Joe y Cristine

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Estudiar para el examen de física que tenía mañana era una real mierda. A mis cortos 15 años no creía necesario aprender todo esto y que podía seguir viviendo sin saberlo.

Estaba tratando de memorizar unos conceptos cuando alguien tocó la puerta de mi habitación, seguro era mi hermano Dan.

-¿Cristine?- preguntó

-Pasa. -dije sin mirarlo.

-¿Sabes? Hace un rato me sentí mal por no saber como ayudarte a estudiar asi que llame a Joe para que te ayude. -maldicion. Dan no lo sabía, pero Joe y yo habíamos tenido sexo. Más de una vez. -ya sabes, el estudia física y todo eso. Además tengo que salir con Marla y no puedes quedarte sola.

-Esta bien. -trate de parecer despreocupada. -¿en cuanto tiempo llega Joe? -

-Dijo que llegará a las 6. - miré la hora. 5:45 maldicion sólo tenía 15 minutos. Alguien golpeó la puerta de entrada. -debe ser Marla. Adiós hermanita, llámame cuando llegue Joe.

-Si, saluda a Marla de mi parte. - y sin más Dan salió de mi habitación.

Apenas escuche la puerta de entrada ser cerrada, corrí al baño. Me duché, depile y me maquille sólo con un poco de rímel, sabía que si me ponía labaial terminaría corrido. Me puse unas bragas de encaje y tome una playera de pink floid de Dan que me quedaba enorme, sin sujetador. Y me hice una coleta.

Estaba mirándome en el espejo de cuerpo entero de mi habitación cuando suena la puerta.

Abrí la puerta y allí estaba el. Estaba acomodando sus rizos negros con sus largos dedos mientras sostenía el casco de su motocicleta en la otra mano.

-¿Acaso Dan no te dijo que venía? -dijo.

-No.- mentí - pero salió con Marla, así que lo supuse. Pasa.-

Entró a la casa y dejó su casco en la mesa y mientras yo cerraba la puerta me tomó por las caderas pegando mi trasero a su ereccion. Gemi por el acto y la sorpresa.

-Mentirosa.- dijo en mi oído -Dan te dijo que venía. - empezó a acariciar mi clitoris por encima de la tela de mis bragas. - y aún sabiéndolo te pusiste bragas.

-Ah, Joe.- gemí.

-Espero, por el bien de ambos, que sólo traigas bragas debajo de esa playera. -

-¿Por qué tardas tanto en descubrirlo?- dije entre jadeos.

-Maldita sea, Cristine. ¿Acaso quieres que te folle aquí mismo?- corrió la tela de mis bragas para meter un dedo dentro de mi.

-Oh por dios! No me importa, no me importa Joe quiero que me folles aquí mismo o donde sea pero te necesitó dentro de mi.- dije con desesperación.

Empecé a sentir el familiar cosquilleo en la parte baja de mi vientre.

-Joe voy a correrme.- trate de decir a duras penas.

-No lo harás, preciosa.- sacó su mano de mis bragas y de mi boca salió un gemido de frustración. No alcancé siquiera a formar una palabra para quejarme cuando me dio media vuelta, tomo mis piernas y me apoyó contra la puerta, haciendo que su ereccion se clavara justo donde la necesitaba. Empezó a frotarse contra mí frenéticamente, haciendo que me excitara aún más, si es que se podía.

-Mi habitación. -dije entre jadeos, esperando que Joe entendiera.

-Está muy lejos. El sofá. -musitó entre besos de forma dominante.

Tomó mis piernas y nos llevó hasta el sofá. Me dejó de espaldas y se posicionó sobre mi sacando su chaqueta y su camiseta. Metió dos dedos dentro de mi sin previo aviso lo que me hizo soltar un grito. No me di cuenta cuando sentí su respiración en mi entrada.

-Joe, no...- fui interrumpida por su ágil lengua que se deslizaba dentro de mi con demasiada facilidad. Empezó a succionar mi clitoris con fuerza metiendo tres dedos en mi interior, sacandome gritos salvajes.
De la nada, paró. Casi lloré. Me besó haciéndome probar mi propio sabor, subiendo una de sus grandes manos hasta mi cuello tomandome suavemente de éste.
Dios, estaba realmente exitada y frustrada sexualmente.

Joe se paro a un lado del sofá y lo miré confundida mientras el sacaba sus botas de cuero negro.

-Quiero que te quites esa sudadera y pongas de espaldas a mi. De rodillas sobre el sofá y las manos en la muralla. - su voz sonaba forzada, como si realmente estuviese tratando de mantener la calma y no follarme de una vez sin piedad alguna. Algo en su forma dominante de tratarme durante el sexo, me  excitaba de sobremanera.

Seguí sus órdenes sin decir nada, escuchando lo que creía era el resto de su ropa callendo al suelo.

-¿Sabes preciosa?- dijo paseando sus manos por mi cintura y mi trasero. -mientras más prolongue tu orgasmo -metió un dedo en mi y sentía mis piernas temblorosas. - más intenso será cuando llegue. - metió todo su miembro dentro de mi, haciendo que gritara escandalosamente. Sentía como me penetraba una y otra vez abriéndome y tocando partes que me hacian ver estrellas. Una de sus manos fue hasta mi cuello, presionandome contra su abdomen trabajado y la otra fue a mi clitoris adolorido, haciendo que el placer aumentará de forma desproporcionada. Y de nuevo, paró. Esta vez se me había salido una lágrima.

-¿por qué? -pregunte en un susurro al borde del llanto. Me sentía frustrada, y necesitaba con urgencia mi orgasmo.

-Ya verás, gatita. - se sentó en el sofá y tomó mis caderas haciendo que quedara con una pierna a cada lado de el. Me tomó de la cintura y me penetró de manera salvaje. Gritaba y probablemente los vecinos me estaban escuchando, pero no me importaba. Yo sólo queria mi orgasmo.
Una de mis manos fue a mi clitoris y la boca de Joe atendía mis pezones erectos.

-Por favor, no pares. - supliqué.

-Oh, creeme que esta vez no lo  haré, preciosa. - estaba llegando al orgasmo y Joe lo había notado.

-Ah, si Joe. Más, por favor, más. - grité. Me dio una nalgada y eso fue mi  perdición. Ese había sido el orgasmo más abrumador de mi vida. Vi el cielo y el infierno al mismo tiempo mientras escuchaba a Joe gemir y sentía todo su semen escurriendo por mis piernas. Era fantástico.

Nos quedamos un rato más así. Yo sobre el, desnudos, sudados y cansados. El acariciaba mi cabello y mi espalda desnuda mientras nos besábamos. Mi vista se fue por un segundo al reloj de muralla. 7:06 y recordé que debía llamar a Dan. Me senté al alado de Joe y tome mi celular de la mesa de centro.

-¿Que haces?- preguntó acercándome a el.

-Debía llamar a Dan hace una hora. -dije tranquila, el lo entendería. Siempre olvidaba llamar a la hora correcta.

Marque y en seguida Dan contestó.
Hola?
Dan, soy Cristine. Joe llegó como hace una hora pero olvide llamarte.
Tranquila, sabía que lo olvidarías. Dile a Joe que se quede a cenar, llevaremos pizza y algunas películas. Llegaremos en 15 minutos. Adiós.
Claro, adiós.

-Dan llegara en 15 minutos.- dije al borde de la histeria.

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⏰ Última actualización: Apr 20, 2019 ⏰

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