el abandono de las cicatrices

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Recuerdo que lo conocí hace 4 años. Fue alguien que me cautivó por muchos factores en su personalidad, su inteligencia, su voz, su sinceridad, sus ambiciones, metas y perseverancia.
Claramente yo era demasiado impresionable para aquel entonces, me faltaba mucha gente por conocer, mucho por saber y mucho por vivir. Estuvo presente en varios sucesos importantes de mi vida, tal vez esa fue una de las causas que hizo que me marcara, que generara grandes cicatrices en mi vida. Mi inexperiencia me hacía verlo y contemplarlo como un ser casi perfecto, amaba cada error, cada imperfección y cada pliegue de su cuerpo.
Qué decir de sus besos... Para ese momento eran algo divino, placentero, único, y hasta la fecha lo recuerdo así, como algo que me elevaba al cielo, me renovaba, me hacía sentir perfecta y en conclusión me completaba.
Aquellas conversaciones eran más que satisfactorias. me llenaban en lo más profundo Y no sólo por el hecho de estar conversando con un ser casi perfecto a mi parecer, sino porque su intelecto resultaba demasiado atrayente. Francis Bacon y Aristóteles definieron el conocimiento como poder Y eso era lo que él me aportaba, me llenaba de conocimiento, me hacía sentir poderosa.
Sus abrazos me hacían sentir segura, me daban protección, me hacían sentir como algo preciado, como un tesoro.
Eso duró muy poco, aproximadamente 6 meses. tuvo que pasar un año más para que mis recuerdos y todas las expectativas que tenía de él se cayeran por las escaleras.
aquellos besos eran subastados o hasta regalados, aumentó la demanda de aquellos preciados tesoros y lógicamente su valor disminuyó. Se convirtieron en un bien común, no eran excluyentes y cualquier persona podía disfrutar de ellos.
Su intelecto se hundió en un pozo lleno de oscuridad y únicamente lo sacaba a relucir cuando deseaba impresionar a alguien.
Su vocabulario cambió, se volvió simple y básico como la mayoría de la gente que lo rodea ahora. Era lógico, la desesperación de no saber qué hacer con su vida lo invadió, después de fracasar Y ser estafado en un negocio que nunca funcionó era más fácil dejarse caer, optó por hundirse en lugar de tomar impulso y ocupar todas aquellas herramientas y cualidades que lo caracterizaban para salir adelante, decidió tomar la salida que cualquier persona hundida en la obscuridad y con el autoestima baja tomaría, no quiso ser diferente, no quiso destacar, se unió a la simplicidad de las masas.
Recuerdo que después de todos estos sucesos volví a verlo y por un momento creí que aquella personalidad única y sagrada permanecía intacta, pero había factores que sacaban a relucir aquella estafa, había algo en sus palabras y en sus actitudes que me hacían saber y me anunciaban en voz alta como un grito que ya no era el mismo,. Yo seguía enamorada y con esas cicatrices grabadas en el alma y no lo quise creer, pero con el tiempo me di cuenta de ese cambio.
Cuando por fin me percaté me sentía decepcionada, destrosada, vacía. podría definir a que el proceso de asimilación como un terremoto, podía sentir en el pecho como se derrumbaba cada esperanza, cada palabra sin sustento y sin argumentos que en algún momento consideré valiosa ahora era inservible.
El observar su comportamiento ante la gente destrozaba mi corazón y por fin un día decidí que era un total desconocido, qué de aquella persona y de aquel fuego sagrado que me consumía sólo quedaban cenizas.
Escuché su voz y ya no era mágica, sólo era un recuerdo distante y maravilloso.
no podría definir el estado de las cicatrices que dejó en mi alma porque aún existen marcas en mi pecho pero ya no duelen, sólo quedan como un recordatorio de la última parte de mi niñez, como algo que me recuerda que en algún momento fuí un ser ingenuo e inocente y con la conclusión de que se puede perder a un ser querido sin necesidad de que este muera

cartas a un recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora