|| ATRAPADA || en sus ojos...

Capítulo 1 || Atónita

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Galathea

Es verano, hace mucho calor. No puedo dormir, algo me lo impide. Es como si supiera que algo ocurrirá, un presentimiento que no me deja en paz. Ante la evidente incapacidad de conciliar el sueño me levanto de mi cama y me pongo la delgada bata blanca que cuelga de mi closet, salgo de mi habitación y me aventuro por el pasillo haciendo el menor ruido posible para no levantar a los criados. Llego a las escaleras y las bajo con cuidado, ya que casi no se ve nada de noche en este lugar. Camino hasta la cocina y me hago un té de canela. Me encanta tomar té, aún y cuando es verano y hace calor. Me ayuda a relajarme y despejar mi mente, pues últimamente he estado muy ansiosa ya que el día de mi boda con Lord Markell se acerca. He esperado por ese día desde que tengo 14 años.

Blake Markell es el sueño de cualquier chica, incluso de una princesa. Su reputación de ser un atento caballero y un hombre sumamente guapo lo precede. Esos ojos azules hacen que te derritas, y esa sonrisa simplemente mata a quien sea. Sus cabellos castaños son como una pradera que se mueve con la suave caricia del viento, y su tacto es tan delicado y respetuoso, con unos labios sensuales y besables que te llevan al cielo (si, nos hemos besado). No me juzguen, no me pude resistir. Tengo que admitir que Lord Markell sabe como seducir a una chica. Si mi padre supiera me mandaría a encerrar a una torre hasta el día de la ceremonia, tan chapado a la antigüa es.

Perdida en mis pensamientos no noté que Alice entró a la cocina desde hace rato. Alice es una de las criadas del castillo, sin embargo yo la veo como una amiga a la que le puedo contar lo que sea, crecimos juntas y la verdad es que la considero como la hermana que nunca tuve. 

— Vaya, vaya... ¿pensando en los labios de Blake de nuevo? Deberías estar dormida princesa. — Dice Alice con tono burlón.

— No puedo dormir, siento que algo no esta del todo bien y vine por un té para ver si me calmaba un poco. 

— Pues yo te aconsejaría que ya te fueras a tu habitación porque sino mañana vas a amanecer con unas ojeras del horror — la volteo a ver con cara de pocos amigos — Gala, estoy segura que no es nada de que preocuparte, simplemente no puedes dormir es todo. No hay nada malo que vaya a ocurrir. Tu tranquila. Ve y descansa ya.

— Por una vez en la vida voy a tratar de seguir tu consejo. — Le digo caminando fuera de la cocina — ¡Descansa Alice!

— Buenas noches princesa, ¿o ya debería decir "buenos días"?

Y para cuando dice esto me doy cuenta que ya no esta tan oscuro como hace unos momentos. Corro hasta mi habitación y trato de dormir un poco antes de que mi padre me venga a despertar para desayunar.

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Ya es mediodía y mi padre me ha citado en el jardín a tomar el té. Lo cual me parece extraño porque no le gusta ir al jardín, ni tomar té.

Con toda la cautela posible trato de "medir" el terreno. Analizo cada expresión, tono, palabra y lenguaje no verbal de mi padre para tratar de decifrar el enigma de su conducta, y luego dice:

— Tu boda con Lord Markell queda cancelada. — sentencia con voz seria.

Yo por mi parte, casi tiro la taza de té que sostengo en mis manos de la sorpresa ante tal oración. Sin embargo, la sorpresa se fue desplazando hasta que quedó una mezcla de confusión, furia e impotencia. 

— ¡¿Por qué?! — exclamo en un chillido. — ¡No puedes hacer esto! ¡Diste tu palabra, lo prometiste! — tengo que admitir que no me agradaba lo que salía por mi boca, pero estaba furiosa y tenía que saber.

— ¡A mí no me levantes la voz! — me dice mi padre alterado, lo cual tomo como una advertencia y decido mejor quedarme callada. — Te explicaré el porqué de mi decisión... — toma un largo suspiro antes de continuar — Creo que estas muy consciente de los conflictos que tenemos con el Reino del Norte. — asiento con la cabeza — Pues he decidido que para evitar futuras guerras y unir nuestros Reinos... — oh no — ...tu te cases con el Rey del Norte — no, no, no, no, no, NO! — y tengan un heredero que será el que unirá a ambos reinos. — puta madre

No puedo decir nada, estoy atónita. No me esperaba esto, ¿o si?¿será que ya lo presentía pero estaba negada?¿Por esto no podía conciliar el sueño anoche? Ay no, ¿qué voy a hacer? ¡Obvio no quiero dejar a mi Lord Maskell por un sucio y mal educado reytuche del frío norte! Pero, ¿cómo oponerme a mi padre? Noto la preocupación en sus ojos y a decir verdad, no puedo hacer nada aún si me opongo a su decisión. 

Rayos, ¿y ahora que? Puta madre.