Ɗαɗɗу [Yoonmin]

🍑Capítulo 14.🍑

Jimin regresó a su posición normal en cuanto Min lo soltó. Una llamada de recepción llegó a su teléfono informándole que todos los Ceos se encontraban esperándolo.

Solo eso logró que ambos hombres se separaran, rompiendo así el abrazo que había hecho tranquilizar un poco al más joven de los dos.

—¿Te encuentras mejor ahora? —preguntó bajo.

Le dio una última mirada para caminar hasta su escritorio y tomar lo que necesitaría para la junta, restándole importancia.

—Yo... Lo estoy, g-gracias, señor Min —dijo sin mirarlo.

Comenzó a colocarse nuevamente su camisa, abotonándola y metiéndola dentro de sus pantalones. Mentiría si dijera que su espalda ya no dolía, al contrario, podía sentir su piel caliente debido al gran impacto.

—Bien... Eres mi asistente, tendrás que venir conmigo a la junta.

Jimin mordió sus labios, sintiendo sus ojos picar. Al ser su secretario significaba que tenía que ir a donde sea que Yoongi fuera y eso era un problema pues tendría que acompañarlo a la junta y en la junta se encontraba Taehyung. Jimin no podría estar enfrente de él sin llorar.

—Bien —suspiró rendido, no tenía de otra.

Yoongi le dio una última mirada para pasar por delante de él, siendo seguido por el rubio. Al salir una chica los esperaba con varios papeles, Jimin los tomó y le agradeció para después seguir caminando detrás del mayor.

Al doblar a la esquina pudo notar la sala de juntas. Sus piernas comenzaron a temblar, sus labios se habían vuelto lo más fascinante para morder en esos momentos. Yoongi lo notó y paró de caminar para llevar una mano a los belfos de este.

Jimin paró de morderlos, ahora miraba a Min apenado. Yoongi reafirmó su mirada y le dijo que parara, ya que se encontraban rojizos.

Sus ojos otra vez se aguaron al notar que dentro de unos pocos segundos estaría en la misma habitación que Taehyung. Yoongi no lo pasó desapercibido, regresó hacia Jimin y lo miró.

—¿Qué sucede? Mi intención No era hacer que te sintieras mal por lo de tus labios...

—No es eso, señor Min —suspiró.

—Jimin, soy tu jefe, pero puedes contarme lo que te ocurre.

—Yo... Siento que seré la burla ante todos los Ceos que se encuentran allí adentro —bajó la cabeza.

La primera razón era Taehyung, pero era verdad, Jimin podía tener toda la seguridad del mundo y presumir de su bonito cuerpo, pero en algunos casos solo quería esconderse y que nadie lo mirara porque tenía miedo, miedo a que se burlen de él o a que lo critiquen por su forma de vestir o simplemente por la forma tan delicada que poseía en su cuerpo y en sus facciones.

—Jimin —el hombre lo miró directamente a los ojos, conectando con los aguados del rubio—. Nadie se burlará de ti y si lo hacen te prometo que los echaré de mi empresa y nunca más los verás... Si en cualquier momento te sientes inseguro solo mírame y concéntrate en mí.

Su voz sonó tan profunda y segura, Jimin dejó caer una lágrima y sonrió agradecido con el mayor. Yoongi no esperó mucho, con una mano limpió la lágrima del menor y lo ayudó a acomodar su camisa para después girarse y asentir. Jimin asintió sabiendo que Min no lo miraba.

La puerta se abrió, Yoongi entró primero. Todos los hombres que se encontraban allí se pusieron de pie para recibirlo. Jimin caminó con la cabeza gacha siguiendo a su jefe, sintiendo la mirada de más de uno sobre él, pero la más potente ya sabía a quién pertenecía.

Al levantar la mirada se encontró con la de Taehyung. Sus ojos se comenzaban a aguar, rápidamente miró a Yoongi. Este lo miraba, Yoongi asintió para él y Jimin suspiró. Terminó de llegar con el mayor para pararse a su lado con la cabeza en alto, ahora mirando a cada uno de los hombres que se encontraban en el lugar y todo había sido gracias a Yoongi.

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