreciar el tono de su voz en la siguiente pregunta ejecutada se podía apreciar el tono cantarín de siempre-estoy-alegre, además, su adtitud daba mucho de que hablar en todos los pasillos de el lugar, ¿De una forma negativa, decías? pues, es todo lo contrarío.
Todo de ella podía acutivar a quién fuera, desde profesores, hasta adultos de la tercera edad, sin excepción alguna.
— ¿Piensas decirme, o te quedaras con aquella cara de sorpresa aún? — Expuesta a la poca pasiencia qué había en todo mí cuerpo, respondí.
— ¿Recuerdas a Ashton Irwin? ¿El chico qué trato de sobrepasarce contigo en la fiesta de Lisie y Max, y qué cuando le dijiste qué no querías nada con él, distrajo al DJ y por los altavoces dijo qué tenias sida, por eso nunca nadie quería estar a tú lado, haciendo qué perdieras más de cincuenta citas e invitaciones en lo qué lleva éste y el año anterior? —Habló Rose, cómo sí el recuerdo fuera su especielidad, e incluso estubiera en una camara fotografíca situada en su memoria.
Por otra parte, mí miente dío una vuelta repleta de terror, adrenalida y suspenso, mientras mí estomago crujia con desesperación sin causa alguna.
Los rumores y distintos medios de Bullying hacía mí persona siguieron desde aquel momento. Ashton Irwin era una persona considerablemente inteligente, con la capacidad de manipular a la primera persona qué se le cruzara por el camino de la vida, y para ser un chico de diecinueve años, tenía más poder en la cuidad de lo qué yo hubiera deseado.
— Santo Dios, por favor dime qué no es cierto —Me quedé inmovil al medio del pasillo principal, donde a pocos metros de distancia desde mí anatomia, estaba su figura esvelta y jodidamente atractiva. En su mejor posición, dando a apreciar su ancha espalda, sus jeans negros y su camiceta blanca algo rasgada. Y además, el cabello rubio oscuro, rodeado por una pañoleta del mismo color opaco y desteñido; negro, en definitiva.
Estúpidamente atractivo, y por encima de todo, superaba mis espectativas cómo hombre perfecto e ideal; claro, descartanto su actitud de imbécil.
Sin pensarlo ni dos veces, agarre a Rose del ante-brazo para voltearla mientras yo la imitaba, pero claramente, ya era demasiado tarde para pensarlo.
— ¡Pero mira a quién tenemos aquí! nada más y nada menos qué a la pequeña e ingenua Dan Miller —Él habló mientras caminaba lentamente hacía mí, y para cuando su respiración ya estaba sobre mí frente por la diferencia de tamaño entre ambos, siguió mientras susurraba — Preparate para el peor año de tú estúpida vida.
Temblé involuntariamente ante sus palabras, mientras miraba a mí alrededor el circulo de gente qué apreciaba expentante a su siguiente preza.
Y aunque me costara decirlo, ésa era yo, la persona a la qué más odiaba desde los diez años...
Porqué él, nunca olvida.
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Sé qué es demaciado corto cómo para ser el primer capítulo, pero creo que es adecuado a o qué viene en ésta historia.
Sí les ha gustado, dejen su comentario y voto, de ésta manera, me haran aún más feliz, sip:(<3
—Danae<3.