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Era el día, por fin me iba de esa ciudad, por fin dejaba todo atrás y volvía a empezar de cero. Siendo Beomgyu y no solo el hijo del dueño de la empresa Blue & Flash.

— ¡Mamá! ¡papá! - Grité mientras bajaba de las escaleras con mis 3 grandes maletas — ¿Ya es hora de irnos?

— Sólo vamos a bajar unas maletas que faltan, cariño, sube las maletas a la camioneta, en un minuto vamos - Respondió mi mamá, yo asentí e hice lo que me dijo

Al fin me iba de ahí , al fin iba a tener más espacio para mí solo. Al fin sería Beomgyu, el real, y no la sombra de mis padres.

— Hijo - Mi papá me habló sacándome de mis pensamientos — Ya nos vamos, ¿te has despedido ya de todos?

— Sí, papá, lo hice ayer - Sonreí — ¿cuánto tiempo dura el recorrido?

— No mucho, mínimo 45 minutos, bellotita - Hice un puchero

— No me digas así, y, ¡vamos ya! estoy desesperado por llegar - Mis papás rieron y asintieron a la vez, y así empezó mi aventura, mi nueva vida

Todo el camino estuve con mis audífonos puestos apreciando el paisaje, todo era verde y con muchos colores, realmente me agradaba la forma en que todo se veía, me traía tranquilidad de solo echar un vistazo. De repente estacionamos en frente de una gran casa, era linda.

— Ya llegamos, cariño - Habló mi mamá mientras se bajaba de la camioneta

— Se me pasó muy rápido el tiempo - Reí

— Te dije que no era mucho - Respondió mi papá.

Después de haber bajado las maletas y haber acomodado las cosas en su lugar, abrí las puerta transparente que había en mi pieza, ésta daba entrada a un pequeño balcón con vista a la arboleda, era realmente lindo.

Volví a entrar por mi cuaderno y empecé a dibujar a una pequeña ave que se había posado sobre la mesita, me sorprendió el hecho de que no se haya ido. Traté de dibujar hasta los más pequeños detalles, como las pequeñas marcas que ésta tenía en las alas. Terminé y como si ella hubiera estado posando para mí, inmediatamente se fue, sonreí y me asomé, ¿había un chico? Será mejor que entre...

Estaba a punto de entrar de nuevo y cerrar la puerta cuando una voz me lo impidió.

— ¡Hey! ¡Chico lindo! - Mierda — ¿Eres el nuevo vecino, cierto?

Mierda, mierda, mierda.

— S-Sí... ¿por qué? - Me asomé para verlo mejor, no parecía ser alguien con intenciones malas pero ¿y si me conoce y no quiere ser mi amigo?

— Solo quiero darte la bienvenida ¿puedes bajar? - Sonrió, mierda, su sonrisa era hermosa

— Bien, en un segundo... - Le devolví la sonrisa con timidez y entré a la pieza, cerré la puerta transparente y junté las cortinas. Después bajé y le avisé a mi mamá que iría con el nuevo vecino.

Tenía nervios, no sabía lo que pasaría en ese momento.

— Hola - Cuando me vió fuera de casa me sonrió

— H-Hola - Traté de sonreírle — Soy Choi Beomgyu, dime Beomgyu ¿cuál es tu nombre?

— Vaya, dos Choi - Rió leve — Bueno, tres - Sacudió su cabeza — Perdón por eso, bueno, soy Choi Yeonjun, me puedes llamar solo Yeonjun - Otra vez esa sonrisa, mierda

— ¿Tres Choi? ¿quién es el otro? - Alcé una ceja, se sonrojó por alguna razón ¿hice algo mal?

— Eres muy tierno - sonrió — El otro es mi mejor amigo, Choi Soobin, también es tu vecino, vive a la izquierda tuyo, en aquella casa - Señaló

— Bueno, algo me dice que la voy a pasar bien aquí - Sonreí

— Espero así sea - Me devolvió la sonrisa, si sigue así me va a matar.

𝐒𝐭𝐫𝐚𝐰𝐛𝐞𝐫𝐫𝐲 𝐁𝐨𝐦𝐛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora